Steve bostezo sin moverse de la cama.
Seguía sintiéndose exhausto y mareado con bastante frecuencia. No obstante, como había comentando SIM hace unos días, ya podía sobrellevar la situación.
Era el Capitán Hydra a fin de cuentas.
—Se me han antojado tus excéntricos platillos con manzanas. —comentó Steve acomodándose en el respaldar de la cama—. ¿Han quedado algunos de tus dulces en la despensa?
El silencio fue la única respuesta que obtuvo de la persona que estaba fuera la cama.
—¿Me estás ignorando, Tony Stark? —preguntó con hastío, cruzándose de brazos—. Oye, contesta.
Sin embargo, sus preguntas no fueron escuchadas y Hydra se extrañó aún más por la situación. ¿Qué rayos le pasaba al genio? Desde temprano, SIM se había levantado de la recámara y se estaba mirando fijamente al frente de un gran espejo, ubicado en la esquina de la habitación.
«¿Cuánto tiempo más estará así? ¿Qué tanto va a observar?» pensó Hydra volviendo a bostezar.
—Quiero que seas sincero. —habló Tony por primera vez en el día—. ¿Has notado algún cambio significante en mi?
Hydra alzó una ceja, sin entender.
¿Era una pregunta engañosa? ¿Qué clase de pregunta era esa? Era obvio que estaba cambiando debido al embarazo, sin embargo se contuvo de dar una respuesta inmediata.
Sabía que SIM no preguntaba sin una intención o motivo detrás en específico. ¿Acaso, estaba comenzando a tener las inseguridades que tenían las personas gestantes debido a su físico? Si era de esa manera, se encontraba en una encrucijada.
¿Cómo lo podría satisfacer con sus palabras?
«No tengo la más mínima idea, solo quiero dormir» pensó Hydra haciendo un esfuerzo para no cerrar los ojos.
—¿Es tan difícil de responder, Hydra? —cuestionó SIM volteando a verlo y abriendo la bata que usaba para dormir—. Mírame.
El soldado se relamió los labios, despejando el adormecimiento de su mente en un segundo.
—No sabía que dormías sin interior. —dijo levantándose y yendo hacia el genio con rapidez—. ¿Exactamente que es lo que quieres oír?
Las manos de Hydra fueron hacia las caderas desnudas del moreno y tocaron con suavidad el vientre abultado que parecía una adorable pelota de tenis.
Inconsciente, Hydra sonrió.
—Los cambios físicos en tu cuerpo, son jodidamente hermosos. —confesó sin dejar de mover sus manos que viajaban curiosas por todo el cuerpo de Tony sin pudor alguno—. La forma de tu ombligo es adorable, los huesos de tus caderas que sobresalen levemente para alojar a nuestro hijo y tus piernas contorneadas que llevan marcas de mis besos, junto con ese sexy trasero; es mi completa perdición. —dijo con una sonrisa mientras se acercaba a su oído—. Podría pasar todo el día, describiendo lo mucho que me gusta y me excita tu cuerpo.
Tony desvío la mirada, visiblemente avergonzado.
—Maldito pervertido. —se quejo con las mejillas rojas—. No me refería a eso.
Hydra lo observó fijamente, maravillado al contemplar una reacción que no estaba acostumbrado a ver en el orgulloso Tony Stark.
—Deberías saber que me gusta mucho tu rostro. —siguió el soldado sin dejar de mirarlo y queriendo molestarlo más—. Desde tu bonita y dulce boca que parece una manzana después de comer tanto y siempre está rojiza con un aspecto muy apetecible. Hasta, tus pestañas que tocan tus mejillas cuando duermes de manera adorable y tus cejas rectas que siempre dan la impresión de estar juzgando a las personas, pero-...
—Basta. —cortó Tony tapándole la boca con las manos—. Estás jugando conmigo.
Hydra negó con la cabeza y quitó el agarre.
—Claro que no, solo es que me gustas demasiado. —sonrió coqueto.
SIM rodó los ojos y soltó un suspiro, reacio a caer ante las bromas de Hydra. Últimamente, tenía ese retorcido humor de halagarlo cómo si la vida le dependiera de ello.
—Sé de los cambios, solo quería saber si eras consciente de ello. —explicó Tony con lentitud—. ¿No te molesta?
El soldado casi se ríe ante la pregunta.
—¿Por qué rayos me molestaría? —cuestionó incrédulo, apegando sus cuerpos—. Te estoy diciendo de mil formas lo mucho que me gusta.
Tony pareció meditar sus palabras y se quitó por completo la bata, dejando al descubierto su anatomía entera.
—Te dije que mires bien, pero no lo has hecho. —señaló Tony levantando los brazos y señalando debajo de sus costillas—. Mi piel se está estirando y dejando marcas en mis caderas. ¿Estás seguro que no te molesta? No quisiera romper el trato, pero he estado investigando que algunas parejas sexuales les incomoda que la otra persona tenga...
Steve dejo de escuchar sus palabras y levantó el cuerpo desnudo del genio en sus brazos.
—¡¿Qué mierda, Hydra?! ¡Estoy hablando!
