mentira.

22 3 5
                                    

──¿Por qué me odias?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

──¿Por qué me odias?

Pintaba un diorama de la galaxia cuando decidió dejar fluir sus dudas, convirtiéndolas en una declaración apacible que llenó el silencio entre ellos.

El sol descansaba en un palillo al extremo derecho del escritorio, Nana revolvió el pincel teñido de rojo en la pintura amarilla, parecía adorar la tarea y Piko entendía el motivo.

──¿Piensas que lo hago?

No hizo falta levantar la cabeza para refutar al chico, Nana rió débilmente por lo ridículo que fue preguntar.

──Estoy segura ──frunció su nariz, realzando las facciones demarcadas alrededor sus ojitos verdes── Completamente segura.

Piko volteó la página del libro de matemáticas abierto en la mesa, decidió continuar sin verla a la cara y tomó su bolígrafo.

La aritmética es tediosa.

──¿Cuál es tu teoría?

El ruido de la silla deslizándose le advirtió que ella giró a verlo, Piko imaginó su expresión inquieta al comprobar la postura desinteresada del contrario. Giró de nuevo cuando el albino dejó de redactar, temía cruzar miradas con él.

──Creo que no te agrado ──Nana pintó sin dedicarse de lleno en la actividad── Porque prefieres a la gente útil y más decidida.

Los ojos de Nana estaban cansados. No había razón para detener las pinceladas y sucumbir a la preocupación, trató de parecer confiada cambiando su manera de sentarse.

──Te equívocas ──ronroneó.

Nana levantó las cejas con entera curiosidad a la expectativa de sus palabras. Piko no reprimió la sonrisa retorcida, él también sentíase cansado.

──No te odio en lo más mínimo ──un sentimiento ligero atravesó su cabeza al pronunciar tales palabras y habló para encubrirlo── Eres muy aburrida para llegar a tanto.

──¿Entonces te divierte burlarte de mi?

──Bueno ──Piko frenó── Un poco, sí.

Dejó crecer el silencio entre los dos, en la habitación nadie movía un músculo. Piko estuvo a punto de reanudar la tarea pero fue distraído por la voz melancólica de Nana, riendo suavemente.

──No te creo, estoy segura de que me odias.

La paciencia de Piko es delgada y perturbable, nunca aguantará su tendencia a indagar en el mundo de la ansiedad. Era ridículo y ella no despertaba suficiente lástima para fingir interés. 

Golpeó el cuaderno encima de la mesa, paralizando a Nana en el acto.

──Está bien, te odio. Nunca había conocido a una persona inútil y estúpida como tú ¿No te cansas de ser patética? Incluso mirarte da náuseas.

El sentimiento abrasivo es mutuo, Nana finalmente puede tranquilizarse.

──No era tan difícil ser sincero.

──No era tan difícil ser sincero

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

· ⸺ ❛Tanuki—dono·

ruined | pikanaWhere stories live. Discover now