Versus.

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Hagas lo que hagas, siempre habrá quien te apoye hasta la muerte o quien te quiera ver muerto.

Claro y oscuro. Blanco y negro. Amistad y enemistad.

Es algo que sinceramente me revienta por dentro. ¿Porqué tiene que haber guerras? ¿De que sirve minarse unos a otros las fuerzas hasta destruir a tu contrincante? ¿Porqué tiene que haber contrincantes?

Claro está que no habría bien sin mal. Pero bajo mi punto de vista, todo ha de hacerse bajo un comportamiento lógico, que esté argumentado, que tú digas “pues sí, tiene razón"; no que de la nada, cuando creías que habías alcanzado la paz absoluta, llegue alguien y te exprese tácitamente “que te jodan".

Esto que estoy diciendo (que es lo que me ha impulsado a escribir esta parte en verdad) es completamente verídico.

No voy a dar ni nombres, ni información personal de ningún tipo. Sólo dejaré claro que me niego a batallar porque sí.

Esto que diré suena egoísta: me guío por rentabilidades. Algo tiene que darme beneficios para que lo lleve a cabo. He entrado otras veces “en guerra" con otras personas, sí. Pero sacaba algo de provecho, tenías algo por lo que merecía la pena luchar.

¿En esta ocasión? Entrar en conflicto sólo me traería problemas. A mí y a otras personas. No sé hasta que punto pueden calentarme la cabeza. No tienes una ganancia garantizada (pérdidas sí que lo están).

Así que a tí, mentiri-rival, por el bien de los dos y el de terceros, sin ánimo de ofender, que te den por saco.

Relatos y pensamientos de un mortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora