Capítulo 12.
Tacones rojos, mono negro, labios mate, cabello revuelto. Estaba dispuesta a arrasar esta noche.
Sabía que ahí estaría Lacross, informando a Justin de todos mis movimientos como si se tratara de mi padre y yo no me negaría nada, lo haría todo. Me besaría con un medico, con un maestro, con un veterinario o un bibliotecario si hacía falta, la cosa es que esta noche quería gritar un nombre que no fuera el de Justin, quería demostrarme a mi misma que podía superarlo. Podía
Uno, dos, tres, cuatro chupitos. Uno, dos, tres, cuatro chupitos más.
-¿No estás bebiendo mucho?- me preguntó Maddy.
Había llamado a Maddy mientras cogía el bus para volver a casa. No había permitido que Lacross me devolviera a casa y le había hecho coger el mismo autobús que yo de nuevo, pobre hombre. Maddy había accedido emocionada y se había traído a su pareja, un chico alto con barba pelirroja que compartía el mismo amor que Maddy por las gafas de pasta. Eran la pareja perfecta.
Ted no era para nada hablador pero si muy protector, su mano no se había despegado de la cadera de Maddy y le había pagado él los margaritas. Yo también quería alguien que me pagara los margaritas.
-No, no he bebido lo suficiente. ¿Te apetece bailar?
-Claro! ¿Dónde están tus amigos?
Biel y Brad habían desaparecido al entrar al local, Biel me había dicho que habían visto a una amiga de Brad y que iban a saludar, de eso hacía más de media hora.
-No tengo ni idea pero no me preocupa, se saben cuidar solitos.
La pista estaba llena de mirones, de tios que se arrimaban a tus caderas y se creían los reyes del mundo.
-¿Quieres bailar?- me preguntó un chico con muchos tatuajes.
-¿Qué no me ves? Ya estoy bailando.
-Bailar conmigo- dijo él. – Bailas demasiado bien como para estar en un antro como este.
-Tu vistes demasiado bien como para estar en un antro como este.
Llevaba camiseta y tejanos oscuros pero sabia perfectamente que su camiseta costaba más de cien euros, yo solo había pagado uno por cada chupito. No era lógico que un chico así vestido visitara ese lugar.
-Todo se tiene que probar en esta vida, no me gusta frecuentar los lugares que visita mi padre.
-A mi tampoco me gustaría ir de fiesta con mi padre, soy mayorcita como para ir sola.
Su mirada se fijó en mi espalda, como si algo detrás de mi llamara suficiente la atención como para dejar de mirarme.
-Parece ser que tu papi sí que quiere ir de fiesta contigo- me susurró.
Lacross estaba justo detrás de nosotros, unos metros nos separaban pero podía ver perfectamente su cuerpo apoyado en la barra. Justin no estaba a su lado pero sabía perfectamente que el auricular que colgaba del oído de Lacross estaba conectado a su teléfono móvil. Me estaba volviendo a controlar.
Como si de un impulso se tratara me lancé a la boca de ese desconocido, su mano se deslizó hasta mi trasero y sentí que el mundo se detenía. Esto no lo hacía por deseo, lo hacía para demostrarle que no era de nadie, ninguna mujer pertenecía a ningún ser.
-Joder nena, pensaba que querías tomarte tu tiempo. Tienes cara de ser la típica con la regla de las siete citas.
Lo era. Mi norma eran ocho citas, sin ocho citas no hay sexo, sin ocho citas no te enseño donde esta mi casa, sin ocho citas no conoces a Biel... Justin se había saltado esas ocho citas.
-Mi regla es de ocho pero a veces una desea saltarse las normas.
-Me gusta que te las saltes, por cierto, soy Nick.
-Me llamo Juliette, debería irme con mi amiga de nuevo, me echara en falta.
-Deberias darme antes tu teléfono, el mio lo tienes en el bolsillo trasero.
Si, ahí estaba. Un papelito blanco roto por los bordes. ¿Cómo había llegado hasta ahí?
-¿Eres mago?- le pregunté.
-¿Quién sabe?- respondió.
Biel me miraba con una sonrisa de oreja a oreja, esa misma sonrisa que me dedicaba cuando a los diecinueve traía algún chico a casa.
-Es guapo pero no es tu príncipe azul.
-No está mal y no tengo ningún príncipe azul. Dame un Martini y olvídate de la vida, lo he hecho para darle algo que informar a Lacross, quiero enfadar a Justin y divertirme un rato.
¿Le quería enfadar? Realmente la que salía perdiendo era yo pues él era mi jefe y yo era solo una empleada.
-Creo que voy a volver a casa- le susurré a Maddy
-¿Tan pronto?- preguntó.
Asentí con la cabeza y me dirigí hacia la entrada, ni siquiera me había despedido de Ted, simplemente le había dicho adiós con la mano. Biel me había mandado un SMS desde el baño "no te vayas ¿tan poco aguante tienes? Eres una vieja" decía. Maldito seas Biel.
Lacross me abrió la puerta de la entrada y se ofreció a llevarme.
Pensaba negarle la oferta hasta que abrí mi monedero y me di cuenta de que no tenía mas que cinco euros, con eso no podría llegar a casa.
-No te puedo negar la oferta ya que no tengo dinero suficiente pero te pagaré cuando pueda.
Me abrió la puerta del coche negro que esperaba en la calle de enfrente, era el típico coche que siempre había deseado y que nunca me había podido permitir.
-¿Le has llamado?- le pregunté.
-¿Perdón señorita?- dijo él.
-Has llamado a Justin ¿verdad?
Nos quedamos los dos en silencio por unos instantes, como si los supiéramos perfectamente cual sería la respuesta.
-Si, le he llamado. El mismo ha visto la escena desde el piso superior, ha cogido un taxi y ha vuelto a casa.
¿Debería ir donde se encuentra? No, no debería hacerlo pero me entraban unas terribles ganas de hacerlo, como si fuera una necesidad darle explicaciones. Era estúpida.
-¿Me puedes llevar a su casa?
-Claro pero antes debería avisarle.
Claro, tal vez Justin se está follando a cualquier fulana que ha encontrado en ese club. Tal vez esta tan enrabiado que ha decidido no volver a hablarme nunca o mas o tal vez ha decidido incluso despedirme.
Lacross puso el teléfono en altavoz. Un tono, dos tonos, tres tonos...la voz de Justin.
-¿Ocurre algo? ¿Le ha pasado algo malo?
-Justin- hablé yo. No quería que hablara con Lacross, quería que hablara conmigo.
-¿Estás bien?- preguntó- ¿Ese capullo te ha hecho algo?
-¿Puedo ir a tu casa?- le pregunté.
Demasiadas preguntas.
-Claro, ven.
Seco. Su tono era seco, no sonaba como el Justin desesperado por hacer el amor conmigo a todas horas, no sonaba como ese que usaba su voz para atraer a sus presas...Sonaba como un hombre vacío.
ESTÁS LEYENDO
Di que me recordarás - Justin Bieber y Tu. [2nda Temporada]
Fanfic2NDA TEMPORADA DE "NO SOY TU PRÍNCIPE AZUL" "Un día voy a escribir todo lo que siento. Un poquito más extenso de lo que escribí sobre ti y con otras palabras, tal vez sinónimos de "amor" y "felicidad" de nuevo. Y vas a leerlo y a preguntarte si se...