Capítulo 13: Divorcio (II)

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- Me alegra ver que ya llegó niño Donghae - lo escuchó saludarme mientras se acerca a mi

- Lo mismo digo omma ¿qué tal estuvo tu día? ¿todo bien? - le preguntó con una sonrisa a la única persona que estuvo a mi lado todo este tiempo.

- Estuve de aquí para allá pero fuera de eso todo bien - me dice mi confiable Teukie, un sobrenombre que le puse de puro cariño hacia su persona.

- Sabes muero de hambre - le digo haciéndole un pucherito - ¿qué preparaste hoy? - añado.

- Veamos hoy prepare spaguetti con camarones estilo italiano y cangrejo frito con chile.. ¡Ah! y también hice un postre de fresas - me dijo con la emoción tácita en la voz.

Sólo que algo captó mi atención, ¿por qué preparó cangrejo frito con chile? si sabe que a mi en lo personal no me gusta. Es más ese es el plato favorito de Hyuk, eso quiere decir que..

- ¿El señor está aquí? - pregunta tonta la mía.

- Si Hae bebé, tu esposo llegó hace unas horas. Estuvo en la habitación, luego de un rato bajo con la ropa cambiada y ahora está encerrado en el despacho - me explicó.

- ¿Preguntó por mi?... pregunto por simple curiosidad - trate de mostrarme relajado pero mi tono de voz me delató.

- Pues sólo preguntó a qué hora llegabas usualmente dado que él no se encuentra aquí - lo miro extrañado por lo que acaba de mencionar - me parece que aunque no lo demuestre, se preocupa por ti -

- Dudo mucho que sea así - desvío la mirada de Teukie y disimuladamente dirijo la mirada hacia la puerta del despacho. Suelto un suspiro.

No es como si Teukie no supiera la realidad de nuestra relación, las 5 veces que estuvo en casa, mientras yo dormía en lo que se supone es nuestra habitación, él dormía en la habitación de huéspedes. Y si hablábamos, la casa entera se llenaba de sus gritos mezclados con los míos, que daba por hecho que nuestras discusiones llegaban a oídos hasta de la gente que vende en el supermercado a varias cuadras de mi casa.

- ¿Quieres que le avise que ya llegaste o deseas tú mismo avisarle? -

- Déjalo así, voy a mi habitación, hoy tuve un día agotador y quiero relajarme con un buen baño. Porfas cuándo esté la cena lista, llama al señor a ver si desea comer antes o después de mi, y me avisas - le ofrecí un pequeño abracito y luego una sonrisa muy tenue, para subir a mi habitación.

Una vez dentro, me quito la ropa metiendola al canasto de ropa sucia, tomo mi toalla y entro al cuarto de baño. Fue realmente gratificante y relajado el baño que me di en el jacuzzi, las esencias que omma Teukie solía conseguir para mi, eran realmente desestresantes e inundaban mis fosas nasales con aromas suavecitos y muy ricos.

Al terminar, me envolví con una toalla en la cintura y la otra la lleve a mis cabellos para proceder a quitar el exceso de agua. Sólo que no contaba que al salir del cuarto de baño lo vería ahí, parado defrente hacia la ventana. La vista de su figura desde atrás era tan atractiva como la última vez que lo vi, guapo, fuerte, imponente, seguro de sí mismo, sexy como ningún otro. El sólo hecho de verlo ahí me enciende el cuerpo.

Pero me toca volver a la realidad cuando lo veo voltearse y mirarme de esa forma en la que ya me he acostumbrado estos últimos años. Odio es todo lo que veo en esos ojos que tanto amo, aunque no pasó desapercibido el asombro en ellos al verme casi desnudo con una toalla cubriéndome de la cintura hasta las rodillas y la otra toalla sobre mi cabello mojado. Debo parecerle un renacuajo salido de un estanque.

- ¿Qué haces en mi habitación? - le pregunto mientras camino hacia mi closet para sacar una muda de ropa limpia y ligera.

- Leeteuk me dijo que habías llegado, no sabía que te tomará tanto tiempo bañandote y ni que acostumbrarás a llegar tan tarde cuando no estoy. Veo que el estar casado para ti es lo de menos, sólo falta que me digas que también haces una vida de soltero. -

- ¿Me vas a controlar ahora el tiempo que tomo para ducharme y mi hora de llegada? No me digas que ahora debo marcar mi hora de entrada y salida de ésta casa - le dije un tanto sarcástico, obviando sus últimos comentarios.

- No, tú eres libre de hacer lo que se te venga en gana - lo escucho decir.

- Tienes a todos en la empresa con la intriga sobre la reunión de mañana ¿Puedo saber de qué se trata todo esto? ó ¿debo esperar? - 

- No, no tienes que esperar por eso estoy aquí - volteó a verlo cuando noto en su voz un tono raro, como si fuera que está por cerrar un contrato de real importancia o apunto de ganarse algo anhelado.

Lo veo acercarse y me tiende un sobre manila. No entiendo de qué va, pero aún así lo tomo entre mis manos. Debido al repentino silencio, luego de unos segundos decido romperlo.

- Vi lo que hiciste en Londres, cerraste un contrato multimillonario que te abre las puertas en todo el continente Europeo, lo que querías. - le digo lo primero que se me viene a la mente.

- Así es, te lo debo a ti por ponerme en contacto con ellos. Sé que nos llevamos mal, pero eso no quita.. que se admitir las cosas y agradecer por ellas - me dice sin más, sin reproches, sin reclamos, sin insultos y eso realmente me sorprende.

¿Será que.. después de mucho, podemos tener una conversación tranquila?

- En este tiempo, nunca has admitido nada que tenga que ver conmigo, aún si tengo que ver en tus logros. Estás muy amable hoy. - le digo con calma y con una pequeña esperanza en mi corazón.

- No quiero discutir, sólo hablar - me dice para luego soltar un suspiro.

- Ya veo.. uhm.. pues.. está bien.. te escucho.. - le digo, olvidando que tengo que vestirme y secarme el cabello. Pero quiero creer que por fin, Hyukkie y yo podremos hablar, tal vez y sea momento de aclararlo todo y tal vez.. sólo tal vez.. si los dos lo deseamos.. poder recuperar el tiempo perdido.

- Abre el sobre - me dice calmadamente, señalando el objeto entre mis manos. 

Decido abrirlo y ver su contenido, pero es entonces que la pequeña esperanza que apenas era un punto chiquitito en medio de mi corazón se esfumó.

"Solicitud de Divorcio" era el título del primer documento.




Rivalidad de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora