Capítulo 24

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Después de escuchar la explosión solo quería correr al otro lado de la muralla para asegurarse de que Hange estuviera a salvo, tan distraído estaba que no se percató cuando el titán bestia había empezado a lanzar enormes piedras y casi termina aplastado por estas, no tuvo más opción que asegurarse de cómo se encontraban sus compañeros, sentía que todo se había ido a la mierda, el maldito mono los tenía rodeados de titanes y no dejaba de lanzar piedras, por más que pensara no se le ocurría una forma de llegar a matarlo. Pero Erwin tenía un plan, se maldecía mil veces, debió romperle las piernas, el idiota de su comandante y amigo se iba a poner de carnada junto a los demás soldados para que él pudiera matar al mono, no tenía más opción que aceptar, sea como sea esa era la prioridad, así que le dijo que abandonara sus sueños y muriera guiando a los soldados al infierno, él le prometía hacer el resto y matar al titán bestia.

Cuando se le escapó el imbécil simio rubio se sintió enloquecer, tantos sacrificios y no había podido cumplir con su palabra. No dudó en perseguirlo hasta que se quedó sin suministros, fue ahí que vio a Eren, quien le rogaba por la inyección para Armin, tenía la esperanza de que Erwin estuviera vivo, pero en ese momento no podía pensar solo en eso, aún con la duda estuvo a punto de entregarle la inyección a Eren, pero fue ahí que llegó un soldado con su comandante en la espalda, su decisión era obvia, le daría el suero a Erwin porque no podía morir, él tenía que llevarlos a la libertad. Cuando golpeó a Eren para quitarle la inyección Mikasa se le lanzó encima para forcejear, estaba debilitado, cansado y sabía que esa niña tenía una fuerza descomunal, similar a la suya, ademas ella también quería salvar a Armin, el muchacho ese, Floch, también estaba peleando por salvar a Erwin, Mikasa no dudó en atacarlo cuando de pronto todo su mundo se detuvo, Hange había llegado sujetando a Mikasa para evitar algo que se pudiera lamentar, sintió un peso enorme ser liberado de su pecho y en un suspiro solo pudo decir su nombre, aliviado porque ella estuviera bien.

Mikasa seguía insistiendo en salvar a Armin, intentó soltarse de Hange, haciendo que la castaña mostrara una mueca de dolor pero no se dejó vencer, fue ahí que Hange les mostró un lado diferente de ella, a pesar de que la pelinegra forcejeaba, Hange no se detuvo hasta que la abrazó con fuerza contándole sobre todas las veces que había tenido que despedirse de sus compañeros caídos, ni él mismo podía contar a cuantas personas habían perdido, pero Hange dijo que para ella fueron más de 100, pero debían seguir priorizando el bien de la humanidad y para eso estaba Erwin, Armin tenía mucho talento pero no experiencia, eso hacía una diferencia con el comandante. Mikasa entendió y aún con Hange abrazándola decidió irse, Floch se llevó a Eren, quien hasta el último momento rogó por Armin, pero ya tenía el camino libre para inyectar a Erwin, cuando estaba a punto de hacerlo algo lo hizo detenerse, el comandante había quitado el brazo justo antes de que pudiera colocarle el suero, fue ahí que pensó en que él tenía toda la experiencia necesaria sí, pero estaba demasiado corrupto por sus propios ideales, Erwin reflejaba la esperanza del pasado y no sabía exactamente cómo podría actuar en el futuro, tal vez era egoísta por querer seguir poniendo ese peso sobre los hombres de Erwin o tal vez era egoísta y no quería perder a su amigo, tal vez si pensaba como un amigo, era momento de dejarlo descansar.

...

Los dos estaban en el tejado al lado del cuerpo de Erwin, ajenos a la transformación de Armin. Levi dirigió su mirada a Hange quién no dejaba de acariciar con ternura la mejilla de Erwin, como si fuera un niño al que estuviera arrullando para que no despertara con el ruido a su alrededor, lo que más se lamentaban era saber que no despertaría. Sus corazones estaban demasiado adoloridos por la pérdida de un amigo tan importante como era Erwin.

...

Luego de haber demostrado a la población la gran hazaña de recuperar Shiganshina, Levi y Hange habían regresado al lugar por el cuerpo de Erwin, una vez entraron a la habitación en donde estaba su ex comandante y amigo en una cama Hange cayó de rodillas junto a esta con su ojo sano lleno de lágrimas, sus sollozos eran fuertes, estaba dejando salir toda la frustración que se había guardado hasta ese momento, porque también había perdido a Moblit y no había quedado nada de su cuerpo para poder llorarle. Levi solo dejaba que las lágrimas corrieran por su rostro en silencio, ver a Hange así, sin consuelo al lado de Erwin le dolía demasiado, ver el cuerpo sin vida de Erwin lo llenaba de impotencia, estaba tan frustrado, molesto, triste, sentía que todo estaba fuera de su control, pero no iba a quedarse viendo, se acercó sorprendiendo a Hange al arrodillarse a su lado para abrazarla y darse mutuamente un poco de alivio por lo mal que se sentían.

La castaña no estaba segura de cuánto tiempo había pasado en los brazos de Levi, pero ambos se habían calmado, levantó la cara para verlo, la piel alrededor de sus ojos se veía roja, ella sentía ardor en la zona lastimada por haber perdido un ojo.

— Estás sangrando.— había puesto una mano en su rostro dando una suave caricia.

— La herida no ha cicatrizado.

Nunca se había fijado mucho en su apariencia, pero esta vez se sentía de la peor manera posible, había visto su ojo en un espejo antes de que la curaran, dejaría una cicatriz, solo quería esconder su rostro, pero no lo haría, no podía ahora era la nueva comandante de la Legión, tendría que ser valiente y era hora de dar un primer paso.

— Levi...— su voz sonaba decidida.

— Dime.

— Siempre te he dicho que nunca tuve dudas de que nos volveríamos cercanos, al principio era porque así podría ayudarte a que te abrieras con los demás y que ellos vieran la persona que yo vi desde que te conocí, pero cuando te fui conociendo, quedé fascinada, me empecé a sentir tan afortunada de tenerte a mi lado, vi tus buenos sentimientos, siempre has sido mi constante y mi complemento, no pude evitar enamorarme de ti.— vio como Levi abría ligeramente los labios.— Antes de que digas algo, no te culpo por tu elección, sé que fue la correcta, Erwin necesitaba descansar de este mundo de mierda, ahora es mi turno de llevarnos a la libertad, lo haré, lo prometo.— hablaba con seguridad, viendo como los ojos de Levi se habían cristalizado ligeramente.

— Me aterró la jodida idea de perderte Hange.

Vio cómo se acercó para besarla, seguía siendo un hombre más de acciones que de palabras, ella estaba bien con eso.

— Vamos a hacer esto juntos, vamos a llegar lejos, hasta el final.— le dijo contra sus labios.

— Lo sé, Levi, te amo.— dijo en un susurro antes de volver a unir sus labios, sabía que la había escuchado.

Levi la apretó contra él y ella se aferró a su camisa, seguían teniéndose el uno al otro para sostenerse, así sería hasta que consiguieran su ansiada meta.

...

Se realizó una ceremonia de velorio con todos los honores para el 13° Comandante de la Legión de Reconocimiento, se presentó la reina dando un conmovedor discurso y también hombres de altos cargos, pero quien llamó la atención de Hange fue Nile Dok, bueno no tendría nada de extraño, sabía que era el mejor amigo de Erwin, lo que la intrigó fue la bella mujer que lo acompañaba, pues una vez que Nile fue a hablar con el Comandante Pixies y otros funcionarios, ella se había acercado al ataúd dejando un tulipán amarillo entre todas las rosas blancas que ahí había.

— Ese era el color favorito de Erwin.— Hange se había parado al lado de la mujer.

— Lo sé.— dijo en un hilo de voz.— Siempre fue muy decidido con sus objetivos, era un hombre maravilloso, digno de toda admiración, lamento haber perdido el contacto con él.

— Seguramente él la tenía muy presente señora Dok, su esposo y Erwin eran buenos amigos.

— Erwin era diferente.— la mujer giró su rostro para poder ver a Hange, quien pensó que de cerca era aún más bonita.— Por favor llámame Marie.

Fue cuando lo recordó, Marie era la mujer que Erwin había amado, dueña de hermosas palabras que él le había escrito y a quién había alejado de todo ese mundo de sufrimiento.

— Comandante Zoe, tengo confianza en que nos llevarán a la libertad y mis hijas ya no vivirán entre murallas, Erwin siempre tuvo esa meta clara y ahora entiendo porqué luchó por esa esperanza, les agradezco de corazón, mucha suerte.

— Agradezco sus buenos deseos.— Hange colocó la mano en el hombro de Marie y le sonrió.

— ¿Podrías dejarme un momento a solas?— Marie seguía teniendo la mirada perdida en el ataúd.— No he tenido la oportunidad de despedirme todavía.

— Claro, con su permiso.

Se alejó y vio a Marie caminar hacia la abertura del ataúd, poniendo una mano en el vidrio, llorando en silencio. Sintió una punzada en el corazón porque Erwin no había podido encontrar esa felicidad de haber sido amado por una hermosa mujer como lo era Marie.

Levi se había sacando su pañuelo del bolsillo para entregárselo, Hange le regaló una ligera sonrisa y asintió, tenía que seguir peleando, una de sus razones estaba parado frente a ella, agradecía que estuvieran juntos para seguir luchando por el mismo objetivo.

Mira que lejos hemos llegado (LEVIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora