Prólogo

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Era una noche fría de noviembre, el día en que mi vida cambió para siempre.

Desperté en un hospital sin saber cómo llegué aquí, recordaba estar llegando al lugar del concierto con mis amigos; luego de ensayar por más de medio año nos sentíamos preparados y teníamos la certeza de que íbamos a ganar. Pero al estar a unas cuadras de llegar al auditorio todo se vuelve borroso, no recuerdo más nada.

Mi madre entró a la habitación hace unos cuantos minutos y se sentó al lado de mi camilla, presentía una mala noticia.

—Ay, hija... Fue un mes muy duro para nosotros. –lágrimas rodaban por sus mejillas y cabe decir que por las mías también– Yo... Creí que te perdía.

—Mamá... –sollocé, ella me tomó de la mano y la apretó– dime... Por favor.

—Hija... Tienes que descan-

—No, mamá –la corté– dime, ¿cómo están ellos?

Ella me soltó la mano —Debes tomarlo con calma...

—Sólo dime.

—José está bien –suspiré de alivio– pero, él iba conduciendo hija, tuvo un fuerte golpe en la cabeza y... Perdió la memoria. —No— No recuerda absolutamente nada.

—No puede ser, mamá... –cerré mis ojos y negué con mi cabeza, muchas más lágrimas cayeron de mis ojos– y... ¿él?

Ella negó y bajo la mirada.

No...

—Él no... –titubeo–

Un pánico me inundó el pecho y negué muchas veces con gruesas lágrimas nublando mi vista.

—Él no sobrevivió hija... Lo siento.

Y ese día perdí el alma y la vida entera.

La música que hay en mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora