𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝘀𝗹𝗲𝗲𝗽 𝘄𝗶𝘁𝗵 𝘆𝗼𝘂 𝘁𝗼𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁 › chanho ᜵ bangho

♡⃞ 🧸

«Hey Minho-ah, ven a mi cama, quiero dormir contigo hoy 🥺»

Minho se encuentra a sí mismo sonriendo después de leer aquel mensaje de su mejor amigo. Así que, sin pensarlo mucho, solo camina hacia la habitación del alfa en silencio. Han dormido juntos en tantas ocasiones que ya no era extraño compartir la misma cama y las mismas almohadas con el otro, solo disfrutando de la calidez del cuerpo ajeno acurrucado con el propio.

Quizás al principio fue incómodo, no para ellos, pero sí para el resto del grupo. Que un omega y un alfa durmieran juntos en la misma cama podría traer consecuencias muy graves y perjudiciales para el resto, sin embargo, dichos temores nunca llegaron. A pesar de las múltiples veces que intentaron evitar que sucediera, ambos encontraron la manera de escapar de la injusta vigilancia impuesta sobre ellos y terminar en la cama del otro. Chan amaba tanto el olor afrutado del omega de Minho que, simplemente, no podía evitar seguir el imaginario camino aromático que lo guiaba hacia el pequeño chico. El aroma se filtra en su nariz y atonta tanto al alfa más grande que es imposible no ceder ante él, solo dejándose llevar por la frescura y la comodidad que lo hacía sentir. Quizás para el omega fue igual, ya que una versión más joven del alfa halló a su pequeño amigo omega olfateando y haciendo cosquillas en su cuello tantas veces que las dudas de si el sentimiento era mutuo se disiparon rápidamente.

Luego, cansados de las escurridizas almas gemelas, solo los dejaron ser. Después de todo, ellos realmente duermen juntos; se acuestan al lado del otro, acurrucados en el calor del otro, perdidos en sus sueños profundos. Tratar de separarlos solo era como evitar que dos mitades de un todo se encuentren.

Cuando Chan sugirió dormir juntos, el omega recién había terminado su baño de medio cuerpo, por lo que, con el cabello todavía húmedo giró el picaporte de la habitación en la que el alfa se queda. El picante olor de la canela envuelve sus sentidos una vez pone un pie dentro, lo cual lo hace tomar una bocanada grande de aire y suspirar encantado. Chan siempre huele a tranquilidad y calidez, huele como a casa, y siempre logra relajar los nudos tensos en los hombros de Minho sin importar qué tan ajetreado haya estado el día o qué molesto se haya sentido antes, solo tener el perfume natural del alfa alrededor vuelve todo más llevadero. El alfa lo escucha y lo huele entrar, solo levanta la cabeza en su encuentro y se hace a un lado en la cama para permitirle entrar. Cuando el omega está a su lado, Chan no pierde el tiempo y deja un suave beso en su frente como saludo, escuchando la risita de Minho ante el contacto.

"¿Te pusiste algo de endulzador de olor? Hueles más rico que siempre" el alfa murmura, enterrando la nariz en su cien antes de inclinar la cabeza hacia su cuello.

Minho lo deja oler, encantado, secretamente amando el ruido de su respiración chocando con su piel en busca de profundizar su olfateo. Chan siempre fue tan confianzudo, incluso cuando los otros miembros lo regañaban por tomar ese tipo de osadías con él porque, de nuevo, son alfa y omega, y un alfa no puede olfatear de esa forma a un omega no reclamado. A ninguno les importó, honestamente, pero para no perturbar la paz del grupo comenzaron a hacerlo en la privacidad de sus habitaciones. Y fue más íntimo, un momento de ellos, solo ellos dos sintiéndose en sus narices y en sus lobos. Reducir su relación a almas gemelas es un eufemismo, la compatibilidad de sus lobos va más allá de lo normal que realmente pueden considerarse destinados a ser. Con los miembros hay matches, un par muy buenos de ellos, por eso la dinámica del grupo fue tan buena desde el inicio. Los ocho lobos tienen almas entrelazadas, un par mejor que otro, pero ninguno tan perfecto como la conexión de Minho y Chan. No fue difícil notarlo, la forma en que sus aromas parecen encajar y cómo logran saber lo que el otro está diciendo o pensando, cómo pueden sentir la presencia del otro cuando ni siquiera ha entrado a la habitación. Ellos sienten a sus lobos responder sus llamadas como nadie más puede hacerlo.