—Solo son estrías, maldición. ¿Qué tienen de extraño? —atacó llevándolo hacia la cama—. ¿Acaso, a ti te molestan?
Tony lo miró confundido y negó.
—No. Recién aparecieron, así que solo me dan picazón. —admitió con sinceridad—. Tienen un raro atractivo ya que se parecen como unos rayos de sol atrapados en la piel, pero a la mayoría de personas les disgusta. Por eso, te preguntaba.
—¿Estoy siendo clasificado cómo la mayoría de personas, Stark? —preguntó Hydra encerrando al genio entre sus brazos—. Tú y yo estamos fuera de lo considerado normal.
—¿Entonces..?
«Espera y verás» pensó Hydra comenzando a besar la piel del castaño.
—¡Ah! ¡Espera! —gimió Tony sobre las sábanas.
Hydra no escucho sus palabras y siguió concentrado en su tarea de hacer una magnífica felación que jamás podría olvidar.
Con su lengua rodeaba la punta del glande con habilidad y volvía a ponerlo en sus labios. Hundiéndose hasta llegar a la base.
—¡Hmmm, Steve! —jadeó Tony fuerte.
Los manos del genio agarraban cómo podían la cabellera del rubio, enterrando sus dedos en sus cabellos.
Hydra sonrió para sí mismo, viendo desde abajo como el cuerpo de Tony se tensaba a punto de correrse dentro de su boca.
Sin separarse, sintió el tibio semen bajar por su garganta.
—Hydra... No. —balbuceó Tony tratando de alejarlo.
El mencionado siguió moviéndose, hasta que tuvo toda la esencia del genio en su boca. Irónicamente, fue la primera vez que había hecho sexo oral a un hombre y le resultó excitante.
Quizás, era porque fue a Tony Stark.
—Tienes una expresión rara.
—He descubierto un nuevo gusto hacia tu esperma. —sonrió Hydra travieso—. A este paso, no habrá nada que no me guste de ti.
SIM soltó una risa seca.
—Para con tus bromas. —dijo recuperándose del orgasmo—. Ven, continuemos con lo que estábamos.
Hydra se levantó y se acercó hacia el rostro del castaño que estaba recostado en la cama.
—¿Bromas? —repitió sin entender.
—Vamos, ¿no lo son? —inquirió Tony con una sonrisa relajada—. No es parte del trato que juegues a coquetearme.
Al instante, el soldado frunció el seño.
—¿Piensas que todo esto... Sigue siendo parte del trato? —preguntó comenzando a molestarse.
—Hmm, protección a cambio de sexo. ¿No? —respondió Tony.
Está vez, Hydra se alejo rápidamente de la recámara y contuvo su ira para no maldecir a los cuatro vientos. ¿Qué carajos le había dicho SIM? ¿Por más de cuatro meses estuvo pensando en el maldito acuerdo?
Era imposible de creer.
—Yo... Yo prometí que los protegería a los dos. —recordó Steve tratando de controlar su molestia—. Pero, no era porque esperaba algo a cambio.
—Eso es impropio de ti, Hydra. —dijo Tony sentándose y acomodándose entre las sábanas—. ¿O es que sigues con la intención de llevarte la custodia de mi hijo? —preguntó sin entender.
Hydra apretó los puños al escuchar las dos últimas palabras.
—Nuestro. —recalcó con la mirada oscura—. He sido sincero y directo con lo que quiero, Stark.
El mencionado se mostró pensativo y luego de unos minutos, negó con la cabeza.
—Estás confundiendo las cosas. —declaró con firmeza—. Desde el principio, yo no quería una relación o buscar a alguien que asuma la paternidad del bebé. —explicó Tony sin dejarse intimidar—. Había supuesto que los cambios en nuestra relación solo se debían al calor del momento o para llevar bien las cosas.
—No jodas...
—Sé sincero, Hydra. Solo quieres tener sexo conmigo, lo has dicho varias veces. —cortó SIM tocándose el vientre—. Mi hijo no es problema tuyo, lo siento.
Hydra se rio incrédulo y asintió varias veces, dispuesto a no cometer una locura. Se sentía extremadamente estúpido. ¿Qué había esperado de SIM? Además, era el maldito Capitán Hydra.
¿En qué estaba pensando? ¿Dos villanos iban a formar una bonita familia?
—Okey, aclaraste mis malditas dudas. —dijo Steve entre dientes después de un rato, cogiendo sus prendas dispuesto a irse—. Creo que lo mejor sería romper el trato.
—¿Qué?
—De todas maneras, prometí darte protección a ti y a tu hijo. Así que no te preocupes por eso. —murmuró antes de desaparecer por la puerta—. Adiós, SIM.
—¡Espera, Hydra..! —exclamó Tony sin ser escuchado.
Otra vez, cómo hacia mucho tiempo no pasaba, se encontraba solo en su habitación.
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¡Proyecto de Amor!
ФанфикTony Stark tenía un proyecto personal que ansiaba lograr, había planeado por mucho tiempo tener un bebé con bastante precaución. Sin embargo, todo se fue al carajo cuando conoció a cierta persona. Ambos eran villanos. Tenían un pésimo carácter y poc...