El todo.
El absolutamente todo.
Una enorme nada desde que no estás.
Tu recuerdo quita el aire por un momento. Luego toca seguir respirando, aunque ya es distinto.
Como tú decías «La vida sigue» pero sigue un poco más triste desde que no nos abrazas. Ahora recordamos con cariño las veces que nos decías las cosas por nuestro bien.
Recuerdo todas las veces que me dijiste no cuando quise ir a alguna pijamada con mis amigas.
Comprendo ahora muchas cosas y tus razones.
Hemos aprendido de ti y de tu siempre extraña forma de amar, que al final siempre fue incondicional.
Sonreímos. Nos gusta hacerlo todavía. Cada día. La
razón es que sabemos que a ti te gustaría que lo hiciéramos, siempre que tuvimos la oportunidad de estar juntos, nos pedías que sonriéramos para ti como si quisieras siempre tener y llevarte ese recuerdo contigo. Hablando de sonrisas, pocas veces te vi sonreír pero cuando lo hacías, tenías una sonrisa hermosa, mamá, no sabes lo que hubiera querido que sonrieras más, que vivieras más, que fueras feliz.
Todas las cosas buenas y alegres que nos sigan sucediendo, en parte, serán por todo lo que nos enseñaste.
Y nosotros nunca te olvidaremos.
Seguiremos cumpliendo sueños. Y tú estarás en algún sitio, asintiendo, lo digo como si fuera un hecho pero realmente, de corazón, es lo que espero, espero que donde sea que estés, sonrías más, espero tu alma ahora se sienta tranquila, aunque hubiera dado mi vida porque lograras encontrar esa tranquilidad con nosotros, a nuestro lado.No nos veíamos todos los días, de hecho ni siquiera todos los meses pero ahora que sé que no hay chance de volverte a ver, me siento inquieta.
Te cuento que papá cambió hace días la foto que teníamos tuya en la pared, puso uno que nunca antes vi, no hay rastro de tristeza en tu mirada y eso hace que, instantáneamente, se convierta en mi foto tuya favorita. Si te preguntas cuál es, puedo describirla:
Tu cabello estaba más corto, rubio, rubio platinado con un brillo majestuoso, tus labios lucían un labial rojo intenso que hacía que tu piel se viera mil veces más blanca, obviamente tenías tus ojos delineados.
Se nota a leguas que no esperabas la foto, estabas sonriendo e imagino que hablando al mismo tiempo, raro en ti, tu mano acariciaba levemente tu barbilla y ahí, mamá, justo ahí capturaron la foto.Hoy me toca soñarte,
Me toca pedir antes de dormir que me visites en mis sueños y aunque no lo has hecho, sé que me escuchas desde donde estás, sé que me cuidas.
Me gusta soñarte feliz,
Hace unos días tuve un sueño que se sintió tan real que me levanté bañada en lágrimas,
Recuerdo que nos recogiste en la escuela, a Angelo y a mí, esta vez dejaste que uno de los dos te acompañara de copiloto, para decidir quién iría adelante hicimos una rifa, gané yo, subí a tu lado y por primera vez me miraste solamente con amor, me miraste sin miedo a mis ojos.
Por primera vez no me sentí culpable por no tener tus ojos y se sintió bonito, sentí mucha paz.
Como sabíamos lo mucho que odiabas el silencio, pusimos música en el auto, una canción tú, una canción Angelo y otra canción yo, y así hasta que llegamos a nuestro destino. Destino que yo no conocía. Todo estaba lleno de verde, tu color favorito, las montañas, los árboles y tus ojos.
Corrías con nosotros y jugaste con Angelo hasta el cansancio, él, sin entender por qué no vivíamos contigo, no te soltaba, no soltaba tu mano, jamás lo hizo, tal vez en un intento por intentar evitar que te fueras.— Mamá, te amo. — Te dijo Angelo mirándote a los ojos mientras apretaba tus cachetes. — No te vayas, no nos dejes, llévanos contigo esta vez.
— No puedo, cielo mío. — Le dijiste con una voz y un tono tan maternal que amaba escuchar de ti pero esa respuesta fue la que me hizo romper en llanto.
Odiaba no poder hacer que te quedaras, ni siquiera en mis sueños.Hace poco tiempo, retorné a mis clases de volleyball, me costó volver y no verte en las tribunas esperando por mí con mal gesto por el calor que hacía dentro del coliseo.
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La Última Hoja | One Shot.
FanfictionNunca hubo una verdad absoluta. Realmente, nada es lo que parece.