El solo la uso con un fin, pero algo paso en le transcurso de su plan, no todo salió como esperaba.
Ella solo le recordaba todo lo que enfrento y todos sus problemas.
A pesar de todo ella lo sigue amando, ama a sus demonios porque ella lo aprendió a...
Elentari seguía reproduciendo una y otra vez esa terrible escena en su cabeza mientras se dirigían de vuelta al castillo, seguía con el mismo sentimiento de debilidad en ella, de no sentirse lo suficientemente valiente pues estaba aterrada de que algo le pasara. Esta iba montada en el caballo del oscuro, Alina iba escoltada por el ejército justo detrás de ellos. -¿En que tanto piensas? - preguntó el Oscuro mientras la ayudaba a bajar del caballo para que este tomara un pequeño descanso.
- Nada es solo que esa imagen tan aterradora sigue en mi mente-
- Crees que soy un monstruo- preguntó Aleksander bajando la cabeza asimilando tristeza
- No claro que no, jamás pensaría eso de ti- dijo rápido Elentari tomando al General por las mejillas.
-¿Me temes?- preguntó viéndola a los ojos y tocando su labio inferior donde tenía una pequeña lesión provocada por el golpe que le había dado el Fjerdano.
-Jamás te temería- contestó segura de aquella respuesta
-Deberías- dijo el General quitando el agarre que tenía la princesa sobre el
- ¿De que hablas?- Preguntó Elentari desconcertada
- Soy el Grisha más temido, provengo de la oscuridad y mi ancestro creo la sombra que atormenta Ravka, todos me temen.
-Pues yo no lo hago, confío en ti y siempre lo haré- dijo la princesa volviendo a retomar su agarre sobre el.
-Debemos volver al castillo- Dijo al ver que el ejército donde venía Alina escoltada se acercaba a ellos.
Ayudando a la Princesa Elentari a subirse de nuevo al corcel, se pusieron en marcha hacia el castillo, una vez que llegaron al jardín del Palacio varios sirvientes y soldados estaban esperando a la princesa pues se había corrido el rumor de que había sido atacada, el Oscuro se seguro de que entrara y se fue detrás de la invocadora del Sol que era ubicada en el pequeño palacio.
Elentari al cruzar las puertas fue bombardeada con preguntas y regaños de parte de sus padres.
¿Estas feliz?, casi te matan, te pones en riesgo, pones en riesgo a la corona y al futuro de Ravka.- habló el Rey rojo de la ira.
- Pero padre....- Elentari fue interrumpida por el Rey
-Pero nada a partir de hoy no habrá más salidas lejos del Palacio y es una orden.
Elentari estaba enojada pues no podía defenderse, no tenía voz en aquel palacio no hasta que fuera reina, por ahora sólo podía escuchar y obedecer.
-Bien ahora que estás aquí es hora de que tomes partido en las leyes de la corona real, Genya escolta a la princesa a su dormitorio y prepárala para esta noche.- habló el Rey mirando a la pelirroja que estaba en una esquina observado a la princesa con lástima.
Genya hizo caso a las órdenes del Rey, llevándose a una una princesa desconcertada por las palabras de su padre.
-¿De que está hablando?- preguntó Elentari llegando a la habitación
-Escuche al personal de servicio decir que alguien importante vendría hoy al palacio, pero es todo- Dijo Genya ayudando a la princesa a desaparecer aquel golpe de su labio.
Elentari se dio un baño, la pelirroja peinó su cabello, la maquilló sólo un poco, haciendo resaltar su belleza y sacó un hermoso vestido color rosa pálido, haciendo conjunto son un collar dorado.
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Una vez lista Elentari salió de la habitación hacia el Gran Salón, donde se encontraban sus padres sentados en sus tronos esperándola, tomó su lugar junto a ellos mientras veía el salón llenarse de personas tanto de la corte real como Grishas, la verdad ella no entendía nada de lo que estaba pasando.
Su mirada se encontró con unos ojos grises, esos ojos que tanto le gustaban, el Oscuro llegaba junto a Alina vestida con un traje verde la cual al verla le dedicó una sonrisa, ella hizo lo mismo pero esto no pasó desapercibido a los ojos del Oscuro.
- Hoy se llevarán dos sucesos que cambiarán el destino de Ravka y de nuestro reino.- Habló el Rey poniéndose de pie y señalando hacia la puerta principal donde entraba un hombre alto, de ojos azules como el cielo en verano, cabellera rojiza y una mandíbula marcada. El hombre misterioso entró al Salón con seguridad, miró a la princesa y le sonrió. Elentari no se dio cuenta que al verlo contuvo la respiración, pero lo miraba con atención, dudosa de quien era y que era lo que hacía en su reino aquel hombre.
-Mi nombre es Ashton Lennox y soy el Rey de Sikurzoi y vengo a desposar a la princesa Elentari.-
