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-¿Te volviste loca? ¡¿Cómo se te ocurre pedirle eso?!

-¿Es necesario que grites?

A pesar de que Xion ya imaginaba cómo reaccionaría Leorio al contarle todo lo que paso, no pudo evitar sentirse un poco fastidiada ante su alboroto, pero prefirió no darle importancia y concentrarse en su sobrino.

-¿Cómo está el paciente más lindo de hoy? –sonrió con ternura al verlo quitarse el abrigo apenas se sentó en la camilla. Estaba acostumbrado al protocolo de las consultas.

-¡Muy mal! –dramatizó mientras tosía y hacia muecas de dolor, haciéndola reír.

-¡No me ignores! –chilló el mayor dramatizando igual que su hijo al notar que evadía sus preguntas.

El hijo de Leorio y Kurapika estaba sintiéndose mal durante varios días, por lo que decidieron llevarlo con ella puesto a que es su pediatra de confianza desde que tiene memoria. Y al igual que el resto de sus amigos, conocía a Pairo desde el primer día que llegó a los brazos de la pareja con tan solo unos meses de vida.

-¿Qué síntomas ha presentado? –preguntó mientras empezaba a pesar y a medir al pequeño.

-Tiene mucho dolor en la garganta, también tose bastante sin contar que ayer paso día y noche con fiebre. –se acercó tomando el abrigo del pequeño. –Perdón por traerlo tan repentinamente, sé que tenía que pedir una cita antes pero la fiebre aumento y...

-Está bien tontito, no tengo problema alguno en atenderlo. –le interrumpió -¡Menos cuando se trata de mi paciente favorito!

Leorio sonrió al escuchar la risa de su hijo al recibir cosquillas de parte de su tía.

No era mentira lo que decía.

Cuando se trataba de niños jamás tenía problemas en atender alguna emergencia, indiferentemente si se trataba de Pairo o de algún otro pequeño. Todo aludiendo al simple hecho de que Xion ama mucho a los niños.

Desde pequeña tenía un sentimiento muy especial hacia ellos, adoraba cuidarlos. Por eso en la universidad decidió ir por la rama de pediatría, con el propósito de poder ayudarlos cuando lo necesitaban.

Y entre eso, era más que obvio sus claros deseos de ser madre dentro de sus planes de vida.

Siempre quiso tener su propia familia. Era un sueño para ella querer criar un bebé, apoyarlo y verlo crecer en compañía de su esposo que por suerte la apoyaba a pesar de que lo atacara su incertidumbre de no saber si sería un buen padre.

Pero parte de aquel plan se desmorono dos años atrás cuando su ginecóloga le reveló que sería complicado que lograra obtener un embarazo en consecuencia de sus ovarios poliquísticos, mas no era imposible.

Si lo lograba era cuestionable si su cuerpo y su bebé resistirían el proceso.

Y por ese mismo miedo, desistió totalmente de la idea de embarazarse.


Sin embargo...


Tiempo después, en una noche que celebraba junto a su esposo el ascenso de puesto que le ofrecieron, bebieron grandes cantidades de alcohol dejando que esta hiciera de las suyas.

Entre malos chistes y risas, pasaron a unas caricias en el mueble seguido de unos besos subidos de tonos. Y así, dejaron todo en la sala para ir juntos a la habitación y dejarse llevar por el calor del momento.


Tanto así, que olvidaron totalmente los preservativos.


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⏰ Última actualización: Mar 23, 2023 ⏰

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