Menú de Dios [#2]; Stray Kids

V: Piscis & Virgo, pt. 4

Responsabilidad 

Tw- las escenas sexuales son pertinentes. Por favor léanlo con la mente abierta

"Todo lo que me mata, me hace sentir vivo"

-Counting Stars; One Republic

Primero, vino la impresión. Luego, Chan apenas pudo reaccionar cuando HyunJin colapsó antes de sentir un disparo de pistola sobre la cabeza de ellos.

Continuamente, los gritos de horror, las amenazas y un segundo disparo al cielo lo desorientó. Su entorno de a poco se desniveló hasta que, casi como una consagración, lo tomaron detenido.

«Porque era esperable».

Chan no creía tener algún tipo de estima o de idea para querer librarse de la situación. Todo era absolutamente bizarro, y la falta de comunicación que tenía con el grupo solamente avivaba la idea de que probablemente no era buena idea nada de lo que pasó y, desde una perspectiva optimista, solamente podían soñar el no haber peleado contra las criaturas de la casa.

Todo sucedía demasiado rápido, y Chan no podía siquiera detenerse a pensar en todas las personas que afectaban en ese instante, o a quienes estaría perdiendo, o aquellos que él simplemente dejó de lado.

No vio a Rhoi en ninguna parte, lo cual le pareció extraño ya que era ella la militar. Sin embargo, era terrorífico también creer que en la municipalidad había una oficina vacía donde podían encerrar a los cuatro chicos sin correr algún tipo de riesgo.

Con gritos en el exterior. Las sirenas de los bomberos y ambulancias. Los extraños gritos de sus vecinos y las alegóricas canciones que eran parte de una película de terror. Al estar encerrado en la municipalidad junto a MinHo, JeongIn y HyunJin, no debían de por qué estar apresados si ninguno de ellos saldría voluntariamente de ahí.

—¿Nadie se hará cargo de esto? —preguntó JeongIn en voz baja, sin poder digerir lo que había sucedido.

Ni Chan ni MinHo contestaron. Vieron a JeongIn arrastrar a HyunJin por los pies, dejando un camino de sangre de sus lados, para sentarse arriba de él y- tal como en la colina de Capricornio, colocar sus manos en la cintura de HyunJin y esperar a que eso lo sanase.

La oficina tenía un precioso tapiz de color marrón, y una alfombra de color vino que hacía pasar desapercibido la pesadez de la sangre de HyunJin, pero todo se perdía a causa de los escombros y las motas de polvo que cayeron del techo. Chan solamente tuvo que pegar su mirada ahí por un momento antes de caer en cuenta de por qué demonios HyunJin seguía con vida.

—Fue poseído —anunció Chan.

JeongIn no hablaba. Estaba igualmente damnificado por lo horrible de la situación, y tener sus manos en la cintura de HyunJin una vez más para hacer presión y evitar que se muera de la hemorragia no lo hacía pensar con claridad.

Chan se levantó del suelo, cojeando, y anduvo hasta JeongIn para colocar pesadamente su mano en el hombro. —Fue poseído, ¿Crees que se morirá?

—No —admitió JeongIn—. Pero quiero asegurarme que..., solamente...

—Tampoco me siento raro —HyunJin murmuró desde el suelo con voz ronca, notablemente achacado—. Yo solo- solo quiero dormir.

—¿Alguno puede mantenerlo despierto? —pidió JeongIn.

MinHo seguía sin hablar, y Chan no quería cuidar de nadie, pero la mirada implorante de JeongIn solamente causó que algo asqueroso se removiera dentro de él.

—¿De dónde sacaste el encendedor? —preguntó Chan mientras tomaba asiento junto a la cabeza de HyunJin.

—De aquí —contestó HyunJin, para acto seguido apuntar a su cintura.