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Hacía tan solo unos días se habían cumplido los dos meses de embarazo de Shoyo, su pancita aún no se miraba demasiado pero tanto su pareja como sus hijos lo mimaban como si no hubiera un mañana. Desayunos en la cama, dulces a cada rato, comidas que al pelinaraja se le antojaran, masajes y muchas cosas más, era muy querido por sus tres chicos.

—Papá ¿cómo te sientes?, ¿y mi hermanita?

—Estoy bien Victor ¿por qué crees que es niña?

—Intuición de hermano mayor.

—Seguro es niño.

—¡Zami! Apóyame una vez.

—¿Otra vez discutiendo por el sexo del bebé? —preguntó Kei mientras tomaba a Shoyo por detrás para abrazarlo.

—Sabes que si. —rió el embarazado.

Eran una familia feliz, rara, pero feliz al fin y al cabo. Y Tsukishima creía que cuando llegara el o la bebé estarían aún más unidos, demasiado, por lo que en secreto comenzó a buscas casas más grandes.

—Oh llegaré tarde al trabajo, nos vemos en la tarde.

—¡Cuídate papá! —dijeron sus hijos.

—Sigue sin agradarme la idea de que trabajes, no tendrías que levantar peso. —reprochó el rubio.

—Estoy embarazado, no inválido, puedo seguir con mi trabajo sin problemas. Si pude jugar vóley cuando esos dos estuvieron aquí claro que puedo manejar una florería. —el pelinaranja salió de la casa camino a su auto.

—Kei-san pedirle a papá que deje la florería es pedirnos a nosotros dejar el vóley.

—Imposible. —habló Azami terminando la oración de su hermano.

Tsukishima suspiró y fue a prepararse él para el trabajo, en la tarde iría junto a Shoyo a su primera ecografía ¿estaba emocionado? por supuesto que sí y nadie le quitaria esa radiante sonrisa de rostro. 

La tarde fue muy tranquila para Shoyo, pocas personas habian ido ese dia a la floreria, eso no quitaba que debia mantenerla hermosa a la vista por lo que ignorando el pedido de su pareja decidio cargar una maseta demasiado pesada para dejarla al frente de la tienda. Una punzada dolorasa a la parte baja de su estomago le hizo saber que algo andaba mal, creia que al ser su primer embarazo bastante tranquilo y "normal" ocurriria lo mismo con este pero debia tener en cuenta que en ese momento trabajaba tras un escritorio todo el dia. 
Con miedo decidio adelantar su cita con el doctor, en el camino le infromo a Kei que estaba camino a la clinica y el rubio mas que preocupado le dijo que en unos minutos estaria alli. 

—Hola señorita ¿el doctor Yamada se encuentra?

—Claro ¿tiene una cita programada señor...?

—Hinata Shoyo. —escuchó como la mujer tecleaba su nombre en la computadora.

—Aquí dice que es en dos horas.

—Lo lamento pero es una emergencia y necesito verlo ahora. —la joven vió lo asustado que se encontraba el pelinaranja por lo que le dijo que la esperara unos minutos.

Tal como dijo luego de algunos momentos su doctor designado caminaba por el pasillo hacía donde él estaba.

—Shoyo-san me dijeron que tenía una emergencia.

—Sentí un dolor fuerte bajo el vientre...por favor. —suplicó.

—Venga conmigo.

Hinata entró al consultorio del doctor el cual le indicó que se acostara en la camilla, tan solo hacer eso un Tsukishima con la respiración irregular entró.