uno.

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la polla dura en su mano, jalándola con fuerza. los constantes gemidos graves resonando en la habitación de cuatro paredes. el clímax se asomaba, cuando largas tiras blanquecinas se dispararon de su hombría, manchando su mano y sábanas en el proceso.

 el clímax se asomaba, cuando largas tiras blanquecinas se dispararon de su hombría, manchando su mano y sábanas en el proceso

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los kim, portando sus trajes costosos y de calidad. solían caminar por los pasillos de la mansión, y una pila de cuadros pintados colgaban a cada costado, sobre las paredes aterciopeladas. los señores kim tenían dos hijos, un alfa y una omega; kim jisoo y kim taehyung, el menor de ambos.

tenían un vínculo especial con el clan de los min, eran parientes. a una corta edad, el kim menor solía juntarse con uno de los hijos min, el pálido y bonito alfa, min yoongi. 

sus hormonas al paso del tiempo fueron desarrollándose, y el indescifrable deseo de poseer a un alfa no era apropiado, según los creyentes, según su familia. ¿cómo fue que empezó a mirar a su primo con otros ojos? alrededor de el décimo quinto cumpleaños del alfa min, éste llevaba puesto un pantalón negro de chándal, sus piernas exigían espacio y su culo respingón le invitaba a taehyung a mirar. ese culo era la causa de sus pajas diarias, queriendo enterrar su polla en el agujero del pálido, derramar su esencia dentro, y follarlo las veinticuatro horas del día sin agotarse.

sus padres habían salido de la mansión a visitar a los jeon, querían que el único heredero alfa, jeon jungkook, se comprometiera con la omega menor, kim jisoo. su hermana estaba en la casa de una amiga, por lo que podía aprovechar tener cuatro horas la mansión para él sólo. aunque estuviesen los empleados, no le impedía el hecho de querer manchar su mano con esperma un buen rato. 

estaba en su habitación, acostado en el suelo boca arriba, mirando hacia el techo. recorrió con una mano su torso de forma lenta, hasta llegar a su polla y darle un apretón por arriba del pantalón. gruñó, frustrado. quitándose los zapatos con los pies, sin ganas de desatarse los sujetadores, se subió a la cama, bajó la cremallera junto a el bóxer, su hombría rebotando y quedando libre. soltó un ronco gemido al sentir el fresco aire sobre su polla.

la tomó entre sus dedos, rodeando su mano alrededor del falo comenzando a jalarla con suma fuerza. soltaba gruñidos entre medio de jadeos y gemidos graves. imaginar que se follaba a min sobre cada rincón de la mansión, sintiendo los glúteos golpear contra su pelvis, oír los gemidos de este sobre su oído o sus gritos de placer, comenzaban a ponerlo más duro.

el pre-semen comenzaba a expulsarse de la uretra, por lo cuál, lo esparció por su falo para facilitar la masturbación. rodeó con su mano la punta para generar más placer. 

luego de un par de jalones más, se corrió sobre su mano en gran abundancia, de sus labios siendo pronunciado el nombre de la persona que deseaba bajo suyo.

...

los señores kim regresaron a la mansión luego de unos treinta minutos donde taehyung aprovechó en limpiar su habitación. una sirvienta había descubierto que se estaba masturbando ya que al salir del cuarto, con la frente sudorosa y la respiración agitada dispuesto a ducharse, encontró a la omega con el rostro completamente sonrojado. la amenazó con despedirla si decía palabra alguna de lo que haya alcanzado a escuchar, por lo que esta con sumo nerviosismo había asentido.

―b-bienvenidos señores kim ―habló la muchacha.

―hola jennie ―devolvió el saludo la señora kim ―¿sabes dónde está taehyung?

― c-creo que está en su habitación, señora kim 

―de acuerdo, muchas gracias jennie. puedes volver a tu trabajo.

sin más que decir, la madre del antes mencionado emprendió camino hacia la habitación de éste. al llegar a su cuarto, abrió sin tocar la puerta, encontrándose con su hijo desnudo.

―¡kim taehyung, vístete! ―gritó avergonzada la mujer, dando la espalda a su hijo.

―madre, te he dicho que toques la puerta antes de entrar ―soltó un suspiro algo frustrado, poniéndose unos bóxer limpios junto a unos shorts que le llegaban por arriba de la rodilla y se colocó una camisa blanca que dejaba ver un poco ―ya puedes darte la vuelta.

se colocó las zapatillas, y al rato se dirigió hacia su guitarra eléctrica, volvió hacia la cama con esta en manos y se sentó en la orilla, para comenzar a tocar notas que sacaba al azar.

―hijo, hoy vendrán de visita los min. recuerda estar formal para las nueve de la noche ―al darse la vuelta, informó con voz neutra y el color de su rostro avergonzado se fuese.

sus dedos se detuvieron en una nota, levantó la cabeza hacia su madre. un brillo indescriptible se hizo presente en su mirada. había escuchado bien, ¿verdad?

―está bien ―respondió lo más tranquilo que pudo, cuando la realidad era otra; su pecho latía con fuerza y su polla se alzaba nuevamente feliz.

su plan apenas comenzaría.

¡ven, y móntame! | tg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora