11/08/2022

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Me encontraba de visita en casa de unas personas desconocidas, era una extensa familia de por lo menos cinco hijos, tres de los cuales eran niños, y dos niñas; los niños se mantenía ocupados con la computadora, y uno de ellos me pasaba unas revistas que databan de los años 90, en medio de la cual había un extraño reportaje sobre criaturas mitológicas existentes en diferentes partes del mundo, aunque muchas de los seres representados en ese artículo eran monstruos de los cuales nunca había oído hablar: Se mencionaba a un insecto gigante capaz de "disfrazarse de casa", aunque no me parecía un insecto, sino más bien una suerte de monstruosidad orgánica de color verde azulado, dotada de varios ojos, cuernos y bocas con colmillos.

También se mencionaba a un dragón con varias cabezas, supuestamente perteneciente al folclor irlandés, aunque a mí me parecía una mezcla de un ídolo babilónico con el monstruo Ghidorah, poseyendo cierta cualidad diabólica en su apariencia.

Había también unas representaciones sumamente grotescas de Leviatán y Behemoth, así como también al ángel Premutos (Que es en realidad un personaje de una película de terror de serie B) y yo pensaba que de haber visto unas ilustraciones así en mi niñez me habría quedado totalmente espantado.

Sin embargo, los niños que se encontraban en la habitación comenzaron a interesarse por los monstruos con una extraña fascinación, pidiéndome que les contara más de ellos y les mostrase las ilustraciones.

A ratos, los niños me parecían Wendy y sus hermanos, sacados de la versión de Disney de Peter Pan, conforme pasaba el tiempo ellos se veían menos como personas reales y más como dibujos animados.

De golpe me encontraba en la calle, frente al portal de una iglesia ubicada junto a un taller maderero; a mis pies, salida de quien sabe dónde, cayó la cabeza cortada de una estatua de madera, cuyo rostro era semejante al de un pariente mío por el cual no tengo particular afecto.

Me inquietaba ver esa cabeza cortada, e incluso consideraba en mi mente pisotearla, pero tenía la impresión de que, a pesar de las apariencias, no era una cabeza de madera, sino una viva, y me parecía que ratos me sonreía de forma burlona.

Yo verdaderamente no sabía qué hacer.

Diario de Sueños y PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora