a͏d͏v͏e͏r͏t͏e͏n͏c͏i͏a: ͏s͏m͏u͏t +18
Los suaves jadeos se hacian presentes, mi respitación aumentaba de velocidad y mis ojos entrecerrados. Apartó los pequeños paletones de mi falda para luego repetir la acción con mis bragas dejando libre el camino hacia mi intimidad, en un golpe brusco introdujó dos de sus dedos en mi interior, fuertes mordiscos en mi labio inferior tratando de guardar los gemidos. No tardó en mover su toque con rapidez, baje mi mirada para lograr ver su erección cubierta por aquel boxer, subí hasta sus ojos fijos en mi sexo observando los fluidos que salian de este.
-Carajo -Dijo llevando una de sus manos hasta su pene sobando este.
-Asegura la puerta -Ordené con dificultad.
Me miró con una sonrisa traviesa en su rostro dejando lo que hacia anteriormente, alejó su mano de mi palpitante interior para dirigirse hasta la entrada de la habitación colocando seguro en esta, regresó a la cama luego de subir el volumen de la musica que cubriria el sonido de nuestros gemidos.
-Listo linda ¿en qué estabamos? -Mordió levemente su labio inferior.
-Solo ven -Extendí mis manos hacia su cuerpo, soltó una carcajada.
Gateaba hacia atrás deteniendome hasta chocar con la fria pared de la caravana, el colocho de deshizó de su calzoncillo dejando a la vista su polla dura. Subió al suave colchon empezando a gatear sobre este quedando sobre mi cuerpo. Una de mis manos se enredó en su cabello largo y desordenado mientras la otra se deslizaba por su torso deteniendose hasta sentir el pene que tanto deseaba tener en mi interior en este momento, lo cubrí con mi mano recorriendolo por completo.
Los jadeos de Eddie no tardaron en presentarse, jadeaba sobre mis labios. Una de sus grandes manos desabrochó la falda que cubria mi trasero, tiró de esta haciendo que terminase en el suelo junto con mis bragas, mis humedas bragas. Tres dedos, tres malditos dedos en mi interior una vez más, no lograba soportarlo, solo deseaba tenerlo dentro de mi y sentirme llena nuevamente.
-Follame.
Pedí casi en un susurro.
-Soltó una risa- No hagas ruido princesa.
Nuestros labios chocaron en un beso lento pero apasionado, tomó su pene llevando la punta de este hasta mi entrada, nuestras intimidades se rozaban causando solo desespero y más excitación en mi.
-Maldita sea -Llevé mi puño hasta mi boca guardandome los gritos de placer que querian salir de esta.
Sus caderas empezaron a moverse, esta vez no fue paciente ni delicado en los primeros minutos del sexo, tenia que ser rapido, tan rapido que su tío no se daria cuenta de tal situación. Mi mirada bajo hasta observar el largo de su pene entrando y saliendo de mi intimidad de una forma brusca.
Mis manos arrugaron la manta, mi espalda se arqueaba cada vez más despues de cada penetración y de mis labios se deslizaba una disminuta gota de sangre.
-Dios, que bien te sientes -Su voz se encontraba entrecortada y su respiración agitada.
Enderezó su espalda apoyando sus manos en mis caderas teniendo un mejor agarre.
-Justo ahí cariño.
Joder, me embistió de una forma más profunda y brusca.
-Mierda Edward.
Mi cabeza se inclino hacia atrás mientras mis ojos se cerraban con fuerza al igual que mis labios. Tomó mis muñecas entre una de sus manos subiendolas sobre mi cabeza, nuevamente se inclinó más hacia mi cuerpo llevando sus dulces labios hasta mi cuello, de una forma lenta formaba un camino de chupetones.
Subió la corta camisa que cubria mi torso dejando mis pechos completamente descubiertos, mordió su labio. Soltó su agarre de mis muñecas llevandolo hasta mis tetas cubriendolas por completo con sus manos, las estrujaba como si de un juguete se tratase, mi piel se erizó al sentir el frio toque de sus anillos.
Nuestros bajos jadeos y gemidos se mezclaban con el sonido de nuestros cuerpos sudados al chocar, con la música metal aún de fondo la cual cumplia su proposito, cubrir lo demás. Su polla palpitante aun se encontraba penetrandome con brusquedad y sus dedos jugando con mis pezones duros.
Su mano derecha tocó mi sexo, no tardó en empezar a mover esta rapidamente ayudandome a llegar finalmente a un orgasmo. No lograria durar más, solo necesitaba de unos cuantos minutos para que mi centro explotara.
Y así fue.
Solo necesité de una cuantas profundas embestidas para llegar a mi limite, los fluidos salian de mi entrada como una fuente de agua.
-Dios si, correte sobre mi polla princesa -Inclinó su cabeza hacia atrás llevando sus manos hasta mi cintura.
Mi espalda se arqueo gracias al placer, nuestros labios se unieron ahogando nuestros gemidos. Sus dedos se clavaron en mi carne al llegar a su limite, las maldiciones se hacian presente una vez más. Sacó su miembro de mi interior, empezó a masturbarse sobre mi abdomen, observaba como el semén salia del pene del rizado, su rostro cubierto por algunos mechones de cabello y sus ojos entrecerrados disfrutando del momento.
-¿Chicos?
Mierda. La voz masculina proveniente de la sala nos distrajó haciendo que nuestra atención se enfocara en el sujeto, cruzamos la mirada, ambos con los ojos abiertos como si fuesen platos.
-Eddie abre la puerta -Ordenó el tio del mencionado al otro lado de la entrada.
-Voy -Respondió en voz alta.
Salió con rapidez de la cama, su mirada recorrió el suelo hasta toparse con las prendas que llevaba esa tarde, las tomó empezando a cubrir su desnudo cuerpo. Repetí la acción, ordene mi cabello y mi lapiz labial tratando de disimular lo sucedido.
-¿Pasa algo? -Preguntó Eddie al abrir la puerta dando paso a Wayne.
Una simple sonrisa se dibujó en mi rostro.
-Carajo.
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Pedidos abiertos