LÍA
Me da miedo hablar con James y que se lo tome mal. Obviamente actúe con conciencia y sé que solo fue un juego, pero en el fondo siento como si le estuviera fallando. Tenemos una relación bonita y no quiero que se estropee por algo así.
Sinceramente, no creo que vuelva a jugar si proponen hacerlo de nuevo. No quiero sentirme mal después y quiero tener la conciencia tranquila ante todo.
Le mando un mensaje diciendo que estoy fuera y espero unos minutos a que salga.
– Hola bonita – me sonríe.
– Hola – sonrío también.
Me acerco a él y le doy un abrazo que me reconforta bastante.
– ¿Has tenido algún problema? - pregunta extrañado.
Hemos quedado inesperadamente y es normal que piense que me haya pasado algo.
– No – lo tranquilizo – solo quiero hablar contigo sobre una cosa.
– Vale, ¿quieres ir a tomar algo?
– Claro – asiento.
Vamos a un bar que hay cerca y cada uno nos pedimos una bebida.
– Cuéntame – sonríe.
James es una persona que trasmite tranquilidad y confianza. Me siento libre cuando hablo con él de cualquier tema, pero eso no quita que ahora mismo esté nerviosa por lo que pueda pensar. Nunca me he sentido con nadie así y solo espero que pueda entenderme.
– Sé que no tenemos ninguna relación – empiezo diciendo – pero me siento mejor contándotelo...
– Si has conocido a alguien, no tienes que darme explicaciones – me interrumpe.
– Quiero hacerlo – asiento segura.
El camarero trae las bebidas y le doy un sorbo a mi refresco.
– Lo primero, no he conocido a nadie – dejo claro.
– Vale – asiente.
Remuevo las manos sobre la mesa nerviosa y no sé como empezar.
– Tranquila Lía – me coge una mano.
– Es que me siento mal – bajo la mirada.
– Sabes que conmigo puedes hablar de todo – me sonríe – No te preocupes por nada.
– El otro día salí con mis primos y otros amigos – explico – y decidieron jugar a un juego.
Me paro y suspiro. No solo tengo miedo, sino vergüenza. El es mayor y puede que contándole esto me vea como una cría.
– ¿Quieres que vayamos a un sitio más íntimo?
– No es por el sitio – niego.
– Dime donde estás más cómoda para hablar.
– Si es que da igual – me paso una mano por la frente.
Llama al camarero y le pide la cuenta. Si él prefiere estar en otro sitio, no me voy a oponer. Saco mi monedero y me detiene levantando la mano.
– Pago yo – dice firme.
– No hace falta.
– Déjame hacerlo, me apetece.
– Está bien – sonrío tímida.
Paga las dos bebidas y salimos de nuevo.
– Podemos ir a mi casa si quieres. Tengo un jardín bonito y se está agusto.
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CABAÑA 001 [+21] [TERCERA PARTE DE CELDA 001] [TERMINADA]
Novela Juvenil{ TRILOGÍA 001 } TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA. LOS DOS PRIMEROS ESTÁN DISPONIBLES EN MI PERFIL La vida de Varek y Barbara parece estar resuelta. Pero... ¿Lo estará también la de su hija Emy? Los años pasan y Emy Dawson Scott se convierte en una muje...