Capítulo 38

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6 meses después

Rodé los ojos al oír por enésima vez la voz de mis vecinos gritar a través de las delgadas paredes de mi habitación. Me levanté de golpe, enfurecida, y con un movimiento de mi mano pude ver lo que había al otro lado del yeso.

Negué con la cabeza mientras los veía gesticular mucho con las manos, claramente molestos. Esa vez era por la televisión, al parecer James había llegado a casa y lo primero que quería hacer era ponerse a ver el partido de rugby que hacían esa tarde por la tele. Karen parecía bastante enfadada con el asunto, ya que ella también quería ver su programa favorito, el cual hacían a esa misma hora, y le estaba gritando bastantes obscenidades que me niego a repetir aquí.

Siempre era la misma cantaleta desde que se habían mudado hacía a penas un mes. Broncas insignificantes y salidas de tono que no llevaban a ninguna parte.

Harta de la situación, usé mi magia para apagar la televisión causando un gran estruendo. Ambos dejaron la gritadera y se alejaron del aparato, asustados. 

Satisfecha, volví a mi habitación para sentarme de nuevo en el pequeño sofá. 

«Si se corta la raíz, desaparece el problema» —pensé agarrando el libro que había dejado sobre la pequeña mesa y lo retomé con más tranquilidad. Al menos eso los mantendría ocupados un rato intentado arreglarlo hasta que se dieran cuenta de que tan solo había sido un fallo en la conexión.

«Con suerte, se cansarán de discutir por tener solo un televisor y compartir un espacio tan pequeño. Se largarán y volverá la paz que había antes de que llegaran estos escandalosos e irrespetuosos». 

Eso era lo malo de vivir en un lugar como ese, que lo sentía todo y a todos. No era un apartamento de 5 estrellas ni mucho menos, pero era lo mejor que podía tener. Era discreto y pequeño, se encontraba a las afueras de la ciudad y muy poca gente, por no decir nadie, sabía que yo estaba allí.

Bueno, en verdad no estaba del todo allí. Se podría decir que yo observaba las cosas desde otro plano un poco más alejado de la realidad.

Vivía allí, pero escondida en la Dimensión Espejo.

Fue lo único que se me ocurrió para pasar totalmente desapercibida. Debía tener ciertas seguridades por si las cosas se torcían en cualquier momento. 

Tan solo salía de allí para lo imprescindible y volvía de inmediato en cuanto tenía lo que necesitaba. 

Odiaba estar así, vivir como una ladrona que debía mantenerse oculta ante los demás.

Pero lo que peor llevaba era la soledad. 

No sabía nada de mis amigos desde que crucé ese portal aquella mañana. Ninguna carta, ningún mensaje, tampoco una llamada para hacerles saber que estaba bien...

No era conveniente hacerlo, de todas maneras. Podían localizarme si llegaba a dar un paso en falso. Así que tenía que mantener mis impulsos a raya y ser paciente.

Cada vez estaba más cerca de mi objetivo. Había estado estudiando la energía que habitaba en la ciudad, en ciertos momentos se tornaba menos sutil pero volvía a apagarse por un tiempo y solo duraba pocos minutos activa. Esto sucedía cada vez con más frecuencia. Tenía la teoría de que podían estar aprovechando la energía que acumulaba la ciudad para beneficio propio. Y eso requería de mucho poder para lograr captar semejante fuente vital.  

Me acerqué a la mesa donde tenía el mapa más detallado y completo de Nueva York que encontré. Lo miré con atención, repasando cada marca que había subrayado con rotulador mientras mordía una manzana que tenía en la cesta de la compra, aún sin vaciar. 

Cuanto antes resolviera el misterio del paradero de Mordo, antes podría volver a casa. A mi casa de verdad...

Un par de ojos azulados se me vinieron a la mente al pensar en ello. Negué con la cabeza al sentir un dolor agudo en el pecho. 

Nada había cambiado, seguía todo igual. Lo extrañaba y quería como el primer día de mi partida. 

Busqué con la mirada mi cuaderno de bocetos para encontrarlo en la estantería. Lo atraje hacia mí en un segundo y lo abrí, buscando un dibujo en concreto. Cuando lo encontré sentí como el corazón saltaba en mi pecho.

Era un retrato de él que había hecho a los pocos días de llegar al apartamento. No quería que se me olvidara ningún detalle con el tiempo. A falta de una fotografía, tenía un dibujo...

Pasé los dedos con suavidad sobre la hoja, sonriendo con nostalgia.

«Espero que estés bien...»





𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora