Capítulo 19

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Solo para constancia de su pasado, luego de la partida de su alma gemela y los efectos de un corazón roto, Poppy había salido con otros hombres

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Solo para constancia de su pasado, luego de la partida de su alma gemela y los efectos de un corazón roto, Poppy había salido con otros hombres. No era una lista larga, y generalmente eran hombres con los que ella sentía algún tipo de afinidad.

Como Duncan, quien había sido voluntario del refugio antes de irse a trabajar a la India. O Riley, quien era veterinario y había estado haciendo un posgrado en Londres antes de regresar a América. Había habido otros, quizás menos interesantes, pero que habían agradado a Poppy lo suficiente para salir a divertirse, besarse o incluso más que eso.

Sin embargo, ninguno había puesto a Poppy tan nerviosa solo con la idea de un beso como Jackson Foster.

Tal vez la razón era que llevaba varios meses sin salir o besar a alguien, y era muy normal que la idea le causara ansiedad. O tal vez era porque él la hacía enojar tanto que solo la idea de besarlo era desagradable. O era porque tenía miedo de pensar en las consecuencias de ese beso. Dependiendo de su reacción, toda la situación sería vergonzosa y haría que ella quedara como una idiota; en especial si Jack lograba probar que su hipótesis era correcta y él era inmune a ella.

Eso sería humillante y haría a Jack aún más arrogante.

Poppy se concentró y meditó el problema.

La situación era simple. Debía ver a Jack como a los hombres de su pasado, aun cuando él era más irritante y para nada su tipo. Y definitivamente nada especial.

En su pasado, con tan solo un beso ella había podido determinar si había chispa o no. No solo basándose en las reacciones biológicas y naturales de su cuerpo, sino en ese «algo» inexplicable que había sentido alguna vez. De esa forma, Poppy satisfacía tanto a su perspectiva científica como a la mujer impulsiva y apasionada que era.

—No te pongas nerviosa —dijo a su reflejo en el espejo del baño.

Ajustó la coleta de su cabello y anudó el cordón en el frente de su camisón, ajustando la soltura de las mangas cortas. El algodón se sentía fresco y suave contra su piel y le gustaba que fuera suelto y no se apretara a su figura. Aunque se sentía extraña porque no estaba acostumbrada a utilizar ese tipo de prenda para dormir. Sin embargo, al volver del pueblo, había encontrado la caja en la habitación. Al parecer, era un regalo para las mujeres que habían asistido a la boda, y no quería sentirse como una ingrata ante un regalo tan bonito.

Poppy dejó escapar el aliento que había estado conteniendo y regresó a la habitación. La ventana estaba abierta, por eso la piel desnuda de sus brazos se erizó y los dedos de sus pies también se encogieron. La camisola le cubría hasta las pantorrillas, pero no había nada que pudiera hacer por sus pies.

—¿Estás lista?

La voz de Jack hizo que los pies de Poppy volvieran a contraerse y dio un paso atrás por instinto. Alzó el rostro y vio a Jack sentado en la cama. No se había cambiado de ropa, pero ahora solo conservaba la camisa y el pantalón de su traje.

Este corazón roto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora