Una potente turbulencia sacó volando a Leo por los aires. El golpe con la madera del piso lo hizo despertar apunto de sufrir un paro cardíaco, lo primero que le dijo su mente apenas cobró algo de conciencia fue que el globo había sido ponchado y ahora caían en picada. Estuvo a punto de dedicar su último aliento a mandar a chingar a su madre a Alex, pero al encontrarse con la calma del globo flotando se detuvo. De cualquier manera, siempre era un buen momento para refrescarle sus ancestros al joven músico, así que aprovechó la oportunidad y después se levantó del piso algo adolorido y aún atontado. Entonces a sus pies vio a Valentina aún tirada sobre la fría madera, pero no parecía dormida, más bien parecía estar rezando porque aquella pobre alma responsable de ese ajetreo estuviera lo suficientemente bien oculta como para que ella no la encontrara, porque si lo hacía, le daría un pase directo para conocer a su creador.
Marcela y Beto se levantaron del piso apenas lo tocaron, Marcela se había acostumbrado a estar alerta las 24 horas del día, por lo que pudo reaccionar más rápido que el resto del equipo. Beto, por otro lado, ya estaba más despierto que dormido dado a su rutina de chinampero en Xóchimilco, siempre era mejor levantarse a trabajar antes que el sol.
Una vez el joven moreno puso atención al rededor no pudo evitar reír internamente al ver a la castaña aún en el piso en un intento por controlar una rabieta, después se acercó a ella para ayudarla a levantarse.
-¿Te hiciste daño?
Preguntó Beto, Valentina levantó la vista para encontrarse con con el brillo encantador de los ojos del peliazul, los últimos días no dejaba de pensar en las atenciones que Beto había tenido hacía ella cuando estuvo en peligro, y de repente los ojos del chico estaban ahí todo el tiempo. Sin embargo, Beto no debía saber eso, en primera porque lastimaría su orgullo, y en segunda porque no sabía que significaba.
-Estoy bien, no soy como tú como para lastimarme con una caída.
Beto rodó los ojos en respuesta.
-¿Siempre tienes que estar a la defensiva?
Valentina rió un poco y aceptó la mano de Beto.
Leo los observó cuidadosamente, era cierto que Valentina parecía responder siempre en un tono grosero, pero si hubiese sido él quien le hubiese ofrecido una mano, la castaña se habría levantado por si misma, cosa que no hizo con Beto ¿Será que por fin había alguien que podía sacar a Alex de su corazón? No lo sabía, pero lo cierto era que esos dos parecían haber avanzado bastante desde que casi mueren achicharrados, cosa que a Kika no le gustaría en lo absoluto. La buscó con la mirada para salir corriendo en cuanto empezara con su drama de "Fue a ayudarla a ella a levantarse antes que a mi". Pero para su sorpresa no estaba en la habitación.
-Oigan, Kika no está.
Beto se exaltó al escuchar eso, y sin pensarlo salió corriendo en dirección a la cubierta del barco para buscar a la joven peliazul, seguido por el resto del equipo. La ansiedad de Beto se había disparado, no quería imaginar a su querida hermana cayendo por la borda en el último momento antes de terminar su aventura. Sería bastante patético pensar en que su hermana había sobrevivido a una sequía extrema, a una bruja pirómana, a la hambruna, a un sacerdote sociopata y al horno más grande jamás inventado por la humanidad, para morir en el último día dado su torpeza para caminar.
Sin embargo, nada más lejos de la verdad. La joven se encontraba tras el timón con una sonrisa nerviosa.
- Hey, hoy despertamos con vientos muy intensos ¿No creen?
Beto observó a los alrededores, había viento, sí, pero no suficientemente fuerte como para perturbar el vuelo suave del globo. Conocía muy bien a Kika, o al menos lo suficiente como para saber que estaba actuando raro, y que ella había tenido algo que ver con la turbulencia de hace rato.
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Hilo de Sangre. Primera Lección.
FanfictionParte 2 de "Hilo de Sangre". Esta vez nuestro grupo de amigos llega a España con la intención de encontrar al papá de Kika, pero en medio de un escenario tan complejo no se puede confiar en cualquiera, y eso es algo que los miembros del equipo tendr...