Capítulo 3

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Una dura verdad

Kristen

Hoy no tengo que ir a trabajar ya que tengo libre el día, pero desde que me desperté pensé en lo que sucedió con Damián, no puedo dejar de pensar en él, al estar cerca de él algo me pasa, me siento cómoda y aunque no quería admitirlo, el me atrae mucho pero no quiero sentir más.

El amor es bastante complejo, dentro de una relación hay; cosas buenas y cosas malas. Las cosas buenas se guardan en nuestras memorias y quedan como recuerdo buenos, en cambio las cosas malas te enseñan, aprendes de ellas, y te dejan lecciones para toda tu vida. Yo veo de esa forma el amor porque lo he vivido y siento que eso es lo que queda al terminar una relación; recuerdos buenos y malos, lecciones que aprender tras errores que has cometido y que no quieres volver a cometer.

Según Mara, quien ha estado intentando saber de dónde ha salido Damián porque no sabemos nada de él, ni de su familia, nada, y cuando Mara le pregunto a la jefa de personal ella solo le dijo que era un psicólogo muy bien recomendado.

- ¡Kristen! – de pronto salgo de mis pensamientos, gracias al grito de mi madre.

- ¿Qué ha pasado mamá? - me preocupo tras ver la cara de mi madre, es inexplicable.

- Hija, hay un joven abajo, dice que se llama Damián y que trabajan juntos – deje de escuchar a mi mamá después que menciono su nombre.

- Vamos – me encamino a bajar las gradas, siguiendo a mi madre, y al llegar me encuentro con un Damián nervioso en mi sala.

- ¿Damián? – al oír mi voz reacciona y deja de mirar lo que estaba mirando.

- Kristen, debemos ir al acilo, Max se puso mal, pidió que fueras a verla, y trate de llamarte, pero no respondías las llamadas – Max, pero, ¿Qué?, espero y no sea nada grave.

- Vamos – digo al agarrar mis llaves y caminar hacia la puerta – no conteste porque el número de teléfono que está en mi registro ya no lo utilizo, debo actualizar ese dato – digo y el asiente.

- Ahí está mi carro, nos vamos juntos, no pienses que te iras por tu lado, ¿vale? – ¿Cómo sabía que eso haría?, soy predecible supongo, así que termino asintiendo.

Tras unos minutos ya hemos llegado al acilo, y cuando llego, lo primero que hago en dirigirme a la habitación de Max y al llegar la encuentro en su cama, pálida, se ve cansada.

- Por fin, han llegado, debo hablar con ambos – Damián y yo intercambiamos miradas, porque ambos estamos confundidos.

- ¿de qué quieres hablar con nosotros, Max?

- Siéntense por favor, aún falta esperar a que lleguen otras personas – Max suena tan seria, Damián y yo estamos aún más confundidos, y decidimos sentarnos en un sofá que está a un lado de la habitación de Max.

Después de unos minutos, la puerta se abre y podemos reconocer los rostros que se aproximan.

- ¿papá?, ¿mamá?, ¿Qué hacen aquí? – yo salgo de mi asombro al escuchar a Damián interrogar a sus padres. Ellos pasan por su lado, ignorándolo, y se dirigen firmemente hacia Max.

- Así que no es mentira, estas viva – dice el padre de Damián, ¿sus padres conocen a Max?

- ¿Qué está pasando Max? – la pregunta sale de mi directa y concisa. Y hasta ese momento parece que los padres de Damián notan mi presencia.

- ¿Akkerman? - ¿me conocen?, ¿por qué esta reacción al verme?

- Si, ¿lo conozco?

- Así que por eso estas aquí, es por ella – dice mirando a Max – y tú también – dice mirando a Damián, ¿Qué está pasando?, ambos asintieron.

- Ven Kristen, acércate – dice Max de pronto y hago lo que ella me pide – todos estamos aquí porque es hora de que sepas algo, algo muy importante. Hace muchos años en una ciudad habitada por vampiros, nació una niña, una niña hermosa, su padre era un gran hombre, pertenecía a una familia muy poderosa de vampiros, él se enamoró de una mujer hermosa pero era humana, aun sabiendo que estaba rompiendo una de las reglas más sagradas de los vampiros de aquel tiempo, él tuvo una relación en secreto con su amada, y fue fruto de ese amor que concibieron a una pequeña, ella era mitad humada y mitad vampira, es decir, una mestiza, al enterarse los demás vampiros de la relación que mantenía uno de ellos con una humana, lo castigaron con la pena máxima, la muerte y el camino de ella fue el mismo, pero los demás vampiros no sabían de la existencia de la pequeña, pues el padre de ella al recibir el aviso por parte de sus amigos donde le dijeron que los estaban buscando para matarlos a él y a su amada, fue donde un hechicero que desde años atrás era su amigo, el padre de la pequeña se la entregó a su amigo hechicero y este la acepto, los padres de la pequeña fallecieron y el hechicero la crio como si fuese su hija. - ¿Por qué me está contando esto Max?, sé que hay ciudades de vampiros, pocos lo saben y yo soy una de esas pocas personas.

- ¿Por qué me cuentas esto Max?

- Te cuento todo esto porque esa niña eres tú Kristen - ¿Cómo?, eso no puede ser.

- Max eso no puede ser, yo no soy vampira, ni nada de eso, mis padres están vivos, yo vivo con ellos

- Si eres vampira, pero estas en un estado de pausa, y los que conoces como padres, no lo son - ¿Qué?, ¿mis padres no son mis padres?

- Es por ello que estamos aquí, cariño – esa voz, mi papá, me giro y los miro, mis padres están aquí. – todo lo que Max te conto es cierto, nosotros no somos tus padres biológicos – y tras decir eso, mi madre empieza a llorar y mi padre la trata de consolar.

- Han pasado muchas cosas Kristen y quizá en este momento pienses que no tienen sentido, pero debes asimilarlo y debes creer esta dura verdad.

No olviden darle a la estrellita de abajo y si gustan hagan comentarios, los leeré. <3

Si les ha gustado lo que han leído hasta el momento entonces prepárense para lo que viene, les encantará.

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