02: Contra corriente

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Al día siguiente de  aquel impactante suceso, todo cambió...... fue como estar inmersa/o en un mar de lamentos , llantos y nostalgias.Si nunca pasastes por un momento así, bendita eres.
Cada uno sufría sus propias perdidas. Los adultos la de la falta del techo pero yo en mi interior experimente un nuevo sentimiento que contrastaba con la realidad, y es que era feliz porque a mí lado podía ver a mi mamá. Para mí eso era suficiente y no necesitaba nada más. No se cuál es tu situación actual pero si sé que el acompañamiento de la figura materna nos forma, afianza y fortalece.
Pienso que cada momento difícil de sobrellevar es lo que al final del camino nos fortalece. Por supuesto que nadie quiere sufrir ni siquiera por una picadura de mosquito pero la vida está compuesta por días  bellos y otros no tanto.

Y está prohibido elegir. Eso no vale, lo que sí se puede hacer es ver las situaciones negativas desde otro ángulo, desde otra perspectiva porque todo lo malo siempre tiene algo bueno. Aunque en un primer momento cuesta verlo.

Volvamos dónde nos quedamos... el incendio; luego de llorar al ver las cenizas de lo que un día había sido nuestro hogar llegó la noche y junto a ella, la incertidumbre.

¿Qué hacemos? ¿Dónde dormiríamos? ¿Qué lugar sería lo suficientemente amplio para cobijar a los seis que integrabamos la familia?

Una vecina nos ofreció lugar para dos. Eramos cuatro, ya mis otras dos hermanas se habían ido a la casa de mi hermano. Y yo no quería despegarme de mi mamá así que rechacé lo oferta de Alicia, nuestra vecina. Es que para mí lo más importante era estar juntos,lo más humanamente posible, y acá surge lo que comenté en un principio... No importa cuan difícil sea la situación por la que estés atravesando, lo importante es no hacerlo sola, sino saber que siempre habrá alguien a tu lado luchando con y para vos. De eso se trata vivir. De poder contar con alguien que te quiere. Eso vale más que cualquier pérdida material, lo cual puede recuperarse pero el amor no se compra.
Mamá trató por todos los medios de explicarme que era necesario que por unos días nos separemos porque no había lugar para tantas personas.

—No.– contesté.

Era chica pero decidida y ya había elegido. No me separaría de mi familia. Ella era mi hogar.

Nos quedamos ahí un par de días. Luego nos mudamos a un departamento en otro barrio. Cambiamos, crecimos, lloramos.

Destellos De Libertad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora