capítulo único.

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luzu aún recordaba vividamente la primera vez que conoció a su lindo pelinegro.

era una noche lluviosa, él acababa de salir del bar donde tocaba los fines de semana con su banda, debido a que el resto de la semana se la pasaba ajetreado con la universidad, en su carrera de historia.

estaba tranquilamente fumando un cigarro antes de irse a su departamento cuando vio a un chico de baja estatura, pelinegro y con unos ojos tan oscuros cómo el cielo, los cuales misteriosamente brillaban como si miles de estrellas se reflejaran en sus orbes.

el castaño estaba petrificado debido a la belleza del desconocido, pero algo lo sacó de su burbuja y era que el menor no llevaba un paraguas, por lo cual estaba completamente empapado, y al parecer las maletas que llevaba consigo también, las cuales el castaño no había notado en un principio.

tan parecía que aquel chico no había tenido un buen día debido a su expresión, la cuál denotaba enojo puro, que se desvaneció hasta convertirse en confusión debido a que el español se había acercado a él.

disculpa, no quise molestar, parecerá raro pero toma mi paraguas — el menor lo miró aún más confundido por lo cuál el ojirubi volvió a hablar — estás empapado, podrías enfermarte, no te conozco pero sentí que debía ofrecertelo.

intentó explicar el castaño, mientras su rostro se tornaba rojo debido a la sonrisa divertida en el rostro del azabache.

gracias, un gusto, soy alex pero puedes decirme quackity — dijo el joven sonriendole amigablemente.

— pues un gusto alex, soy luzu — se presentó el más alto.

platicando con él, descubrió que quackity era un estudiante de intercambio en su universidad, cursando el tercer año de derecho, se había perdido de camino a su departamento debido a que era la primera vez que pisaba españa, se supone que el menor tenía un guía que lo llevaría pero debido a que su vuelo se retrasó, su guía lo dejo a la deriva.

eso explicaba el rostro de enojo del menor al principio.

cuando quackity le dice la dirección el mayor casi se va de espaldas pues justamente era alex el nuevo vecino que había escuchado que se mudaria al departamento del frente.

el mayor no perdió tiempo, puesto que el menor estaba empapado y podría agarrar un refriado, lo llevó con él en su carro para llegar más rápido, quedansode la primera noche en el departamento del castaño.

después de ese día se volvió normal ver al castaño junto al pelinegro por todas las calles comerciales de madrid, enseñándole todas las cosas que le podía ofrecer su país.

durante los siguientes meses se hicieron inseparables, pasando tiempo con el otro, primeros eran unas horas, hasta que pasaron a ser días enteros, ya casi parecía que vivían juntos, había ropa del menor en el departamento del ojirubi y ropa del ojirubi en el departamento del menor.

mientras más tiempo pasaba, más aprendian del otro.

por ejemplo, el mayor tenía un gusto por el arte, uno muy grande, llevando mayormente al menor a museos que el amaba.

el azabache tenía un talento innato para la fotografía, amaba tomar fotos de todo  mucho más de las cosas que le gustan y obviamente tenía varias fotos del ojirubi.

el castaño había aprendido que el menor no era una persona que despertaba de buen humor si es que alguien lo molestaba.

el menor había aprendido que luzu siempre tenía una cajetilla de cigarros a la mano.

cigarettes & kisses.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora