Estaba molesto. No, más que eso.Las manos le sudaban, el rostro le hormigueaba y sus ojos color noche querían mantenerse ajenos, indiferentes a la asquerosa imagen frente a él.
No era la primera vez que veía a Sukuna siendo devorado a besos de forma tan vulgar por una chica. Ese era el pan de cada día sin importar si era en una fiesta o en un día normal en la Universidad pero por Dios que con toda su humanidad quería arrojarse hacia ese par y separarlos.
Xiao era su crush desde secundaria.
Al parecer su estúpido corazón tenía gusto por los engreídos idiotas que, no importaba cuántas veces viera a Xiao cambiar de pareja; más allá de decepcionarse por tremendo patán, se sentía dolido, celoso, de no poder formar parte de esa larga lista y sacarse esa maldita espina de querer ser tocado por ese idiota.
Porque Xiao jamás se fijaría en él, un hombre.
Así que en un intento de olvidar su miseria, de superar ese enamoramiento irracional e imposible, se embriagó, una y otra vez, noche tras noche, hasta llegar a donde está ahora. Nada grave a decir verdad, la mayor parte del tiempo eran sus amigos quienes le salvaban el péguelo.
No hasta perder la razón, pero si hasta tener el valor necesario para dejar su orgullo y miedos atrás, y ser capaz de lanzarse a por quién quería.
En un momento de la noche, cuando vio a Xiao ir afuera, seguro a vomitar porque él también había estado bebiendo horrores, fue que vio su oportunidad para hacerlo.
Venti le siguió, cerciorandose con una última mirada que la chica que había estado sobre su regazo más de la mitad de la noche estuviera demasiado ocupada bebiendo más tragos y poder hacer su movimiento.
Para cuando llegó a dónde estaba él, le vió recargado de forma serena en el balcón de la casa de Kazuha. Lejos de la música y cerca de la tranquilidad de la fría madrugada.
Se acercó lentamente, hasta pararse a su lado. Xiao le miro por el rabillo del ojo, antes de darle una calada al cigarrillo pero no dijo nada. Venti sabía que fumaba, y le encantaba.
Pero por alguna extraña razón esa acción molesto Venti, ¿Tan indiferente era a su presencia que no iba a preguntar el porqué de todos los malditos lados de esa enorme casa se encontraba ahí, justo dónde estaba él? Venti sólo suspiró.
El valor que había adquirido por el alcohol lo estaba abandonando. Tal vez debía seguir escondiendo sus sentimientos hasta que estos le abandonaran. Si, quizá era lo mejor... Sin embargo...
— Creí que estarías con Ganyu — hablo Xiao de repente. Tirando el cigarrillo a la mitad al suelo y aplastarlo con su pie.
Las manos de Venti comenzaron a sudar.
— Soy su amigo, no su niñero — respondió.
Desde que había comenzado la fiesta, Ganyu se había ido con Keqing a quien sabe dónde. Bueno, realmente si tenía una idea, pero prefería dejarla en el aire.
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╰ 💌 ;; ¡Dos Idiotas Celosos! ⿻ XiaoVen⠀✓
FanfictionFINALIZADA Xiao y Venti se aman el uno al otro, pero son demasiado idiotas como para darse cuenta.