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La vida había sido lo suficientemente dura con él como para volverlo fuerte a lo largo de los años

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La vida había sido lo suficientemente dura con él como para volverlo fuerte a lo largo de los años. Había sido un joven huérfano desde los 19 años, su madre había fallecido antes de siquiera poder conocerla, y creció con su padre hasta el fatídico día en que el hombre ya mayor, tuvo que despedirse de la vida física a su lado. Al menos, le había dejado una herencia de la que pudiera sacarle provecho para mantenerse por el resto de sus monótonos días. No había derramado una lágrima desde la muerte de su viejo, y al contrario de echarse a llorar; había usado todo el dinero que el hombre había ahorrado hasta su muerte para invertirlo en sus estudios, optando por seguir los pasos de su progenitor y estudiar una carrera como médico forense que concluyo a sus 25 años, titulándose con honores y, re abriendo la propiedad de su padre. La vieja clínica forense de los Park, ganándose el reconocimiento de la ciudad y aliándose de nuevo con el servicio de policía para realizar diversas investigaciones en distintos crímenes y, por supuesto; realizando las autopsias de protocolo común.

Ahora, Park Chanyeol daba por sentado que su vida estaba resuelta, y aunque se sentía en paz; siempre había algo que le hacía falta en su día a día, por lo que optaba por encerrarse en el sótano de su hogar, donde la clínica se encontraba, trabajando en nuevos "proyectos" que él mismo inventaba, por decirlo así; donde estudiaba casos inconclusos sobre crímenes que habían ocurrido con anterioridad, estudiando las heridas de los pacientes y repasando una y otra vez las fotografías de los tantos cadáveres que habían pasado por su cama metálica; sintiendo una atracción que le quito el sueño durante varias noches, pero que aunque no quisiera; iba en aumento con cada cuerpo nuevo que atravesaba la puerta del ascensor.

Su compañero, Kim Jongin, mejor conocido como Kai; era su mano derecha. Mejores amigos desde niños, habían estudiado juntos y ahora, aunque fuesen muy distintos en cuanto a personalidad; ambos tenían ese gusto y calma de poder trabajar juntos.

Aquella noche, el cuerpo de un menor fue traído por la policía en medio de la noche, tocaron a su puerta un par de veces, casi rompiéndole los cristales de la misma; y cuando se dignó a abrir, se encontró con el rostro acojonado del jefe en policía, abriéndose camino dentro de su recinto sin permiso, indicando a sus agentes adentrar el cuerpo que venía dentro de una bolsa negra que le cubría de las miradas curiosas.

—Doctor Park, lamento las molestias, pero es un caso urgente. —le dijo, quitándose la capucha del impermeable para cubrirse de la lluvia torrencial que caía afuera. —Hemos estado investigando los asesinatos recientes, y cada caso ha sido... peor que el anterior. Esta vez encontramos el cadáver de un menor, creemos que tiene entre 10, o 15 años, no lo sabemos... y necesitamos hacerlo pronto para encontrar a sus familiares y darles la noticia. Le pido el informe temprano en la mañana, con permiso.

Chanyeol no dijo nada, aun adormilado asintió ante la petición del hombre y cuando los agentes y este partieron sin despedirse de su casa, azotando la puerta, bufo. Había estado en su cama suave, con las almohadas esponjosas mientras tenía un sueño húmedo con un hombre desconocido que bailaba en medio de la oscuridad, apenas iluminado con luces de colores y una multitud a su alrededor, y una rojiza cicatriz en el ojo izquierdo junto a unos ojos hermosos y brillantes. Suspiro, haciendo a su cuello tronar suavemente antes de ir al baño, dándose una bofetada con las manos mojadas para despertar más rápido. La erección en sus pantalones de pijama le hizo saber que, había estado así durante la llegada de los oficiales, haciéndolo sentir ligeramente abochornado mientras jadeaba de vergüenza. No iba a pajearse antes de bajar, por lo que decidió ignorar a su amigo de abajo, colocándose el equipo necesario para bajar al sótano, encontrando al cadáver en la entrada del ascensor que daba hacia el sótano, ya en la camilla metálica en donde les transportaba. Entro empujando la misma mientras bostezaba, bajando hasta llegar a la serie de pasillos que daban a diversos lugares de la morgue.

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