Capítulo 7

73 6 0
                                    

 9 de abril, el cumpleaños de Gerard, después de haberle preparado una cena romántica a su hermoso novio, Frank preparó su habitación de forma cursi, con pétalos de rosas y velas, porque sí, habían tenido sexo muchas veces, pero quería que aquella noche fuese especial, porque le pediría que fuera su esposo, tal vez era precipitado, Gerard estaba por terminar la universidad y a él aún le faltaban un par de años, pero si de algo estaba seguro era que quería pasar toda su vida al lado de Gerard, porque sin duda era el chico perfecto y supo que quería estar para siempre con él desde la primera vez que se perdió en aquellos hermosos ojos verdes.

Después de aquella romántica cena sacó de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo donde se encontraba un anillo de oro blanco, el cual puso frente a Gerard, quien no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos. Sí, a Frank no le gustaban las cursilerías, pero con Gerard no podía evitar ser así, sabía que a él le gustaban esas cosas y lo único que quería era complacer a su lindo pelinegro.

- Gee, eres lo más bonito que me ha pasado en la vida, te amo tanto, quiero estar siempre contigo, por eso quiero pedirte que te cases conmigo – Manifestó Frank y Gerard no podía estar más feliz con aquella declaración, ensanchando una gran sonrisa y echándose a los brazos de Frank.

- Sí, acepto Frankie – Dijo visiblemente emocionado, besando a Frank en los labios una y otra vez. Frank colocó el anillo en el dedo anular de Gerard y así sellaron su promesa de amor.

Después de esa declaración, Frank llevó a Gerard hasta su habitación, estaba ansioso por hacerlo suyo, por lo que rápidamente la ropa comenzó a volar. Frank estaba recostado en la cama y le pidió a Gerard que lo montara, quería apreciarlo así, saltando sobre él, tan hermoso, tan suyo. Ayudó a Gerard a colocarse encima de él y éste lentamente comenzó a bajar, llevando el pene de Frank hasta su ano, sintiendo una fuerte punzada tan solo al dejarlo entrar en él. Frank trató de calmarlo, acariciando sus caderas y sus muslos. Cuando toda la extensión de Frank estuvo en su interior, Gerard se permitió abrir los ojos, mirando a su futuro esposo, quien lo observaba con ojos llenos de amor y de lujuria. Colocó sus manos en el abdomen tatuado de Frank y comenzó a dar ligeros saltitos, Frank lo contemplaba fascinado, su lindo chico pelinegro ahí, sobre él, luciendo sumamente hermoso, mirándolo con esos bellos ojos verdes. Sus manos viajaban por toda la pálida piel de Gerard, quería tocarlo todo, tener todo de él. Llevó una de sus manos al erecto pene del pelinegro, el cual goteaba ya líquido preseminal, estimulándolo un poco, provocando que Gee se deshiciera en gemidos, diciendo una y otra vez el nombre de Frank.

- Te ves tan hermoso desde aquí – Dijo Frank, en tanto contemplaba a su bello chico sobre él. Gerard sólo sonrió, quería acercarse a sus labios y besarlo en la boca, pero Frank se adelantó, lo tomó de la nuca y lo atrajo hacia él para besarlo, le encantaba el sabor de su chico, sin duda nunca se cansaría de él.

Al separarse Gerard siguió con lo suyo, brincando sobre Frank.

- Te amo mi Gee precioso – Mencionó Frank, tomando nuevamente el pene de Gerard y comenzando a masturbarlo

- Y yo a ti Frankie, te amooo – Indicó Gerard casi sin aliento, sintiéndose desvanecer cuando su orgasmo llegó. Se dejó caer en los brazos de Frank, mientras este lo tomaba de las nalgas para arremeter contra su cuerpo unas cuantas veces más y de igual manera correrse, llenando por completo a su pelinegro con su semen.

Se quedaron así, abrazados, Gerard se sentía demasiado cansado como para levantarse y permitir que Frank saliera de él, se sentía como peso muerto, Frank lo notó cuando sus latidos se fueron estabilizando y continuaba ahí, sobre él.

- ¿Estás bien, mi amor? - Le cuestionó

- Sí Frankie, sólo estoy un poco cansado

- Hiciste mucho esfuerzo ahí arriba – Manifestó Frank con una sonrisa pícara, besando la mejilla de Gerard – Déjame ayudarte – Logró girarse un poco para así quedar a un lado de Gerard y sacar su flácido pene de su interior

- Ahh – Dijo Gerard cuando Frank salió de él y sintió aquel cálido líquido saliendo de su interior

- ¿Seguro que estás bien, mi vida? - Cuestionó de nuevo Frank, Gerard sólo asintió, acurrucándose en el pecho del castaño.

Gee comenzaba a quedarse dormido cuando sintió algo cálido salir de su nariz, se separó tan sólo un poco del pecho de Frank y pudo notar que había sangre, por lo que llevó su mano hasta su nariz y más de aquel líquido rojizo quedó impregnado en su mano. Trató de limpiar con su otra mano el pecho de Frank y sin que éste le mirara el rostro, se levantó de la cama para ir al baño. Así, desnudo, llegó hasta el baño de Frank, se miró en el espejo y pudo ver como la sangre fluía de su nariz, agarró algo de papel para tratar de limpiarse, pero continuaba saliendo, se echó entonces un poco de agua, pero nada. Se colocó un poco de papel para parar la hemorragia. Frank se había dado cuenta ya de su ausencia en la cama, pues lo había llamado, por lo que se deshizo del papel y pudo apreciar que al parecer aquella hemorragia había parado, no quería preocupar a Frank con esas cosas.

Salió del baño y vio ahí a Frank, mirándolo desde la cama, sonriéndole.

- Ven para acá, mi vida – Le dijo, y Gerard de inmediato fue a acurrucarse en los brazos de su Frankie, no había mejor lugar en el mundo que ese. Le besó la frente – Te amo tanto Gee

- Y yo a ti Frankie – Mencionó Gerard, sintiéndose tan reconfortado, aunque algo cansado

- ¿Quieres un segundo round, mi amor? - Cuestionó Frank, mirando los bonitos ojos verdes de Gee

- Me encantaría Frankie, pero en verdad estoy muy cansado – Frank sonrió al ver como su chico se acurrucaba en su pecho

- Está bien mi Gee, descansa, ya tendremos toda una vida para amarnos – Gerard no pudo evitar sonreír, tratando de pegarse más al cuerpo de Frank, como si eso fuera posible. Se sentía dichoso, aquella noche había sido única, sin duda el mejor cumpleaños que hubiera pasado jamás, comprometiéndose con el amor de su vida y entregándose a él en cuerpo y alma. Se sentía demasiado bien, aunque había una cosita que daba vueltas en su cabeza y era aquel malestar que experimentó después de hacer el amor con su Frankie, tendría que hacerle caso a su hermano e ir al médico para sentirse más tranquilo, sólo esperaba que todo estuviese bien, que nada empañara su felicidad con Frank.

Noviembre sin Gee (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora