Capítulo 4

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Al entrar por mi cuadra visualice mi casa, algo andaba mal. Las ventanas estaban abiertas pero las luces apagadas.

Me paré en el momento, no podía ir pero tampoco podía quedarme en la calle sin hacer nada.

Estar en mi cabeza es un asco.
Llegué a la puerta y la abrí. Estaba sin llave.

Mier-da.

Respire hondo y entre cerrando la puerta detrás de mí. Busque el interruptor y para mi suerte prendió todas las luces. Y algo más se prendió.
Escuche como mi pava eléctrica comenzó a funcionar. Exhale fuerte y sin darme cuenta había empezado a caminar hacía la cocina.

Por el marco de la puerta sobresalía una sombra. Jadee, siempre habían sido voces, gritos, muebles pero no una figura.

-¿Marie?

-¡CON UN CARAJO MAMÁ!- me apoye en la pared, el alma me volvió al cuerpo- ¿cómo? ¿vos?-señale la puerta.

-vine a verte, siempre lo hago...-me observo de arriba a abajo- ¿estas...transpirando?

-¡ESE ES EL PROBLEMA! siempre venís y entras como si nada, sin avisar, casi muero del...-respire- no es tu casa.

Me miró con el ceño fruncido.
-¿el problema es que viniera o que tu cabeza sigue imaginando cosas?

-¡¿QUE?! No te escuses en mis problemas.

-contéstame...-sólo me mordi el labio- ¿por qué no me contaste? ¿hace cuanto volvieron?¡Marie es serio!

-¡BASTA!- tome asiento- Jamás se fueron- la vi tensarse- pero nunca preguntaste...

Tomamos un té y charlamos por horas. Me gustaba estar con mamá pero se sentía peor aún cuando alguien se iba y volvía a estar sola.

IN MY HEAD|✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora