Después de la muerte de Billy, Max dejó de ser la misma.
Una carcajada, incluso una sonrisa sincera se volvieron desconocidos en su vida.
Por otro lado esta t/n Bennett, recién llegada a Hawkins (o regresada), con un trágico pasado, pero dispuesta...
El Dr. Sam Owens intentaba mantener la calma y evitar hacer o decir cualquier cosa que lo delatara frente al intimidante hombre frente a él.
— ...fueron hombres de ciencia, hombres como usted quienes crearon este problema en primer lugar —el general le extendió unas fotografías que recibió—. Todo lo que pasó en Hawkins se remonta a las mascotitas de Brenner, ¿no es así? —eran Eleven y Seventeen aquellas que se encontraban impresas sobre el papel fotográfico. Sam sintió una gota de sudor helado querer caer de su frente pero recuperó la calma. Otras fotografías fueron entregadas a él, la primera era una mujer con los ojos hundidos. Había sido víctima de Eleven junto con otros hombres en el laboratorio Hawkins hacía algunos años atrás. La segunda era un hombre, Dr. James Cullen, víctima de Seventeen cuando esta había escapado de ellos, sus ojos estando igual que la foto anterior y el cuello roto—. El Dr. Brenner las entrenó para esto, asesinatos a distancia.
—Lo que sugieren, es imposible.
—¿Lo es?
—Eleven y Seventeen están muertas.
—No estoy seguro.
—¿Entonces dónde estuvieron todo este tiempo?
—Hay rumores de que siguen con vida, y reciben ayuda de alguien desde el interior.
—Está diciendo que yo las ayudo, ¿eso es lo que dice?
—Si quisiera hablar, Dr. hubiera tomado el maldito teléfono —el ambiente se sentía más tenso, ambos de pie frente al otro, Sam Owens siendo lo más cauteloso posible—. Puede simplificar las cosas y decirnos dónde están o, podemos hacerlo por las malas.
Una inspección intensa comenzó por la casa del Dr. Owens, pero no se preocupaba demasiado, no era tan estúpido. Sabía que ese día llegaría, y estaría preparado.
Por otro lado había un padre lleno de rabia y dolor desde el momento en el que se le confirmó la muerte de su único hijo. Cegado por el dolor comenzó con un plan en el que el presunto asesino de su hijo terminaría igual que él. Muerto.
Tomó sus llaves, la camioneta y fue hacia donde había sido la fiesta de celebración de campeonato a la que su hijo jamás llegó. Tocó la puerta sabiendo que se encontraría con algunos de ellos, invitaría a sus amigos a eso, a una cacería. Dos de ellos fueron los primeros y únicos en responder, en unirse. Lucas salió después de un tiempo y después de intercambiar unas palabras con él, dijo que él también se uniría.
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Steve nos llevaba a Robin, Dustin, Chrissy, Max y yo en camino a ver a Eddie de nuevo después de haberle conseguido varias cosas para comer.
—T/n, reportate. T/n —se escuchó desde mi mochila, era Mary. Saqué el pequeño radio que cabía perfectamente en mi mano de la mochila bajo las miradas extrañadas de los demás.
