Nico & Bels.

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— No... no... — murmullo corriendo hacia la esquina del salón—. No puedes coger eso — digo, levantando en brazos al pequeño niño—. Lara va a saltar encima tuya, bueno, no lo va a hacer, pero no puedes cogerlo amor — le quito de las manos el juguete y busco con la mirada el Rottweiler, que está sentada en la cocina.

— Hola — me giro hacia la puerta, Nico entra y deja en el suelo la bolsa de deporte, el niño se revuelve en mis brazos—, ven aquí, campeón.

Lo dejo en el suelo y veo cómo corre hacia Nico, sonrío apoyándome en el piano. Levanta en brazos al pequeño rubio y deja un beso sonoro en su mejilla, llevo una mano a mi abdomen inconscientemente.

— Papá— sonrío viendo los ojos brillantes de Nico, aunque Anxo tiene casi dos años, no se acostumbra aún a esa sensación.

— ¿Me das un besito? — Anxo asiente, dejando un sonoro beso en la mejilla de Nico.

Ambos caminan hacia mi, soy incapaz de no sonreír al verlos en mi dirección. Mi familia. Trago saliva cuando Nico me rodea la cintura, abrazándome con fuerza.

— Oli y Gavi van a tener un bebé— alzo las cejas sorprendida, no tenía ni la más mínima idea.

— Vaya... por lo menos no seremos los únicos que vamos a ser padres — sonrío, él asiente con su media sonrisa característica—. ¿Qué tal el día? Debes estar cansado — él se encoge de hombros y niega.

— Los niños son bastante menos problemáticos de lo que éramos nosotros— río, con mi mirada fija en Anxo que juega con unos coches sentado en la alfombra—. Me alegra que... que me quisieran para entrenarlos — sonrío viendo cómo brillan sus ojos, siguen siendo iguales que cuando empezamos juntos hace casi 12 años.

— Tengo algo que contarte — me acerco a él, sus manos rodean mi cintura en un suave abrazo—, bueno, en realidad son varias cosas — trago saliva pensando bien que decir primero.

— Cuando quieras, sabes que te escucho — escucho su respuesta comprensiva, notando un pequeño pinchazo en el corazón.

No puedo pedirle que se vaya.

Vas... vamos a tener que volver a dormir poco — sonrío triste, no por la idea de tener otro bebé—, que volver a cambiar pañales y probablemente dar el biberón a las tres de la mañana y... — escucho la risa suave de Nico.

— Otro bebé— sonríe ampliamente, asiento sin dejar de sonreír—. Espero que esta vez sea una niña — río frunciendo levemente el ceño mientras él me abraza y me levanta del suelo.

— ¿Por qué?

— Una persona igual de bonita que tú es lo que hace falta en esta casa — deja un beso sobre mi mejilla—. Hay que decírselo — asiento recostándome en su costado—, ¿has pensado cómo?

— Ni idea — murmullo, observando a nuestro hijo mirando hacia nosotros.

— ¿Qué pasa? — escucho su voz sobre todos mis pensamientos, disipándolos; sus ojos, iguales a los de Nico, fijos en mi— ¿Mami?

— Ven aquí, cariño — lo llamo, alejándome un poco de Nico para acuclillarme frente a él—. Papá y mamá tienen algo que contarte.

— Colo — dice, estirando sus brazos hacia mi, sonrió levantándome.

— Tu sabes que papá y mamá te quieren mucho, ¿verdad? — empieza Nico, ya más curtido seguramente en escuchar este discurso.

— Claro — asiente Anxo, pasando sus ojitos castaños de mi a su padre.

— Y... esta casa es muy grande para nosotros tres sólo.

— Lara — señala al Rotweiller, río negando, apartándole el pelito rubio de la frente.

— Y aún con Lara es una casa gigante para nosotros solos — continúa Nico sonriendo.

— ¿Y qué pasa? — pronuncia de manera graciosa.

— Que... papá y mamá van a traer a otro bebé— veo como los ojos de mi niño se iluminan, su boquita se abre haciendo un círculo.

— ¡Otro bebé! — se remueve en mis brazos y va hacia Nico, abrazándolo con fuerza — ¡Bien! — sonrío apretando los labios, habla demasiado bien para tener solamente dos años.

— Tenemos que llevarlo al médico— vocaliza Nico, asiento pasándole la mano por la espalda a nuestro hijo.

— ¿Estás contento, cariño? — pregunto buscando su mirada, él asiente.

— Mucho mami — sonríe—. Gracias.

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