El Doctor llegó poco tiempo después, confirmando mi gripe e infección de garganta, diciendo que empeoraría al día siguiente.Mi padre se quedó el resto de la tarde en casa, podía escuchar sus pasos en el primer piso, no mencionó nada sobre nuestra discusión, sólo dejó las pastillas y jarabe para la tos al lado de mi cama, repitiendome las horas que debía tomarlas hasta que estuvo seguro de que podía memorizarlas.
Al principio, creí que tanto el doctor como mi padre estaban exagerando, pero pronto la temperatura hizo que el dolor de cabeza se volviera insoportable, mis párpados dolían y me dediqué a dormir, perdiendo la noción del tiempo. Para cuando desperté, fuera, el cielo estaba oscuro, y habían encendido mis lámparas de noche.
Quise incorporarme, pero el ruido de la puerta llamó mi atención. Mi padre entró con una charola de comida, Arwood iba detrás suyo, junto a sus botas, haciendo zigzag entre sus pisadas.
"Te hice la cena" anunció, dejando la bandeja a los pies de la cama. "¡No!" regañó al felino, tomándolo entre sus manos antes de que subiera a la cama
"Está bien" dije con voz ronca, como un susurro ahogado. Me senté y miré los platos, pan, una crema espesa y un poco de té. Arrugué la nariz al oler este último.
"Debes tomarlo" notó mi mala cara "Es jengibre con limón, te hará bien"
Lo tomé sin muchos ánimos, bebiendo apenas, el sabor me asqueaba, demasiado ácido y caliente para mi gusto.
"Zoe" dijo a modo de advertencia, tomé otro trago rápidamente, dejando la taza sobre la mesita de noche junto a las cajas de píldoras con discreción "Sabes que debe tener sus vacunas" señaló con el dedo a Arwood, que se había entretenido con unos pinceles que estaban en el piso
Me estiré para abrir el cajón más cercano, mostrándole los papeles que me había entregado Robert. Escritos donde venía todo lo que le habían dado a Arwood antes de entregárselo.
"Es de la Granja" se quedó pensativo "Ya lo recuerdo, él vino con una camada"
Me encogi de hombros y probé la crema, no podía adivinar si era de brócoli u otra verdura, pero tenía trozos que no fueron bien molidos, y debía masticar, el sabor no era tan malo al menos. Miré de reojo, y mi padre seguía allí, sólo, observandome.
"¿Fue un regalo dices?"
"De mis amigos" dije tratando de no ponerme nerviosa. No tenía las energías para volver a discutir con él por la reputación de Simon. "Estoy cansada" confesé, dejando de lado el plato de pan.
Era verdad, no tenía apetito, probar bocado era una agonía.
"Está bien, pero debes intentarlo mañana" regresó los platos a la bandeja, entregándome de vuelta mis papeles. "Asegúrate de tomar tus medicamentos"
"Si" me recosté, dejando que el pequeño Arwood saltara a mis brazos, acurrucandose sobre mi estómago.
"Duerme" dijo antes de salir
"Buenas noches papá" susurré, cayendo otra vez dormida.
Las palabras del doctor se cumplieron los siguientes dos días, la fiebre no me bajaba, mi padre había elegido irse por las mañanas dejando la charola de comida llena junto a mi cama, y regresaba a las cuatro en punto.
El sudor había empapado mis sábanas, el día se me hacía corto. Solo dormía y despertaba sin saber cuánto tiempo había pasado, apenas consciente de mi entorno. En una ocasión mientras mi padre se aseguraba de que estaba comiendo, y el teléfono había sonado con insistencia.
Robert.
Seguramente era él, pero había fingido una fuerte tos para despistar. Evitando que saliera de mi habitación para contestar.
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Just Like Heaven | PAUSADA
FanfictionUn pueblo tranquilo y una vida cotidiana, el deseo de Zoe de que llegara algo emocionante a su vida parece cumplirse con la mudanza de un extraño chico de ropas oscuras.