Capítulo 17

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Wilhemina ha comenzado a relajarse cuando interactuo con ella físicamente, ha sido algo progresivo que día a día ha avanzado. Hace sos días dormimos juntas y pegó su espalda a mi cuerpo permitiéndome abrazarla. Así nos quedamos dormidas en su cama y así nos despertamos. Ahora que el otro lado de la cama está vacío, lo que abrazó es una almohada.
Sabiendo que tengo que cumplir el horario, me levanto sin ganas. Mis ojos a penas pueden mantenerse abiertos mientras camino al baño. Allí me doy un baño rápido que consigue terminar de despertarme. Al salir, envuelta en mi toalla, agarro lo que me pondré hoy. Vestirme es una tarea en que tengo que apresurarme porque llegar tarde en este lugar no es una opción. Por eso prácticamente corro a la sala de música cuando termino de ponerme la ropa y peinarme.
Saludo a los púrpuras al entrar y a Mallory que está dándole masajes a Coco mientras Gallant le está terminando de hacer uno de sus grandes peinados. No me siento porque sé que en unos segundos mi pelirroja aparecerá en la puerta para decirnos que podemos dar inicio al desayuno.

Durante el día no la veo, hoy tiene mucho que hacer. Ella está encerrada en su oficina y yo estoy un rato en la biblioteca y luego en mi cuarto con Chris. Él me habla de Gallant que le ha pedido un vaso de agua antes de que subiera a aquí. Le sorprende que no lo haya tratado como un pedazo de basura como suele verse que trata a los de su grupo en general. No quiere pensar que porque le pidió de beber tiene una posibilidad, pero lo ha alegrado.
Nuestras charlas y bromas se acompañan de nuestros juegos de mesa. Los dos somos competitivos por lo que pasamos varias horas en una especie de campeonato hasta que ambos decidimos que podemos involucrar a más jugadores.
Ambos vamos a la sala de música con nuestras cartas personalizadas de Uno. Nuestra llegada no llama mucho la atención hasta que yo menciono que tengo un juego. La idea entusiasma a todos, después de todo el aburrimiento en este lugar es infernal.

Luego de la cena quieren seguir jugando, por lo que les dejamos las cosas a ellos. Yo iré al cuarto de Wilhemina que ha enviado a Mead para decirme de la invitación. El hecho de que no haya mostrado desaprobación por el asunto me sorprende y en cierta forma me alegra porque es la amiga de Venable. Lo tomo como una señal de que si he aparecido en sus conversaciones ha sido de buena manera.
Golpeo y automáticamente la puerta se abre delante de mí. Entro rápido y una vez la puerta es cerrada, me abraza con su brazo libre. Yo correspondo. Son varios segundos así hasta que me suelta y su mano agarra mi garganta para envolver sus labios en los míos. Como si se tratara de un instituto, me someto a ella completamente. La sigo sosteniendo en mis brazo, incluso cuando ambas comenzamos a quedarnos sin aliento. Nos reparamos, un corto momento de descanso.
Nos miramos.Ya hemos roto montones de barreras construidas para mantenernos a salvo del daño que podríamos ocasionarnos entendiendo que con la otra estamos seguras. La forma en que me ve, sus ojos brillan con un deseo evidente.
Vuelve a abrazarme con fuerza y repentinamente siento el roce de sus dientes en mi cuello haciendo que la pegue más a mí. Lame suavemente los puntos exactos para conseguir que mis piernas se sientan algo débiles hasta llegar al lóbulo de mi oreja. Temiendo perder el equilibrio, doy pasos pocos hasta quedar contra la pared.
Me suelta para desabrochar habilmente la camisa de mi pijama. Un vistazo a lo que se puede ver de mis pechos que en parte siguen cubiertos por la prenda, la hace sonreir. Cierta timidez hace que mis mejillas se sonrojen mientras me observa.
-A la cama- ordena y yo prácticamente corro a acostarme. Mientras se acerca mi respiración se acelera. Se sube encima de mí para volver a besarme. El punto en que nos separamos, ella se recuesta al lado mío. -Ven- me llama sobre ella como si fuera un perrito golpeando sus manos sobre sus muslos.
Me siento sobre ella y la ayudo a quitarse la parte de arriba del pijama negro que que tiene puesto. Con sus manos cubre sus pechos.
- Me gustas, lo sabes- le susurro cerca de su oreja antes de darle un beso en la mejilla.- ¿Qué quieres que haga?- le pregunto contra sus labios sabiendo que disfruta tener el control de la situación. La veo morderse el labio sin compartir lo que pasa por su mente.- Dime.
-Besa mi cuerpo- me ordena y oírla hace que sienta calor en todo mi cuerpo.
Comienzo centrándome en su cuello y despacio comienzo a bajar. Cuando quita sus manos dándome acceso a lo que cubrían, cierro los ojos y empiezo a lamer su pezón izquierdo. Ella se agarra con fuerza a la sábana mientras con un movimiento circular, juego con mi lengua húmeda sobre él. Mi mano pellizca su pezón derecho, haciendo que se excite aún más. Luego mi dedo índice juega alrededor de su punta una y otra vez. No me detengo mucho ahí, no fue la orden que recibí. Por eso continúo descendiendo dejando un recorrido de besos centímetro a centímetro su piel.
Llegando a su pantalón, levanto mi mirada esperando alguna indicación o gesto que me dé permiso de seguir. Sus ojos están cerrados y veo su pecho elevarse y descender por su respiración irregular. Cuando abre los ojos y eleva levemente su cabeza para verme, se da cuenta de porque he parado, solo asiente y levanta sus caderas para ayudarme a que le saque lo que aún tiene puesto. No pierdo tiempo, lo hago rápido y desde sus pies hasta sus muslos la beso.
Estando entre sus piernas acaricio una de sus piernas esperando su próxima orden. Unos segundos disfruta de ese mimo hasta que agarra mi mano y la lleva su sexo. Su mirada demandante expresa lo que quiere perfectamente. Será un gusto dárselo.
Le planto besos a lo largo de la línea de la ropa interior. Está mojada, muy mojada. Quiero poner mi lengua dentro de ella, follarla con los dedos. Volverla completamente loca es lo que deseo.
Beso la interna de su muslo derecho acercándome muy lentamente a su punto de clímax. Queriendo manejarme, guía mi cabeza hasta allí tirando de mi cabello con una desesperación evidente. No la hago esperar. Saco mi lengua de la boca dejándola caer sobre mi barbilla relajandola dejándola plana y ancha. La dirijo a su vulva y muevo lentamente mi cabeza hacia arriba. Lo hago muchas veces consiguiendo que deba cubrir su boca para no dejar salir los ruidos que se acumulan en su garganta. Luego cambio a hacer pequeños círculos sobre su clitoris y pongo un dedo en su entrada. Verla tener espasmos, verla disfrutando es hermoso. En cuanto la penetro para estimular su punto g, su espalda se arquea.
No tarda en terminar. Yo me quedo ahí, esperando a que le pase el subidón acariciándola.
- Acuéstate- me pide con una respiración más regularizada.
- Si estás cansada...- comienzo a decirle, pero no me deja terminar.
- Dije que te acuéstes- eleva un poco la voz y mi cuerpo responde solo al comando que recibe. - Sin pantalón ni ropa interior y piernas abiertas- instruye y obedezco haciendo que sonría antes de ponerse sobre mí.- Eres lo más hermoso y preciado que tengo- me dice antes de empezar a llenar mi cuello de besos y mordiscos mientras una de sus manos se desliza por mi cuerpo para llegar a mi clitoris y hacer círculos sobre él. Luego de unos minutos mete dos dedos en mí y sigue estimulando mi clitoris con la palma de su mano. Para evitar que mis gemidos sean oídos por todo el albergue, me besa apasionada haciendo que tenga que abrazarme a ella porque siento que estallaré en cualquier momento. La tensión en mi interior aumenta y mientras susurro rogando que por favor no se detenga contra su boca, siento al punto máximo y es como si por un momento estuviera fuera de mi cuerpo.
Pasamos un rato en la misma posición hasta que ella se queda dormida sobre mí. Pienso en moverla con cuidado, pero ella se ve muy cómoda y yo lo estoy. Lo único que hago estirar mi mano para tomar las frazadas y cubrirnos.
- Te quiero Mina- le digo aunque no me escuche y le doy un beso en el pelo.

Respira |Fanfic Wilhemina Venable|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora