LOVE FOOL ;; LAO K [FALLING INTO YOUR SMILE]

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K HABÍA ENTRADO CON JING EN BRAZOS Y A SU VEZ, EL CACHORRO EN BRAZOS DE LA FÉMINA que soltaba algunos ruiditos debido a que soñaba, teniendo que hacer el menor ruido posible simplemente para no meterlos en problemas.

—Te salvaste, bola de pelos—soltó hacía el pequeño cocker que había despertado y le soltó un gruñido— shhht, cállate pulgoso.

El perro volvió a gruñir y se escondió dentro de la ropa de Jing, teniendo que subir las escaleras para llevarla hasta su habitación y dejarla acostada para quitarle los zapatos.

—Mañana veremos que haremos contigo, pulgoso—suspiró viendo como el perro salía se su ropa para acostarse sobre una almohada y moverle la cola— ¿Te gusta el nombre pulgoso?

—¿Ya llegaron?—Gato habló a su espalda y K tuvo que tapar su boca para no gritar del susto, haciéndole al chico de ojos gatunos reír bajo— ¿ese es el perro que vimos con Jing?, es muy pequeño.

—El pulgoso que fue a buscar a estas altas horas, sola—se cruzó de brazo, volteando a verlo— ¿ibas a dejarla salir sola?

—Jing sabe defenderse.

—Jing no ha hecho ninguna arte marcial—comentó con una ceja en alto con indignación.

—Pero sabe como destruir emocionalmente a un hombre—se defendió— además, míralo—lo apuntó— se ve que estaba perdido... además, yo no estaba de acuerdo en un principio pero...

—¿Pero qué?

—Jing le dio unas lonjas de jamón y un poco de agua, incluso, me rogó para traerlo y no le dejé —suspiró— pero anoche también salió y la descubrí cuando iba a buscar agua a la cocina y le dije que podía traerlo y que le buscaríamos un hogar.

K NO HABÍA PODIDO DORMIR BUSCANDO EN SU CELULAR HOGARES PARA PERROS O REFUGIOS, descubriendo que de una cafetería de perros se había perdido un cachorro y que debían devolverlo.

Entró al cuarto de Jing cuando apenas eran las siete con treinta, viéndola desde el umbral de la puerta como secaba con una toalla al pequeño cachorro y le llenaba de besitos, diciéndole cosas que apenas entendía, sabiendo que devolverlo implicaría romperle el corazón a la chica que le estaba robando el suyo a ratos, por lo que, cerro la puerta a sus espaldas.

—Buenos días—saludó sentándose en la silla de escritorio.

—Hola K, acabo de bañar a Totto—sonrió mostrándolo— o Coco, aún no decido uno.

—Ponle pulgoso—sonrió gracioso cuando ella rodó los ojos— tengo buenas y malas noticias con respecto a tu chucho.

—Chucho, también es una opción—sonrió y volteó a verlo, acariciando la cabecita del perro— La mala.

—Se escapó de la nueva cafetería de perros—bostezó luego de hablar, parpadeando un par de veces.

—¿Debemos devolverlo?—preguntó mientras que miraba al perrito, el cual, la miró con sus ojos brillantes.

—¿No quieres oír la buena?

—¿Es devolverlo?

—No, la buena es que podemos adoptarlo—sonrió cansado— ¿qué dices?

—¿Es en serio?

—Si, pero tú hablarás con Cheng... mientras yo pensaré en un nombre para el pulgoso.

Ella asintió frenéticamente, corriendo a sus brazos y lo abrazó con emoción.

CHENG ESTABA DE BRAZOS CRUZADOS MIENTRAS QUE UNA BOLA DE PELOS LE LADRABA mientras le seguía de un lado a otro, Jing simplemente aguantaba la risa mientras que el chico suspiraba para calmarse.

—¿Quieres que nos quedemos con él?

—Si, prometo cuidarlo y hacerme cargo.

—¿Qué te hace pensar que diré que si?—alzó una ceja.

—Bueno, sino, puedo ir a devolverlo a la cafetería—comentó tranquila— de todas maneras, con Gato pensábamos buscarle una casa.

Cheng miró al cachorro, quién movía su cola de un lado a otro al ver a Gordito bajar las escaleras y corrió con torpeza a él.

—Puede quedarse con una condición.

—¿Cuál?

—Yo elijo el nombre.

—Trato.

COCO CAMINABA DE UN LADO A OTRO MIENTRAS QUE Rui jugaba con él, encantado mientras que se preparaban para la partida amistosa.

—¿Al final le pusieron coco al pulgoso?—K alzó una ceja.

—Yo le hubiese puesto nugget—Gordito suspiró— o no lo sé, ¿nube?

—Moonlight era bonito pero era muy largo—Cheng admitió— además, Coco queda bien.

—Pulgoso quedaba mejor—Lao suspiró mirando la pantalla—¿ahora, vamos a patear traseros?

—Quiero escuchar a mi ex llorar—sonrió ella inocente mientras se sentaba en su silla, dejando una lata de bebida con sabor a sandía en el escritorio.

—Te dije—Gato susurró cuando K volteó a verlo.