Capítulo 32

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Antes del atardecer, toda la familia sabía que Poppy tenía novio

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Antes del atardecer, toda la familia sabía que Poppy tenía novio.

Gracias a Mabel y Darlene, las conversaciones grupales se llenaron de mensajes sobre ella, fotografías de Jack descargadas de internet, videos de sus entrevistas o sus competencias y un par de enlaces a páginas con su información personal.

Nada de privacidad.

En ese momento, su familia estaba siendo igual de entrometida que un paparazzi.

Poppy nunca había recibido tantos mensajes e intentó ignorarlos mientras se concentraba en la partida de Cluedo.

Era la primera vez que Jack escuchaba de ese tipo de juegos. Se sentía curioso y animado, por lo que sus primas y dos vecinas invitadas se habían tomado la molestia de explicarle hasta el mínimo detalle.

Poppy lo envidiaba. Mientras que ella luchaba contra el interrogatorio familiar, él lucía fresco y contento, disfrutando ser el centro de atención. Además, de alguna forma misteriosa, él parecía encajar bien con su familia. Sus interacciones no eran incómodas; más bien, muy naturales. Platicaba y se reía libremente, sobre todo con las anécdotas embarazosas de la abuela Sinclair.

Poppy se excusó para ir al baño y tomar un respiro. En ese instante, su celular sonó. Era Jodie. Poppy no tuvo el corazón de no responder, aunque podía intuir la razón de su llamada.

—¡¿Estás saliendo con Jackson?! —escuchó Poppy apenas respondió.

El rostro de Jodie apareció en la pantalla. Sus grandes ojos avellana estaban brillantes y tenía el cabello rubio recogido en un moño alto. Por una ligera mancha de harina en su mejilla, Poppy adivinó que debía de estar haciendo dulces en su cocina.

—¿Cómo? ¿Yves los presentó? —continuó, sorprendida—. ¿Cómo es que yo no sabía nada? ¡Estuve embarazada, no recluida en un convento!

Poppy rio ante su efusividad e intentó darle un resumen de su historia con Jack, considerando que Jodie, entre toda la familia, sí lo conocía.

—¡Wes no me va a creer cuando le cuente! Estoy segura de que tampoco lo sabe. —Jodie masticó lo que parecía una galleta de chocolate—. Ahora que Jack está suspendido, sé que habla con él de vez en cuando, pero ese escurridizo se lo tenía bien guardado.

Poppy hizo una débil mueca, sintiéndose culpable.

—Debí llamarte.

Jodie sonrió. Aquella sonrisa muy dulce y cálida, tan propia de ella y que había perfeccionado al volverse mamá.

—Está bien. La llegada de los bebés ha sido una locura. Todavía hay muchas cosas en las que estoy poniéndome al día.

En ese momento, se escuchó un suave murmullo de llanto cerca. Jodie giró la cámara mientras seguía hablando y Poppy vio a los mellizos sentados en sillas altas junto al mesón. Eran realmente adorables y ella sonrió al reconocer en sus cabezas los gorritos con orejas de animalitos que les había tejido como obsequio.

Este corazón roto [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora