yuta no tiene ni idea de por qué está aquí.
las luces del club caen desde arriba en parpadeos lentos y deliberados, mostrando a la multitud en amarillos, rojos y azules apagados, lo que aporta una extraña sensación de comodidad. su presencia en el club podría deberse a que le acaban de terminar sin avisar, y a aquí es donde solían venir para pasar una noche divertida, disfrutar del espectáculo, bailar y escuchar la música.
tal vez quiera volver a sentirse cerca de ellos. cuando se aprietan contra él, con sus cuerpos sudorosos en un lento movimiento, y las manos enredadas en el cabello del otro, no puede evitar sentirse bien pensando en ello.
extraña eso, claro que sí, pero cuando sus ojos se fijan en la persona del escenario, se da cuenta rápidamente de que este viaje no era para emborracharse tanto que no recuerde a su antigua pareja, ni para bailar con alguien al azar. es el chico del escenario el que siempre lo ha hecho volver, una y otra vez.
en una época de experimentación y de sentirse más cómodo en su propia piel y con el otro, la pareja de yuta sugirió que buscaran influencias externas. él apenas se opuso porque, sinceramente, el sexo es sexo, y el sexo es bueno. el sexo no se limitaba al acto de la penetración, y todo lo que yuta creía saber al respecto se fue por la ventana cuando pisaron el club por primera vez.
y de repente, el sexo no era sólo sexo. el sexo era sensual -toques inofensivos, miradas anhelantes, ofrecimiento de invitar a una copa con un batir de pestañas-. era la idea, el conocimiento de que tu química con alguien era tan innegable sin tocarse físicamente, que el sexo no era sólo el objetivo de este juego astuto, sino el comienzo de algo que podía ser una experiencia maravillosamente prolongada.
eran conversaciones intelectuales que hacían cosquillas en un punto de su cerebro que no se había tocado en años, un cumplido sobre cómo brillaba su cabello en las luces estroboscópicas, la sugerencia de un baile privado de un chico bonito que no podía rechazar.
luego fue el sexo lo que conoció.
un bailarín nocturno en su regazo mientras su pareja estaba afuera, probablemente intentando lo mismo aunque no tan a fondo, incluso con sus límites discutidos (que eran ilimitados). unos dedos resbaladizos, profundamente dentro de un agujero tan estrecho que apenas podía pensar con claridad. un chico retorciéndose en sus brazos mientras su polla se enterraba con seguridad en su interior hasta que sus pechos se pintaban con vetas blancas.
podría ser la razón por la que habían terminado, ahora que yuta lo considera.
las cosas cambiaron incluso antes del momento en que sugirieron salir y explorar opciones, y ambos lo sabían. lo que yuta no sabía era que se encontraría volviendo al club, buscando al mismo chico de suave cabello castaño, muslos apretados en medias de red con joyas y las caderas más escandalosas que había visto en su vida mientras su pareja salía con sus amigos.
para pasar el rato, pensó y les dijo, sin considerarlo nada más que tomar una copa y disfrutar de un espectáculo mientras su otra mitad estaba afuera, haciendo sus cosas. y fue un espectáculo. ver a chicas y chicos por igual deslizarse por un escenario, girar sus cuerpos alrededor de un tubo mientras una música suave y rítmica sacudía la sangre del público, y recibir dinero como si la multitud estuviera hipnotizada.
se trata de entretenimiento puro y simple. es su trabajo hacer esto, y al igual que se paga por las entradas para ver una película o un concierto, se trata a los bailarines igual de bien, si no más. hay tanto en juego en esa línea de trabajo que la gente no lo entiende: se confunden con los cuerpos desnudos en la pantalla y en la vida real. yuta siempre pensó que el estigma de los clubes de striptease era una mierda: no es pornografía, es cine.
pero donghyuck -dios- se pasea por esa fina línea con tacones de plataforma de siete pulgadas y deja poco a la imaginación.
donghyuck es para la gente; da al público lo que quiere y más. no se trata sólo de charlas descaradas durante los pocos segundos que dura el cambio de canción o de un contacto visual convincente cuando tiene el tubo entre sus mejillas escasamente cubiertas. se puede relacionar con él, tiene el aspecto de vecino de al lado, de cabello suave y piel suave, con los pequeños hoyuelos en las mejillas cuando sonríe, y la curvatura de sus otras mejillas que la gente imagina cuando piensan en el lindo estudiante universitario con pantalones cortos.
es un jugador de equipo: complaciente cuando debe serlo, descarado cuando un espectador se pasa de la raya, duro cuando se pasa de sus severos "no" y muy empático si alguien como yuta se presenta por tercera vez esa semana. lo que tuvieron fue estrictamente empleado y cliente, incluso cuando yuta pidió un baile privado, las reglas de donghyuck lo aclararon antes de que se fueran a una habitación separada lejos de todos.
al principio hubo un baile sensual porque ese es el trabajo de donghyuck, por supuesto, pero luego hubo conversaciones, pequeñas preguntas de dónde estaba la pareja de yuta que llevaron a lo que sea que tienen ahora.
que es yuta sentado al borde del escenario, bebiendo un martini seco y esperando a que donghyuck termine su actuación. sólo hay una ligera punzada de celos cuando el chico vuelve a restregar su culo en la cara de alguien, que alguien le meta unos cuantos dólares en las bragas como agradecimiento por bendecirlos con semejante vista. es irracional molestarse cuando es su trabajo, y cuando ni siquiera es el de yuta, quizá nunca lo sea.
no hace falta mucho tiempo después de que donghyuck salga del escenario para que una mano caiga sobre el hombro de yuta y le haga un gesto con la cabeza, haciéndole dejar su bebida en la barra para dirigirse de nuevo a la sala privada. aunque ya es normal, un sentimiento de excitación le recorre mientras pasa entre la multitud de gente, con un cosquilleo en las yemas de los dedos cuando abre la puerta y espera a donghyuck en el sillón sin reposabrazos.
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in doses at night
Fanfictionserá mejor que te pongas de rodillas y te comas esta galleta antes de que otro chico lo haga por mí. porque la polla no me maneja, yo manejo la polla.