Invitación

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A la mañana siguiente Jungkook se levantó con un fuerte dolor en la cabeza, arrepintiéndose profundamente por haberse emborrachado por tercera vez esa semana, y aún peor, sabiendo que tendría que presentarse al trabajo a primera hora.

¿Pero qué hacer? Lo hecho, hecho estaba; ya no había más que lamentar. Por eso en su mente solo había una pregunta, relacionada a lo que su Hyung había dicho la noche anterior.

"Porque también le gustas a él."

¿Qué mierda? Estaba seguro de que lo había dicho, de que no era sólo su imaginación ilusionada por una oportunidad de sentir algo; pero entonces ¿por qué lo había dicho? ¿acaso Hoseok sabía algo que él no?

Las preguntas lo carcomían, pero no tenía tiempo para buscar las respuestas; no solo porque Hoseok todavía seguía dormido como una piedra alcohólica sobre su cama (donde probablemente se quedaría hasta cumplidas las cuatro de la tarde, según experiencias), sino que estaba llegando tarde al trabajo, y no podía darse ese lujo.

Es así que se apresuró a vestirse lo más casual posible para parecer que había dormido lo suficiente, tomó su mascarilla negra y se arregló el cabello, saliendo con una pequeña mochila y las llaves del dormitorio. 

Caminó por entre los edificios, todavía en pequeñas penumbras, hasta afuera del campus, con los audífonos puestos en un álbum de IU haciéndolo tararear, como siempre, mientras se refugiaba en su mascarilla para evitar que los demás lo vieran. Era cosa suya, el odiar que los demás vieran su horrible cara con las mejillas llenas de acné asqueroso que tanto odiaba. 

Solían decirle que lo tenía por comer pitos cuando estaba en la secundaria, y por eso él había intentado de todo para deshacerse de él; sin embargo, por términos como "piel grasosa" y "falta de dieta apropiada" nunca pudo realmente salir del problema. Llegó un punto en el que incluso la burla ya no le daba gracia, sino esperanzas.

Porque, aunque Jungkook sabía que era gay, nunca había tenido sexo con nadie, es más, ni siquiera había tenido novio. Era en parte por eso por lo que dudaba en decirlo abiertamente, porque ¿cómo comprobar que lo era ante su familia, si la mayor prueba que tenía era el primer beso con su mejor amigo en un reto mientras estaban borrachos? Totalmente patético tomando en cuenta que Hoseok, el coautor de la experiencia, ni siquiera era gay, o al menos no que Jungkook supiese.

Lo único que mantenía entonces, era limitarse a ver pasar chicos y tener gustos secretos, siempre demasiado inseguro para acercarse; pensando que después de todo no importaría cuando su familia tratara de casarlo con alguien o algo por el estilo: la vida perfecta para una persona tan normal como él.

Sin embargo, había estos momentos mágicos sólo suyos, por los que seguía insistiendo en sus pequeños amantes unilaterales, y lo que lo llevaban a querer levantarse todos los días; aquellos en dónde podía fingir que su gusto era coincidencia y ver a su querer de cerca, pensando en cómo sería tocarlo. Uno de esos momentos coincidía en la parada del autobús.

Jungkook llegó al lugar acordado por él mismo, y esperó hasta que el sonido de un colgante en forma de oso sonó contra un cierre para agacharse a fingir que se amarraba las agujetas. Después de dos segundos vio el par de zapatillas cómodas a su lado, se levantó lentamente pasando sus ojos a propósito para tener una mejor vista de su pecho favorito, donde desearía correr y acurrucarse todas las noches, luego el cuello marcado, hasta finalmente, la cara de labios carnosos y sonrisa en los ojos.

Jungkook abrió la mirada ampliamente, como siempre, y se permitió sonreír al estar cubierto por la máscara.

Jimin, frente a él, le dio una leve reverencia de cabeza antes de mirar hacia la acera de nuevo, como todos los días, sabiendo que existe sin saberlo de verdad.

Cercanos - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora