24. Un mal inicio de año nuevo

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Capítulo 24

El fin de diciembre llega y con él, la fiesta de Nochevieja.

Mi familia y yo nos hemos reunido en casa para charlar y cenar marisco, y cuando ha llegado la hora de las campanadas, lo hemos celebrado con champán y muchos abrazos de por medio.

No sé por qué pero estas fechas suelen ponerme muy triste. Tal vez por la ausencia de algunos seres queridos en la mesa o porque el transcurso de un año siempre es nostálgico, ya que es inevitable no detenerse a rememorar todos los recuerdos vividos.

De todas formas, a pesar de lo anteriormente mencionado, fin de año también es un día bonito y divertido. De hecho, ahora mismo me encuentro junto al resto de mis amigas esperando por Kaira debajo de su casa. Cuando mi mejor amiga termine de arreglarse y baje al portal, nos iremos todas juntas a alguno de los pubs de mi pueblo.

—Mar, ¡te queda genial ese vestido rojo! —exclama Valeria cuando me levanto de las escaleras y todas pueden apreciar mi atuendo.

—¡Tú también estás muy guapa! —la halago de vuelta, avergonzada tras escuchar el cumplido—. Todas lo estáis, de verdad —añado mirando a Helena y a Raquel.

—¿Y yo? ¿Os gusta cómo voy vestida? —Kaira aparece detrás de nosotras y nos agarra a todas para darnos un abrazo grupal.

—¡Estás guapísima! —contestamos casi todas al unísono.

—Uf, me estáis sonrojando... —se hace la humilde, deshaciendo el abrazo—. Pero acepto el halago viniendo de unas diosas como vosotras —se ríe mientras nos observa de arriba a abajo.

Kaira intenta bajar el escalón de la entrada de su casa como una supermodelo, pero falla en el intento y se tropieza consigo misma. Gracias a Valeria, este accidente no se convierte en una tragedia y la rubia solo se despeina un par de bucles que hay en su pelo.

—¿Has bebido algo de champán en tu casa? —Raquel eleva una ceja, inquisitiva.

—No voy a decir que sí, ni que no —contesta Kaira, encogiéndose de hombros—. Yo lo dejo a vuestra interpretación.

—Entonces la respuesta es claramente que sí —intervengo, causando la risa del resto.

—¡No seas mala! —se abalanza sobre mí y me abraza—. ¿A dónde queréis ir? David me ha dicho que a estas horas no habrá nadie en la discoteca —cambia de tema.

—¿Y debemos fiarnos de tu novio? —duda Helena.

—Claro que sí —responde Kaira, ofendida ante la duda.

—¿Entonces a dónde vamos ahora?

—Pues a donde está todo el mundo.

Todas miramos a Raquel con confusión, sin saber de qué está hablando. La chica suspira y niega con la cabeza, no creyéndose que no sepamos la respuesta.

—Tenemos que ir a la fiesta privada de Kevin.

—¿El tío con el que te liaste el otro día? —inquiere Helena, poco convencida.

—Sí, ese mismo —nos confirma con una sonrisa traviesa—. Está organizando una prefiesta en su casa y me dijo que estábamos invitadas.

—Porque quiere volver a liarse contigo —vuelve a apuntar Helena.

—Da igual la razón. Estamos invitadas y eso es lo más importante de todo.

—No vamos a ir —sentencia Kaira.

—¿Por qué?

—Pues porque estará mi hermano —mi corazón comienza a palpitar con fuerza al escuchar su nombre, a pesar de que ya lo sabía—. Y también Yago —me mira directamente a mí, preocupada.

Cambio de aires | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora