DIECISÉIS

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El Ojimiel miraba por los pasillos desiertos, estos se encontraban así ya que todos los estudiantes se encontraban en sus respectivos salones.
Jeongin miraba constantemente los pasillos para no ser encontrado. Cuando se aseguró de que nadie lo viera caminó rápidamente hasta encontrarse a un pocos metros de la salida, pero cuando estuvo a casi de salir se detuvo brutalmente cuando escucho unos pasos. Se guardo y miro al profesor de Literatura caminar hacia la dirección.

-¿Que haces?- brinco asustado cuando escucho una voz a sus espaldas. Se giró encontrándose a Seungmin y soltó un suspiro de alivió.

-¡Joder me asustaste!- dijo llevándose una mano a su pecho intentando normalizar su respiración

-¿Que tratabas de hacer?- demandó con los brazos cruzados esperando una respuesta por parte del menor.

-voy a escaparme- replicó con un poco de nerviosismo por la mirada fría de Seungmin.

-¿Porqué ibas a hacer eso?- pregunto Seungmin acomodandose la mochila.

-Se me antojó un pedazo de pastel de galleta - contesto.

-Puedes esperar a la salida- informo.

-¡No puedo esperar!- Seungmin le dio una mirada alarmada. Bajo la voz- ya sabes lo que dicen, que si te aguantas un antojo capaz y el bebé sale con cara de pastel.

Seungmin relajo las facciones conteniendose para no reírse por las ocurrencias de Jeongin. El rubio reprimió una sonrisa.

-¿Que cosas lees en internet?- pregunto con una sonrisa en su rostro haciendo que sus hoyuelos aparecieran. Jeongin aguanto la respiración cuando lo miro. Amaba los hoyuelos de Seungmin y muy pocas veces tenía el privilegio de verlo sonreír de esa manera.

-Lo vi en una página sobre embarazos para madres primerizas- murmuró apenado

-Bueno- sonrió un poco más-, en la cafetería venden varios tipos de pasteles.

Jeongin hizo una mueca de asco

-Dios, no- chillo asqueado-, son realmente malos.

Seungmin lo miró confundido. Los pasteles que vendían en la cafetería no estaban tan mal. Seungmin se pregunto si Jeongin le sabrá mal por el embarazo o nunca le han gustado.

-Entonces espera a la salida.- miro la hora en su teléfono -. Faltan dos horas. Tomas eso o nada

-Si, tomó la opción de escaparme- replicó empezando a caminar por los pasillos para llegar a la salida dejando al pelinegro solo.

Seungmin se tomó de los cabellos furioso consigo mismo por no poder decirle que no a Jeong, por no prohibirle nada al rubio. Lo alcanzo a paso rápido.

-Okey vámonos antes de que nos vean- dijo Seungmin. El rubio sonrió.

-No puedo creer que nos hayamos escapado- soltó Seungmin cuando pidieron sus pedidos

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-No puedo creer que nos hayamos escapado- soltó Seungmin cuando pidieron sus pedidos.

-Pense que ya te habías escapado antes- menciono Jeongin apoyando sus brazos en la mesa y posteriormente apoyar su mentón en estas.

-Lo he hecho- noto-, pero dije que ya no lo volvería hacer y mira aquí estoy.

Jeongin río mirando al Pelinegro. Siempre había pensado en lo atractivo que era Seungmin, y amaba la sonrisa del Pelinegro cuando aparecían esos hoyuelos, aún que muy pocas veces le sonreía a el. No sabía lo protector y dulce que podría llegar a ser, hasta ese momento que le dijo que estaban esperando un hijo

-No te dije que me siguieras- dijo burlón. Sus ojos brillaron cuando la mesera llegó con sus pedidos.

-No quería que te pasará nada- contesto mirando como Jeongin comía su pastel y soltaba gemidos cuando la porción de pastel tocaba su paladar y cerraba los ojos disfrutando el sabor a galleta.

-Pues no te preocupaba cuando me golpeabas- dijo con voz molesta-. Yo no te importo, solo te importa nuestro bebé.

Dijo dolido y así lo sentía.

-No sabes lo que dices.- negó el Pelinegro.

-Estoy seguro con lo que digo- dijo intentando que la voz no se le quebrara-, y no te culpo, yo tampoco quiero que le pase nada. Tal vez al principio era un descuidado por correr por todos lados, pero me importa este bebé.

Dijo con la mirada en sus zapatos para no tener que mirar al Pelinegro a los ojos. Sintió un peso a su lado. Levanto la mirada encontrándose con Seungmin.

-Claro que me importas.- tomó el montón de Jeongin e hizo que lo mirará a los ojos-. Tú y el bebé son importantes para mí.

-Seungmin.

-Son sumamente importantes- junto sus frentes. Jeongin cerró los ojos por un momento fugaz y luego los abrió.- cuando me preguntaste porque te molestaba ¿Yo que te respondí?

-Que querías llamar mi atención- dijo sonrojado.

-Y es verdad, era inútil en ese tiempo.- Jeongin río. El Pelinegro admiro los ojos de Jeongin antes de decir-: Porque me daba miedo admitir que me sentía atraído por ti.

 El Pelinegro admiro los ojos de Jeongin antes de decir-: Porque me daba miedo admitir que me sentía atraído por ti

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UNA LLEGADA INESPERADA/ SeungInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora