1

505 64 10
                                    

En el exterior la lluvia se mantiene constante, las gotas emiten un sonido tranquilizante para Kim Seokjin, un beta que ama el sonido de la lluvia cuando golpea el techo de su casa a las afueras de la ciudad. El aroma del agua y la tierra mojada junto con el del césped es una combinación perfecta para su inspiración.

Desde hace más de un mes Seokjin se mantiene frente a su computador sin saber qué concepto elegir para su siguiente exposición de esculturas y cuando piensa en que todo el día fue una pérdida de tiempo escucha el retumbar de un trueno y al levantar la mirada observa el cielo iluminarse y apagarse.

Y es ahí cuando lo sabe, la luz y la oscuridad, el bien y el mal, entremezclados para formar la vida y la muerte. Es un concepto bastante bueno.

En ese día lluvioso Seokjin entró a su estudio y observó por un largo momento el pedazo de mármol que tiene enfrente, visualizó su siguiente escultura y cuando estaba apunto de plasmar la figura en una hoja de papel, de pronto la puerta de su estudio fue abierta de par en par por dos personas con un traje pulcro y elegante.

Seokjin quedó pasmado ante esos dos sujetos pero nada se comparó con el alfa que entró a su estudio reduciendo el espacio a una diminuta caja de zapatos.

Su mirada fue a parar directamente en Seokjin, sus ojos azul eléctrico le recordaron al rayo de luz que emitió el trueno de hace un momento, en realidad su presencia era bastante parecida al sonido de un trueno, asustaba pero de alguna manera era tan atrayente que no se podía mirar en otra dirección.

-¿Es usted Kim Seokjin?-preguntó el alfa en un tono grave y de una manera seductora. Seokjin supo que su cabeza se había vuelto papilla cuando pensó que su tono era seductor. Solo había hecho una pregunta, se regañó a sí mismo antes de poder responder.

-Ese es mi nombre, pero me gustaría saber cual es el suyo y también me gustaría saber que hace en mi casa entrando de esta forma-articuló Seokjin apartando la mirada inmediatamente de ese par de ojos azules eléctricos.

Este hombre es un alfa se dijo, los alfas no observan a betas como él, generalmente buscan a lindos y pequeños omegas de facciones delicadas y aromas frutales y dulces adictivos.

-Kim Namjoon-fue la corta respuesta del alfa sin dejar de mirar a Seokjin.

-Es un gusto conocerlo Kim Namjoon-habló Seokjin para luego guardar silencio, un largo e incómodo silencio mientras evita a toda costa observar directamente al rostro del alfa.

De por sí sus ojos resultan interesantes y su rostro no es la excepción, su nariz pequeña, mandíbula definida, cejas gruesas, labios ligeramente gruesos combinan perfectamente. Además su altura es demasiada, seguramente sobrepasa a Seokjin por una cabeza entera y el traje que porta le favorece demasiado a su cuerpo.

En las fantasías de Seokjin siempre estuvo en un lugar especial este tipo de alfas grandes, elegantes, con un porte sin igual, a simple vista demandantes y mandones, sin mencionar que su presencia podía hacer a cualquiera tan pequeño como una hormiga.

-Es difícil de localizar Kim Seokjin, en su última exposición no tuve la oportunidad de hablar con usted, además de no poder comprar ni una sola de sus esculturas.

-Normalmente no suelo estar por mucho tiempo en mis exposiciones-dijo Seokjin sin saber como hacer la pregunta que quería hacer.

-¿Cuándo va a ser su próxima exposición?

-En tres meses...¿podría decirme qué hace aquí?-se atrevió a preguntar directamente alzando su mirada y bajándola inmediatamente cuando sus ojos dorados chocaron con los azules eléctricos de Kim Namjoon.

-Como dije no pude comprar ninguna de sus grandes obras, me gustaría comprar una en especial.

-Por el momento no dispongo de ninguna, debe esperar hasta la próxima exposición, puede elegir cualquiera.

-No quiero cualquier escultura, quiero una en específico. El lamento de un canario.

-Esa escultura ya se vendió, debería negociar con la persona que compró esa escultura.

-El alfa que compró esa obra no quiere negociar, se niega rotundamente, por ese motivo he venido hasta aquí, quiero esa escultura hecha por usted.

-Yo no replico ninguna obra, todas son piezas únicas-respondió Seokjin tajante.

-Un millón por esa obra.

-La respuesta sigue siendo no.

Seokjin no es realmente quisquilloso con nada normalmente, pero cuando se tratan de sus obras puede ser más quisquilloso y terco que una mula. Cada escultura tiene un sentimiento plasmado en cada cincelada. Seokjin podía pasar días esculpiendo una sola obra, apenas comía y dormía pocas horas, todo con tal de plasmar sus sentimientos en su escultura, en conclusión cada obra era única e irrepetible.

-Dos millones.

-Señor Kim lamento decir esto pero nunca antes había hecho una réplica de mis obras y no planeo hacerlo ahora, ni nunca-en el momento en el que las palabras de Seokjin salieron de su boca tan tajantes y duras se arrepintió cuando observó a Kim Namjoon presionar fuertemente su mandíbula-lo lamento pero le pido que se vaya.

-Siempre consigo lo que deseo y esta vez no será la excepción.

Con esa advertencia Kim Namjoon se retiró del estudio de Seokjin dejando sentimientos revueltos en su pecho, sentimientos de terror y sobre todo miedo.

Por otro lado al salir de esa pequeña propiedad a las afueras de la ciudad Kim Namjoon presionó fuertemente las uñas de sus dedos en las palmas de sus manos con un sentimiento tan poco conocido llamado decepción, pero no se daría por vencido. Siempre, en cada ocasión consigue lo que quiere y esa obra sería suya.

Ya había contemplado robar la escultura de su dueño. De ese alfa quien resultó ser el responsable de que llegue tarde a la exposición. Namjoon está seguro de que ya había visto la escultura de antemano, al igual que él por ello se aseguró llegar primero para adquirirla sin ningún contratiempo.

Las obras de Kim Seokjin son tan hermosas y apreciadas en el mercado nacional e internacional que, muchos intentan echar un vistazo a sus nuevos proyectos con la esperanza de adquirirlas mucho antes de que salgan a la venta, no obstante se encuentran con un muro tan alto que nadie puede traspasar.

Namjoon ya había escuchado de la actitud del escultor, una persona demasiado particular, la cual rechaza toda cantidad de dinero sin siquiera pestañear. Un beta que a una edad temprana ya se convirtió en un famoso escultor, sus manos crean obras de arte magníficas, plasma en el mármol sentimientos tan intensos que sus obras parecen cobrar vida ante los ojos. Namjoon pensó que su personalidad sería un poco más fuerte e interesante, más se llevó una gran decepción al verlo y sentir que no había nada especial en él, aunque al final mostró una mínima parte de esa terquedad de la que había escuchado, pero nada más allá de eso. 

Una parte dentro de él quería ver al beta poseedor de esas manos mágicas, esperó deslumbrarse por su presencia y tal vez esperó ver a un hombre con una seducción innata. Deseaba tanto jugar con este beta por un momento, disfrutar de esa pasión arrolladora de la que es poseedor, sin embargo esa tarde se llevó más de una decepción.

Aquí vamos otra vez 😁😁😁😁
Espero que me acompañen en este nuevo fic 😉

Canario Dorado (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora