Mi Única Esperanza 2

Capítulo 5; Miedo.

Entonces, colocó el bisturí en el fuego de la vela y después lo fue pasando en mi espalda; para ser más específico por mi espalda baja.

Yo trataba de moverme, me dolía el cuerpo como el "mismísimo infierno" y yo quería salir de ahí, encima mis gritos salían sin control, aunque yo intentase no gritar, él se enojó tanto que mejor cambio de táctica, ya que no me dejaba según sus palabras, como si fuera a dejarme torturar solo porque al señor le place hacerme sufrir.

Ma- Como no dejas de moverte no podré concluir esto, así que lo haré en otro momento, pero en cambio haré algo distinto ahora

Max me colocó unas esposas en los pies y me obligó a alzar mi trasero; estaba abierto, expuesto a lo que el mandará.

Al- Max espera por favor, me estás haciendo mucho daño te lo ruego.

Ma- Shhh. Calla.

Vi como tomo una vela y dejó que la cera caliente cayera en mi trasero justo en la parte externa de mi entrada y me dolía como "el demonio mismo del laberno en pleno fuego ardiendo".

Al- ¡Ahh! _grite muy fuerte e intente moverme_ Max ya por favor, detente.

No lo soporte más y lloré como un niño esto es lo que él quería, el Máx de ahora estaba totalmente loco, yo sólo pedía, suplicaba y lloraba como nunca creí hacerlo.

Prefería las violaciones a la tortura física a la cual me está sometiendo justo ahora; cortándome y quemándome con las velas, quien sabe que más se lo podía ocurrir hacerme.

Después prosiguió con lo que hacía primero, tomo de nuevo el bisturí y lo calentó nuevamente con la vela luego lo fue pasando en mi espalda baja; dejándome marcado como si fuese ganado animal.

Max estaba fuera de su humanidad, parecía complacido de oír mis llantos y súplicas, por ello el dejo de torturarme, me cargo entre sus brazos y me llevo a otra habitación, yo aún tenía temblores por lo vivido y mi cuerpo dolía, la herida en mi pierna ya ni la sentía.

Hizo un par de llamadas y luego salió un momento, yo quería ver a mi bebé, pero no sabía a donde se lo había llevado y no podía caminar, seguí llorando y llamando a mi hermano Neit, pero dentro de mí se empezaba a presentar un odio hacía mí hermano.

En mi interior sentía que todo era culpa de Neit.

"¿Por qué me abandonaste Neit? ¿por qué? Me dejaste desprotegido y a merced de un lunático.

Cuando yo nací, me dijiste que habías prometido que siempre velarías por mí, no permitirías que alguien me hiciese daño y dime, ahora cuando más te necesito ¿En dónde estás?

¿Por qué no despiertas?, parece que te has olvidado de mí y de que me dejaste en manos de Máx; ese maldito bastardo.

Como lo odio y a ti también Neit."

Ya no pude pensar más; mis ojos se convirtieron en cascadas de lágrimas, mi dolor no se comparaba con mi tristeza y la sensación de abandono y soledad en mí, sentía que yo también perdía la cordura.

No sé en qué momento me quede dormido, pero desperté de golpe y gritando cuándo sentí un terrible ardor en la herida de mi pierna y vaya que esta vez sí sentí aquella herida, pero cuando quise levantarme de la cama, me fije que estaba esposado de brazos y pies a las 4 esquinas de la cama.

En mi boca había una cinta que no me permitía hablar, ni siquiera gritar bien; solo salían quejidos ahogados como respuesta a lo que me estaban haciendo, había una señora suturando mi pierna y sin anestesia, al parecer Máx quería que sufriera en más de una manera.

Lo peor de todo es que quería desmayarme por el dolor y no podía; era como si me hubieran hecho algo para que yo estuviera consciente durante todo el proceso, justo cuando creí que no podría ser peor, Máx me demostró su lado desquiciado y que gusta de la tortura en más de una forma.

Luego de algún tiempo; no sé cuánto para ser exactos, terminaron de "curar" mi herida y cerrarla, ella se fue de la habitación y me quede con ese endemoniado humano el que era mi torturador personal.

Ma- Bien primor; dime, después de todo lo que has pasado en las últimas 48 horas, aún vas a seguir creyéndote el valiente y super hombre y te vas a seguir revelando ante mí.

Yo moví la cabeza en seña de un No, ya que él no me había quitado la cinta de la boca.