𝐇𝐎𝐋𝐌𝐄𝐒 ; t𝖾𝗄𝗐𝗌𝖻𝗎𝗋𝗒

𝒊𝒊. 𝘁𝗵𝗲 𝘁𝗼𝗮𝗱 𝗳𝗮𝗰𝗲

𝖢𝖠𝖯𝖨𝖳𝖴𝖫𝖮 𝖣𝖮𝖲 | 𝗟𝗔 𝗖𝗔𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗦𝗔𝗣𝗢

Al día siguiente la castaña de nombre Aleen se levantó más temprano de lo común. Su hermana Enola le había dicho en la noche anterior que Mycroft las quería enviar a una escuela donde educaban señoritas y que hoy en la mañana vendría la Señora Harrison, directora de una de esos "educativos".

Justamente este momento las dos estaban en una sala con la señora que en pocas palabras era insoportable.

───Pónganse derechas.───La mujer caminando exageradamente recta se acercó a la oji-verde y subió su barbilla en un movimiento brusco.───Así están mucho mejor.

Las jóvenes tragaron seco cuando la vieron sonreír cínicamente.

───Cinturas: 62 la menor y 61 la mayor.

Aleen frunció el ceño confundida cuando escuchó eso, la castaña no estaba entendiendo nada.

───Busto: 84 Enola y 82 Aleen.

───Muy pequeños.

───Caderas 89 la mayor y 90 la menor.

───Que decepcionante, tendremos que usar amplificador.───Habló la señora Harrison o como Aleen había decidido apodarle; la cara de sapo.

───La cadera sirve para mover las piernas.───Objetó incrédula la mayor de las dos.─── ¿para que amplificarlas?

───Que ingeniosa, lo disfrutaré.

La menor bufó ante el comportamiento de la señora y rodó los ojos irritada.

───Pues yo no disfrutaré ser prisionera de esa ropa bastante ridícula.───Espetó de manera imparcial, sin embargo la cara de sapo ni se inmutó.

───No te apricionará.───La miró con un destello de malicia en sus ojos.─── Solo te liberará. Les permitirá encajar en la sociedad y participar en muchos placeres. ───Empezó a caminar por la habitación sacando trasero.───Atraer, llamar la atención. En mi escuela de modales aprenderán a ser unas dignas señoritas. ───Detuvo su caminar.───Y harán muchas nuevas amigas.

───No necesitamos más compañía. Nos acompañamos una a la otra. ───Dijo una vez más Enola que estaba cansada de la situación en la que su hermano las había metido.───Y en realidad no necesitamos ir a ninguna ridícula escuela de modales menos a la suya.

No bastaron más palabras para que la señora Harrison se atreviera a darle una cachetada a la mayor de las hermanas. Enola con el corazón en la boca debido a la humillación no dijo mas nada, pero si salió corriendo del lugar.

En la mente de Aleen solo se reproducía una pregunta que sabía que nadie se la respondería "¿De verdad es aquí dónde nos educarán modales?", pensaba que hasta ella tenía más que la mujer.

───Mire señora, no sé que tiene usted en su cerebro, pero espero y esto le quede bien claro. Le vuelve a tocar un solo pelo a mi hermana y le juro que me encargaré de hundirla a usted y a su colegio.

Antes de la que la castaña saliera del lugar esta le dedicó a su mayor una última mirada de odio para luego salir corriendo en busca de su hermana.

───¡No me hagas esto! ───Los gritos de Enola se escuchaban por el pasillo.───Dejanos ser felices, ya lo somos aquí.

Aleen llegó a la puerta y entró sin tocar. Necesitaba darle apoyo a su hermana, después de todo habían hecho la promesa de siempre estar juntas.

───Ya son unas señoritas Enola necesitan educación.

───Ponnos a prueba en lo que creas necesario para sobrevivir───Habló en un tono desesperado.

Enola se sentía vulnerable, pero no se quería ir, no queria dejar de ser ella, perder su esencia que tanto la caracterizaba.

───Si las hubiera educado bien, no estarían aquí en ropa interior, no conseguirán marido en su estado actual.

───No quiero un marido.───Inconcientemente las dos hablaron a coro.

───Otra cosa que cambiará con la educación adecuada.

Y entonces la mayor no aguantó más y con los ojos cubiertos de lágrimas se arrodilló frente a Sherlock que había decidido no interferir en la discusión que estaban teniendo sus hermanos.

───Sherlock no dejes que nos haga esto. ───De las dos ella era la mas afectada, claro que a Aleen también le dolía, pero ella siempre había sido más dócil a todo. ─── Por favor...

───El es su tutor.

Una nueva discusión empezó, pero esta vez participaban los cuatro dando todos sus distintos puntos de vista. El desastre que estaba siendo ocasionado por los Holmes paró cuando la señora Harrison entró al lugar.

Todo quedó en un silencio incómodo.

───Tuvimos una encantadora charla.───Habló ella al ver que ninguno de los hermanos lo haría. Se colocó entre las menores.───Seguro seremos buenas amigas.

Pasó sus brazos sobre los hombros de Aleen y Enola. El rostro de las dos era todo un poema, sus facciones daban a entender que estaban bastante disgustadas con la presencia de la mujer. La oji-claros alejó bruscamente el brazo de la mayor mostrando su incomodidad.

───Señora Harrison le agradezco su amabilidad.

───¡Oh! Señor Holmes para mí es todo un honor.

Aleen no pudo evitar hacer una mueca de horror. ¿Acaso estaban coqueteando?

───Yo mismo las llevaré mañana.

───¿Usted?───Preguntó la mayor sorprendida.───Me parece maravilloso.