XXXIV

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ARIANNA

-Parte primera de la misión.-Exclamó Cameron sobresaltándome. Idiota.-En el fondo de la guantera hay un mapa. Cógelo.

Rodando los ojos le obedecí. Al abrir el mapa miles de líneas trazadas con rotulador rojo saltaron a la vista.

-¿A dónde se supone que vamos primero?-Pregunte mirando los diferentes puntos del mapa.

-A Malibú.

Fruncí el ceño y le miré.

-¿La playa donde vivía Hannah Montana?

Él rió por mi estúpido comentario al igual que yo.

-Esa misma.

-¿Para qué demonios vamos a Malibú?-Volví a mi posición de niña poco convencida.

Cameron bufó y le oí murmurar algo como "estos niños de hoy en día" y sonreír como idiota. Venga ya, solo era dos años mayor que yo.

-Arianna, ya te he dicho que tenemos una misión entre manos.-Repitió en tono cansino.-Lo mejor que puedes hacer es callarte y hacer lo que yo te digo.

-Vale, papá.-Resoplé causándole gracia.

Cameron estuvo conduciendo durante un rato hasta llegar a la tan famosa playa. Un grupo de adolescentes aguardaba en torno a una enorme hoguera con altavoces de ruidosa música. Uno de ellos al vernos llegar se levantó de la arena a nuestro encuentro, o más bien al de Cameron.

-C, hacía tiempo que no te veíamos.-El chico le hizo ese típico saludos de chicos al que estaba acostumbrada.-¿Es tu novia?

-No te acerques a ella Ferrer.-Le contestó medio enserio medio en broma.

El chico me miró y extendió su mano para que yo la tomara.

-Hola Arianna, soy Andrew Ferrer.

-Hola Andrew.-Le devolví el saludo.

-Bueeeno.-Interrumpió Cam.-¿Tienes lo que te pedí?

Andrew rebuscó algo en su bolsillo y se lo entregó a Cameron. El retintineo de las llaves avivó mis ojos.

-Las llaves de Hoult Park son todas tuyas.-Susurró Andrew para que el resto de chicos no lo escucharan.

Fruncí el ceño mientras una idea peligrosa se formaba en mi mente.

-Genial hermano, nos vemos pronto, y gracias.-Cam le dio un rápido abrazo.-Vamos.

Su mano agarró mi brazo y tiró de él hacia el coche. Andrew se despidió con la mano de manera divertida, y yo a duras penas le respondí. Cuando menos me lo había esperado ya estábamos otra vez en la carretera nocturna.

-¿Sabes que entrar en un parque cerrado es ilegal, verdad?-Me crucé de brazos.

-Estaba esperando que dijeras eso.-Masculló divertido. Fruncí el ceño otra vez.

-Cameron, no voy hacer ningún allanamiento de morada.

-Yo tampoco.

Una expresión confundida se asomó por mi rostro. Me quedé varios minutos en silencio dandole vueltas al tema.

-¿Entonces para qué demonios quieres esas llaves?-Decidí preguntar.

-Pues para entrar.-Contestó obvio.-Tranquila Ari, tenemos unas llaves, y siempre que las tengamos no nos podrán acusar de nada.

Una nueva imagen de Cameron Alexander Dallas creció en el fondo de mi mente. Un Cameron problemático, fugitivo...Peligroso. Sacudí la cabeza cuando la preocupación empezó a crecer.

The Viner Girl || MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora