Capítulo 11

421 74 9
                                    

─¿Qué?─balbuceé, arrastrando cada palabra mientras las comprendía y trataba de darle significado a cada una. Sonrió por un momento y me sentí ausente. Demasiada información para una persona y más para mí. Ella rió, más bien, se carcajeó por mi cara. Pero ¿Qué más quería? Tenía los labios secos y podría apostar a que mis ojos se habían desorbitado por la sorpresa e impresión.

─Creo que estás lista para que practiquemos, bueno, practiques─se corrigió. Aún seguía sin entender ¿Así nada más? Un par de bailes, interacción, besos ¿Y a la cama?

─Espera un momento ¿Quieres que ya tenga relaciones?─remarqué con la voz la palabra "ya" y ella sonrió una vez más.

─Sí.

─¿Con quién?─pregunto interesada.

─Sorpresa─respondió y ya me estaba cansando ¿Acaso respondería solo con monosílabas?

─¿Sorpresa? ¿Qué crees? ¿Qué perderé mi virginidad con cualquier idiota que se cruce en mi camino?

─Cuando yo te conocí eso era lo que hacías─touche. Ella tenía razón, eso era lo que yo hacía. Pero bueno, de los errores se aprende y había cambiado mi modo. Muchas chicas deseaban poder perder la virginidad con el hombre que querían y que de verdad se la merecían. Digamos que esto era algo así como un privilegio.

─Pues ahora cambié de opinión, no pienso darle el privilegio de obtener mi virginidad a un completo desconocido. Así que no cuentes con qué practicaré aún lo del sexo.

─¿Cuánto más quieres esperar?

─Cuando me sienta preparada mentalmente de que es a él a quien debo entregársela.

─¿Ya tienes al candidato?

"Si, tú". Pensé, mirándola. Pero no podía decírselo, tampoco podría decir cualquier nombre. Así que la mentira más convincente seria...

─No.

─¿Entonces?

─Tendré que encontrarlo.

─Eso llevará mucho tiempo.

─¿Cuál es la prisa?─pregunté y ella bufó. Me estaba contradiciendo yo sola. Pero es demasiado difícil decirle: Eres la mujer con quien estaría más que encantada perder mi virginidad ¿Qué tal si lo hacemos el día que tú quieras en ese hotel? Era algo idiota, estúpido y absurdo.

Se supone que ella es mi sexóloga, no la persona que debía experimentar la sensación de sentirla entre mis piernas. Ella no era la mujer que debía hacerme llegar a mi primer orgasmo, ella no era la mujer con quien debía despertar todos los días desnudas en una cama a la mañana siguiente, ella no era la mujer con quien debía perder mi virginidad.

Porque, aunque yo quería con toda mi alma que esto se cumpliese, ella no.

─Está bien, si eso quieres. Creo que tendré que guardar la habitación para otra ocasión ¿MinJi aún está en el pase libre con su novio?─preguntó y sentí mi cara hervir de furia.

─Se arreglaron hace una semana. Y sé que JiU es bastante inteligente como para involucrarse contigo─al parecer mi última frase le causó gracia, comenzó a reír descontroladamente ¿Realmente se había acostado con ella?─Espera un momento ¿JiU se acostó contigo?─quise saber. Bueno, esto me hacía ponerme aún más roja de furia. Ella jamás me había contado de su aventura con mi ahora sexóloga y mujer. Es una perra, se suponía que éramos mejores amigas, nos contábamos todo.

─Solo una vez─respondió y cerré los puños con una fuerza realmente extraordinaria─Ambas estábamos borrachas y fue hace mucho, cuando ella venía para que la influyera en más cosas sobre el buen sexo─no necesitaba tanta explicación Señorita Lee, con un "sí" me hubiera bastado. Tampoco quería saber que habían experimentado un buen sexo.

─Acepto─respondí y ella me miró confundida.

─¿Aceptas qué?

─Acepto comenzar a practicar el sexo, pero deberás instruirme toda esta semana sobre lo que debo hacer o no. Cómo debo moverme, cómo debo sacarle la ropa y cómo disfrutar del verdadero placer─ella asintió aturdida y sonreí con astucia─Pero...tengo una condición.

─¿Cuál?

─Quiero que tú estés allí─vi su garganta moverse rápido y sonreí. La había dejado sin palabras, ahora era mi turno de reír por su cara.

─S-Sí, claro. Y-Yo...─tartamudeó y pasó una mano por el cabello como siempre lo hacía cuando estaba nerviosa. Me mordí el labio discretamente para no dejar en claro mi debilidad por aquel gesto.

─¿Tú qué? Debes estar allí, tienes que ver si aprendí o no lo que tú me enseñaste.

─Eso, lo sé. Sí, pero no creo que sea buena idea de que este allí─dijo más que nerviosa y fruncí el ceño; algo había entre sus palabras y gestos, pero no lo podía descifrar.

─Será muy buena idea. Si el chico se sobrepasa conmigo o si sucede algo y yo me asusto, te tendré allí. Así que sí, es una buenísima idea─ella suspiró de nuevo y no tengo la cuenta de cuantas veces lo ha hecho en este poco tiempo. Pero sé que son muchas. Así que solo sonrio, esperando su respuesta.

─Está bien─ella gruñe y solo me dejo caer sobre el sofá, satisfecha. Ella comienza a decirme que es lo que haremos durante una semana. Pero no la escucho, solo espero que sea con ella y no con algún otro desconocido.

(...)

─Kim Min Ji─gruño enojada al salir de la consulta. Estábamos en el auto y me mira nerviosa, sin saber el por qué de mi ataque.

─¿Qué sucede?─pregunta. Las palabras se atascan en su boca y lo sabe, sabe el por qué. Aprieto el puente de mi nariz y cierro los ojos, con un largo suspiro cuento hasta diez; un viejo método de familia para tranquilizarnos, pero lo malo de este, es que a veces no funciona.

─Te acostaste con SiYeon─más que una pregunta, fue una afirmación. Ella asintió mirándome a los ojos─¿Cuándo pensabas decirme?

─Esperaba que nunca─contestó con sinceridad luego de un rato.

─¡¿Nunca?!─pregunté consternada y ella asintió una vez más─Soy tu mejor amiga, se suponía que nos teníamos que contar todo, más si te acostaste con la chica que me gusta.

─Las mejores amigas se reservan cosas y esta era una de ellas─dijo y negué con la cabeza─Ni SiYeon ni yo debíamos decir alguna cosa sobre lo que sucedió entre nosotras, es una maldita traidora.

─No lo es, tú lo eres.

─SuA...─suplicó y negué con la cabeza, parándola─No puedes hacer esto. Lo que sucedió fue un error, estábamos pasadas de copas y lo supimos al día siguiente. Yo no quería que pasara, ella tampoco quería que pasara.

─Tú si querías que pasara, no lo niegues. Siempre me decías lo buena estaba y lo mucho que querías llevártela a la cama. Pero adivina que...─hice una pausa y sonreí falsamente─¡Lo hiciste!

El gran edificio donde vivía se posó frente a nuestros ojos y agradecí que eso sucediera. Apenas MinJi apagó el motor, me bajé y cerré con toda mi fuerza la puerta. No tenía ganas de seguir hablando, porque si lo hacía, la cagaría, y mucho. Al parecer, ella lo entendió.

Virgin | SuaYeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora