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HOSEOK

—Estás mirando, amigo —Me sacan de mis pensamientos sobre mi actual obsesión y el haber estado en su casa la semana pasada cuando Jungkook me da un codazo.

— ¿Qué?

Sonríe y luego sacude la cabeza, su mano se clava en mi hombro.

—No puedo creer que no lo haya visto antes. No puedes dejar de mirar a Jiwon.

Sí, claro. Jiwon. Eso es lo que estoy mirando. No a su muy, muy sexy hermano sentado a su lado en la mesa del almuerzo.

No estoy mirando su pelo desordenado, aunque super caliente, o su brazo musculoso cubierto de tinta. No estoy pensando en que lo he visto sin casi nada de ropa y he sentido su cuerpo rozando el mío. No estoy, seguro, tal vez pensando en su polla perfecta que no he podido ver de cerca mientras nos limpiábamos y ni siquiera cuando dicha polla estaba en mi mano.

Me vuelvo de mala gana hacia Jungkook.

—No estoy mirando.

Él tose fuertemente en su mano.

—Mentira —Y luego se ríe de su propia broma. En serio, ¿Cómo diablos somos amigos?

—No es así. Sólo estaba pensando en después de la escuela.

Probablemente debería ir a hablar con Yoongi.

— ¿Yoongi? —Jungkook escupe su nombre con disgusto, haciendo que apriete los puños.

—Sí. Yoongi. Somos amigos —Amigos que tal vez se besan y se hacen venir, pero no necesito añadir esa parte.

Señala su dedo en mi dirección.

—Eres amigo de él —Vuelve a lanzar su mano en dirección a Yoongi.

Sólo sonrío mientras me pongo de pie, tratando de ocultar la puta sonrisa más tonta porque sí, creo que finalmente estamos en ese estatus como mínimo. No me hizo irme después. Pasamos el rato y se abrió a mí.

Más de lo que nunca pensé que lo haría. Me confió lo de sus padres y lo de pensar que algo anda mal con él. Y voy a hacer todo lo posible para mostrarle que no hay absolutamente nada malo en él.

No he podido dejar de pensar en ello. No he tenido el valor de invitarlo a salir este fin de semana, ni siquiera ayer después del colegio, pero esta noche sé que puedo hacerlo. Le doy una palmadita en el hombro a Jungkook de forma condescendiente.

—Sí, amigos.

Me alejo con la mochila al hombro, sin esperar a escuchar nada más de él y me dirijo a la mesa de Yoongi, con el corazón en la garganta todo el tiempo. No tengo ni idea de cómo me hace sentir tan desordenado cuando estoy en su presencia, pero da igual. Lo soportaré mientras pueda estar cerca de él.

—Hola, Yoongi.

Me mira, sin sonreír, pero sin parecer demasiado molesto por mi presencia. Así que, ya sabes... progreso.

—Hoseok.

— ¿Te has perdido? —me dice su hermano Namjoon, a quien mi entrenador de fútbol intentó convencer de que se uniera al equipo de fútbol porque el tipo es fuerte, y me mira fijamente.

Lo entiendo. No hemos sido precisamente amigos. Pero quiero decir, vamos. No es que vaya por ahí metiendo a los nerds en las taquillas o lo que sea que crean que hacen los deportistas. Y si alguna vez viera eso, lo detendría.

—No. Busco a Yoongi —Me vuelvo hacia él, y ahora juro que veo una sonrisa irónica jugando en esos labios pecaminosos—. ¿Podemos hablar un momento?

HOSTIL [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora