Como todos los días desde hace unos cuantos años; realmente no podría decir cuánto tiempo había pasado desde que se conocieron...el tiempo vuela, Shuji estaba afuera de la secundaria en lo que terminaba el horario de clases de su pareja, recargado en su motocicleta mientras fumaba y le daba uno que otro vistazo a la puerta del instituto con impaciencia. Ambos ya iban en los últimos años de sus grados escolares y a comparación del más bajo tenía más cosas que hacer, más en esta época de exámenes, puesto que no solo eran los exámenes finales de aquellas inútiles materias que les impartían en preparatoria, también tenía que estudiar para el de ingreso a la universidad, aunque si por el fuera ahora mismo iría hasta donde estudia para mandar a la chingada todo, conseguir un trabajo de medio tiempo, ahorrar dinero, abrir una cafetería pequeña, tener un departamento junto a Kisaki y un hurón... un plan realmente perfecto de no ser porque su novio en una de las tantas platicas que han tenido donde el tema principal es su futuro le dijo que bien podría estudiar repostería o algo así, aunque también el mayor le sacaba el típico "puedo tomar cursos", algo que no le parecía al moreno pero al final logro convencerlo de estudiar algo, aunque no se graduara, aunque solo le faltaran meses para conseguir un diploma, por lo menos abría pisado la universidad. Su pensamiento fue interrumpido por el bullicio de tanto niño saliendo del edificio, muchos que pasaba al lado de él le miraban con miedo, ¿cómo no? Si ver a un hombre de 1.92 metros era muy raro de ver en Japón, sumándole los tatuajes en sus manos y sus rasgos bastante varoniles, lo hacía ver como todo un maleante, caso contrario de muchas chicas que lo veían como tremendo dios griego, varias se le quedaban viendo, admirando a tremendo hombre que para su mala suerte ya estaba embelesado con alguien, una que otra se le acerco con intenciones de conseguir su número y el solo las ignoraba olímpicamente, aun buscando a su pequeño rubio de lentes entre tanto chamaco miado
- ¡Kisaki! - grito eufórico al verlo atravesar la puerta junto con Tachibana y Hanagaki, Tetta al escuchar estridente grito frunció en el ceño, odiaba que se pusiera a gritarle, prefería mil veces que lo cargara y que le diera vueltas en el aire, armando una escenita, a que le gritara, odiaba las miradas que les daban, como si les tuviera que explicar algo, se despidió rápido de sus amigos y fue acercándose al otro quien lo recibió con un cálido abrazo
- ¿Cómo te fue hoy enano? – pregunto mientras le alcanzaba un casco y se subía en la moto; antes de responderle, se colocó el casco y lo miro - ya sabes, aunque hoy un par de chicas me dijeron que, si les podía hacer el trabajo final, obvio me negué y se me insinuaron, creyeron que era como los demás niños precoces... malditas zorras – soltó una risita nasal y se montó en la moto, pasando sus brazos por la cintura de Hanma y pegando su cara con el casco a la gran espalda de su novio.
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Después de la escuela era el turno de trabajar en un bar, ambos estaban trabajando en ese lugar algo raro para varios clientes, un menor de edad trabajando en un lugar así, no tanto de que fuera de mala muerte dichoso local, todo lo contrario, era un lugar donde gente con algo de dinero podría ir a tomarse unas copas de un precio ridículamente alto; ambos vestidos con un traje negro, una corbata roja que resaltaba más aparte el típico mandil atado a la cintura
