CAPÍTULO 29

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Los días pasaron no sólo fortaleciendo la relación tan hermosa que llevamos con Zai'd, sino que también acercándonos cada vez más al concurso.

El gran día había llegado.

Hubo algunos cambios en la coreografía como cambiar el inicio de la misma.... además de pedir la colaboración del grupo de baile que Zai'd me presentó cuando viajamos a la ciudad donde él vivía anteriormente.

El primer concurso al que nos presentamos era el del grupo de los chicos, luego seguía el del ballet.
Con todo el grupo, viajamos al extranjero en avión. Nunca en mi vida había viajado en avión, por lo que tuve miedo cuando despegó. Miles de pensamientos negativos se me cruzaban por la cabeza, poniéndome aún más nerviosa. Pensamientos, como... ¿Y si se cae? ¿Y si se rompe algo? ¿Y si el piloto muere? ¿Y si alguien decide tomar el avión?.

Zai'd estuvo conmigo, apoyandome. Sin embargo, ante la más mínima turbulencia, me aferraba a los asientos del avión, cerrando mis ojos con fuerza.

Al llegar, y pisar tierra firme, nos hospedamos en uno de los mejores hoteles con todas las comodidades.
Fue una nueva experiencia para todos nosotros. Una muy linda.

Luego de darme una ducha, salí del baño secando mi cabello con la toalla.

Mañana es el concurso. No estaba nerviosa, habíamos ensayado tanto, que me dio seguridad.

Luego de cepillar mi cabello, me detuve en frente de la ventana del hotel que daba a la gran ciudad. Hermosa vista.

Sonreí, agradeciendo por está gran oportunidad.
No importa si no ganábamos, con tan sólo tener está gran oportunidad de poder participar, ya era un premio para mí.

Estaba agradecida.

Feliz.

Un llamado a la puerta, llamó mi atención.
Me aleje de la ventana caminando en dirección a la puerta.
Al llegar, tomé el picaporte, abriendo la misma.

-Buenas noches, señorita- Soltó Zai'd, robandome una sonrisa.
Una de sus manos se encontraba apoyada sobre la pared, mientras que la otra estaba en el bolsillo de su chaqueta -¿Nerviosa?- ingresó a mi habitación, sin pedir permiso. No lo necesitaba.

Cerré la puerta, sonriendo internamente.

-No- confesé, girando sobre mis propios pies. Me apoyé en la puerta observando su imponente porte.

-Menuda suerte- me enfrentó con la mirada, colocando ambas manos en los bolsillos de su chaqueta.

Levanté mis hombros, indiferente.

Su mirada recorrió mi rostro, hasta detenerse en mis labios.

-Supongo....- dio un paso en mi dirección, acortando la distancia que nos separaba -... que como mañana es el concurso, no podré desvelarte.....- se detuvo a unos escasos centímetros. Levanté el rostro, para poder mirarlo a los ojos.

-No, no puedes- susurre. Tratando de ocultar mi sonrisa.

-Es una pena...- mintió, acercando su mano a mi rostro.
Las yemas de sus dedos, acariciaron mi rostro, provocando un agradable cosquilleo por todo mi cuerpo.

Acaricio la comisura de mis labios, provocando un gran deseo de ser basada.
Hazlo Zai'd, Bésame. Y acaba con está tortura.

Los ensayos han reducido nuestro tiempo de poder estar juntos. Sólo podíamos encontramos a la hora de la cena. De vez en cuando.

Nuestras miradas se atraían mutuamente, aumentando la intensidad.
Su mirada poseía ese brillo lleno de diversión. Sabía exactamente lo que provocaba en mi, y se estaba divirtiendo con su pequeña tortura.

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