Un adiós

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—¿Firmamos en tu oficina o en la mía? —preguntó Adam.

—En la tuya, después de todo tienes más misiones para mí, ¿no aprovecharás a mostrarme?

—Claro, entonces, vamos.

—¿Me dejarás el mando completo de Clase Alta? —preguntó Dante.

—No, te dejaré el ochenta por ciento de la corporación, tienes casi el doscientos, está decidido que Joseph se encargará del otro cien que sería Clase Baja. Vamos a falsificar los papeles ya que no hay dueño y si lo hay, será eliminado del mapa, tú mandarás por supuesto, pero seguirás siguiendo algunas de mis sugerencias.

—¿Dónde firmo?

Adam le entregó los papeles a Dante.

—¿Qué pasaría si el virus que revierte lo del V.M.A es liberado?

—No hagas ese tipo de preguntas, me obligas a ponerte la vacuna.

—Solo es una duda padre, no temas de tu pequeño e ingenuo hijo —se burló Dante, firmando los papeles.

—Mientras que estés de luna de miel con Aspen yo tomaré el mando, querrás dejar a alguien capaz de manejar tus asuntos.

—No, no me iré, necesito reorganizar todo primero.

—Espera un momento —dijo Adam, contestando su celular—. ¿Qué sucede hijo?

—¡Padre, no le des a firmar los papeles a Dante! ¡Tiene a Karel!

—¿De qué demonios estás hablando, Joseph? —Se alteró.

Dante sospechó, sabía que Joseph encontraría alguna evidencia en esa última casa, ya que habían pasado más tiempo ahí con Karel que en ninguna otra.

—Padre, me tengo que ir —dijo Dante, levantándose de la silla.

—¡No salgas de aquí! —gritó Adam—. ¡Seguridad!

Dante estaba listo, iba a luchar hasta la muerte si eso significaba un mejor futuro para las personas que amaba.

—¿Qué pasa? —preguntó, fingiendo estar confundido.

Los guardias entraron de inmediato a la oficina de Adam listos para atacar a quien se les ordenara.

—¿Dónde está la chica? —preguntó Adam.

—No sé de qué me...

—No te hagas el estúpido, Dante, ¿dónde está Karel?, Joseph acaba de encontrar una fotografía donde están juntos.

Dante pensó de inmediato en Charly, no quería que su padre supiera sobre Charly.

—No lo sé y si lo supiera no te lo diría, ahora me tengo que ir.

—Llévenlo a mi laboratorio —ordenó Adam a los guardias, con fiereza.

Dante se dejó llevar, por alguna razón sentía que la vacuna en vez de perjudicarlo lo ayudaría a ser más fuerte, necesitaba de ella para pelear sin sentimientos contra todos los que se interpusieran en su camino.

—¿Escuchaste Karel? —preguntó Charly—. Sonó como la voz de mi padre.

—Imposible —dijo Karel, preocupada.

—¿Nos descubrieron y por eso llamaron a los guardias?

—No, no, pequeña, debe ser otro problema.

Karel estaba ansiosa, sabía perfectamente que no debía salir, pero no podía dejar que le hicieran daño a Dante, no quería verlo arrepentido de nuevo por las masacres que realizaba cuando le aplican el V.M.A, pensaba en todas las posibilidades que tenía de salir viva de ahí y no había ninguna, la capturarían como a Dante y Charly se quedaría sola, no podía y tampoco debía, pero era Dante, su alma gemela estaba en peligro y sentía el dolor, el odio, el miedo. Todos ellos iban equipados, cuchillos, manoplas y armas, podían luchar con eso y sus habilidades.

LA CIUDAD FRÍA  {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora