The Tower

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Jimin estaba en esa torre encerrado desde que tenía memoria. O desde que tenía 8 años para ser exactos.

Había sido solo un niño al cual habían maldecido sin motivo alguno. Aunque muchos decían que era su destino. Sus padres para ser más específicos. Y ellos mismos lo habían encerrado en una torre. Tal y como lo tenían escrito en el libro.

Pues si, Jimin tenía que seguir su historia. Siendo embrujado, y encerrado en una torre con un dragón vigilando. Para que su príncipe azul lo fuera a salvar y rompiera su maleficio. Para luego casarse y tener muchos hijos.

Al principio eso le parecía emocionante, pues como omega, esa historia era increíble y queria que ocurriera. Pero con el tiempo, se comenzó a cansar de esperar. Pues nadie llegaba a salvarlo.

10 años en esa torre y el único amigo que había hecho, era ese dragón que tenía de trabajo vigilarlo.

Sinceramente, las historias tenían sus exageraciones. Pues no era un dragón como cuentan las historias. Solo era un cambiaformas dragón, que además, era alfa.

Por lo que era normal verlo en sus dos piernas, y sus dos brazos, en su forma humana.

El también era una cambiaformas, con la diferencia que era omega, y había nacido como lobo. Solo que la maldición había cambiado un poco las cosas.

Pues no era nada más y nada menos que un cambiaformas pollito.

Sus padres se habían avergonzado al darse cuenta. Pues el animal que le había tocado era pequeño y débil. Nada comparado con los lobos. Además de que era único en su especie, pues no había nadie más como el.

Muchos le habían mirado raro, pero tenía la condolencia de que, cuando su príncipe le diera el beso del primer amor, por fin podría ser normal.

De pequeño, eso le parecía correcto, pues era influenciable y tenía que seguir las reglas. Pero al estar tanto tiempo solo, en sus pensamientos y madurar tanto física como mentalmente, ahora le parecía estupido.

El se amaba tal y como era.

Que fuera un cambiaformas pollito no era malo. Al contrario, era increíble. Pues al ser único en su especie, eso lo hacía distinto y especial.

Además de que su gran amigo le había ayudado.

El alfa desde un inicio solo vigilaba que no saliera. Pero tanto silencio diario, hizo que comenzaron una charla casual para no estar tan aburridos.

Ambos habían sido solo unos niños, por lo que ambos comenzaron a jugar, y estar juntos la mayoría del tiempo, generando un gran lazo entre los dos.

Habían noches, en las que el pequeño omega lloraba, creyendo que todo era su culpa. Por ser extraño. Por qué, por su culpa, el no podía estar con sus padres y viceversa. Pero el alfa le había hecho entender que no era así. Que era lindo en su forma de pollito. Pues era pequeño y adorable. Y que sus padres eran culpables de cierta forma, pues los que lo habían encerrado allí, habían sido ellos.

Noches de charlas. Días de juegos. Y tanto tiempo juntos, sintiéndose a gusto, se convirtió, en algo más.

Jungkook sabía que algún día un príncipe podría llegar y llevarse a su pollito. Y eso era lo que más le aterraba.

Los últimos años sentía esa vibra. Pues al crecer, los soldados y príncipes comenzaban a interesarse en el pequeño príncipe encerrado en la torre. Los últimos años fueron la prueba de ello. Pues varios alfas habían llegado en busca del omega.

El como dragón, no permitió aquello. Pues era parte de la historia no dejarle tan fácil las cosas a los intrusos.

Aunque claro estaba, que había otra razón más para ello.

The Dragon ✦ KookMin [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora