꧁𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 №04꧂.

408 141 18
                                    

●▬▬▬๑𓍝๑▬▬▬●

Emilia Styles.

Sentí un suave movimiento en el hombro junto a una voz conocida, pero no podía entender nada, solo escuchaba susurros. Traté de moverme pero todo mí cuerpo se tensó, sintiendo dolor y como si estuviera hecho de roca. Abrí lentamente los párpados y comencé a ver con delicadeza.

—Rubia, despierta. —Me pidió suavemente la voz de Maik.

Arrugue mi rostro cuándo sentí un fuerte dolor en la columna.

Me fui enderezando con la ayuda de Maik y solté una queja de dolor cuando me estiré completamente.

—Vamos, levántate —extendió su mano.

Miré a mi alrededor y recordé la voz, mis cajones estaban exactamente igual como los dejé.

Levanté la mirada de inmediato tanto que me dolió.

—Vamos —guíe a Maik fuera de la habitación para evitar que viera la caja.

Al llegar a la sala de estar me siento en uno de los muebles individuales. Me estiré sintiendo como cada músculo de mi cuerpo se relajaba y a la vez se tensaban, hasta que sólo sentí alivió.

Maik se sentó a mi lado y puedo sentir su atenta mirada.

Y se muy bien lo que me quiere preguntar así que comencé a producir cualquier respuesta coherente pero no sé me ocurría ningúna, la verdad no podía ni siquiera pensar con el cansancio que me arrastraba.

—Me duele la cabeza —comenté llevándome una mano a mí zona dolorosa.

Realmente no me dolía solo quiero evitar preguntás. Maik me seguía observando hasta que se levantó dirigiéndose a la cocina.

Aún tenía mucho sueño. «¿Cuánto habré dormido. No recuerdo a que hora me dormí, no puedo pensar. Solo quiero descansar.

—Toma.

¿Ah?

Abrí los párpados y la figura de Maik apareció delante de mí. El sostenía con una mano un vaso con agua y con la otra una pequeña pastilla.

Ay, no no no.

Maik inclinó la cabeza observándome.

—Siento que no puedo mover mi cuello —dije rápidamente para que no comenzará a dudar. No quería que sospechara nada.

Enderece mi cuello lentamente, arrugando mi rostro por el dolor. Tomé la pastilla junto al vaso con agua, y simule tomar la pastilla. Maik asintió y tomó el vaso para dejarlo en la mesa de sala.  Yo aproveche ese pequeño momento para sacar la patilla de mi boca y ponerla en uno de mis bolsillos de pijama.

—Quiero dormir —hice un ademán de levantarme pero no pude.

—¿Estas segura? —preguntó cuestionando.

—Si...—Y en ese momento me di cuenta de una cosa, que pregunté sin pensar—: ¿Como entraste aquí?

—Estaba cerca y decidí pasar —dice tranquilamente.

La venganza como justicia [COMPLETO]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora