CAPITULO 7 HERMANOS

403 66 7
                                    


-A ver si entiendo lo que me dices – le dijo Prem sentándose- hace dos semanas te marco Fluke, para decir que nuestro padre lo había abandonado a bordo de un avión, del cual al perecer no le dejaron bajar. Y desde entonces no has sabido nada de él.
-Incluso trate de hablar con nuestro padre, pero solo me dijo que no le quitara el tiempo. – exclamo frustrado.
-¿Quieres que hable con él?- le ofreció el mayor.
-Solo a ti te escucha Prem, eres el único de los tres que cumple sus expectativas.
-Está bien, pero no prometo nada – le advirtió sintiéndose algo culpable por la indiferencia que sentía a veces sobre sus dos hermanos.
-Gracias- suspiro el rubio – pedí permiso en el hospital, estaré unos días más aquí.
-¿Por qué no habías hablado sobre Fluke antes? – pregunto curioso.
-Por qué te conozco – empezó a decirle – de unos años para acá te distanciaste de nosotros, nos dejaste totalmente de lado – se encogió de hombros.
Prem debía admitir que eso le había dolido, la verdad siempre duele. Era cierto que desde que su padre lo había empezado a instruir en su futuro papel como director de la compañía, había dejado de lado a sus hermanos menores. No es porque hubiese querido, si no que sus responsabilidades habían aumentado.
Y las cosas se habían puesto peor desde que su compromiso fue concertado. Por lo que le decía Earth, algo malo le tenía que estar pasando a Fluke, su padre no hacía nada al azar, si había abandonado a su hermano menor en un avión que se lo había llevado a quien sabe dónde, era porque estaba consiguiendo algo con eso, o salvando su pellejo, una de dos.
-Tienes razón- admitió el hermano mayor – sé que me aleje de ustedes dos, y también sé que no es excusa el decir que las responsabilidades y obligaciones me absorbieron, pero así fue.
-Tienes razón, no es excusa – contesto el rubio.
-Hablare con nuestro padre, y si no recibo una respuesta, yo personalmente me encargare de dar con nuestro hermano.
-Gracias Prem – le dijo el rubio sonriendo con tristeza, sabía que, si alguien podía dar con Fluke, ese era el hermano mayor.
-Es lo menos que puedo hacer – contesto. - Y ahora cuenta que ha sido de tu vida.
Y los dos hermanos que tenían más de un año si hablar se enfrascaron en ponerse al corriente, ignorando la pesadez en su corazón sobre la desaparición de su hermano menor.
+++++++++++++++++++++++++
Había pasado más de semana y media, y seguía sin poder salir del pent house. Fluke estaba como m casi siempre, en la oficina, leyendo. Lo único positivo de estar casi siempre solo, era que había logrado descubrir que estaba en Creel Chihuahua, en medio de la sierra tarahumara, y que su español había mejorado mucho, no lo hablaba con fluidez obviamente pero ya entendía mucho.
También había tratado mucho más a Ohm, si, ya no le llamaba señor Ohm. Él era un gran empresario, dueño de varios hoteles alrededor del mundo, los famosos Thitiwat, siempre ocupados y con pendientes que no podían esperar. Tenía muy buena relación con Martjha, Itzel e Iris, eran muy serviciales y divertidas, pero siempre que les preguntaba algo sobre donde exactamente estaba el hotel, y como era el resto del hotel, evadían con respuestas sin sentido o cambiaban de tema.
No las culpaba, servían al gran Ohm Thitiwat, así que no se lo tomaba personal. Suspiro cerrando el libro que había estado leyendo, Poesía a través del mundo, tenía escrito la portada. El seminarista de los ojos negros del español Miguel Ramos Carrión lo había cautivado hasta las lágrimas. Nunca había sido asiduo a ese tipo de lectura, lo suyo eran las ciencias, pero el estar encerrado y casi siempre solo, sus ávidos ojos estaban consumiendo todo tipo de lectura, desde libros de hotelería y turismo, que eran los que más abarcaban esa gran biblioteca, hasta cocina, y novelas de suspenso. Todos en español, inglés o italiano. Obviamente se había enfocado en el español, aunque algunos que estaba en ingles también no había podido dejarlos de lado.
Los de italiano los había omitido ya que no le interesaba, era cierto que le llamaba la atención el idioma y solo porque Ohm era italiano, pero su único interés era salir de ahí. No lo trataban mal ni mucho menos, pero no dejaba de ser un prisionero. Cumplían casi todos sus caprichos, excepto los que tenían que ver con salir de esas cuatro paredes, o tener algún objeto como Tablet, lap top, y celular, ni televisión había en ese lugar.
Todos los días Ohm le había permitido hacer una llamada a su hermano, pero por alguna razón siempre la operadora decía que era numero erróneo. Nunca había sido bueno con los números, si los idiomas se le dificultaba, los números eran caso perdido. Por qué a pesar de ser tan inteligente y el hecho de que un número telefónico no tenía nada que ver con matemáticas, cuentas, contabilidad entre otras, ¿Por qué no se grababa ninguna fecha, cumpleaños etcétera?, era psicológico.
Por más que te esfuerces, si realmente en el fondo sientes que no eres capaz, no lo serás, por más que te empeñes, necesitas creer de corazón que lo puedes hacer. ¿Por qué no se memorizo los números telefónicos usando el abecedario que estaba impreso en las teclas de los antiguos teléfonos?, porque lo creyó innecesario. Si, desgraciadamente ya se sumaba a las cabezas huecas que dependían de la tecnología para todo.
-Joven Natouch el almuerzo está listo. –Interrumpió una joven, asomando su rostro en la oficina.
-Itzel- exclamo Fluke saliendo de sus ensueños- gracias, ya voy- le dijo sonriendo.
La chica le devolvió la sonrisa y se fue.
Se levantó del cómodo sillón, que Ohm le había mandado traer al enterarse que la mayoría del tiempo se la pasaba en la oficina leyendo. Sonrió recordado lo agradecido que se había sentido ante el detalle del mayor.
Cuando estaba a punto de comer, llego el hombre que lo tenía encerrado en esa jaula de oro.
-Llego justo a tiempo Polcino – dijo el mayor sentándose frente a él.
-Bienvenido Ohm – le respondió el menor al verlo sentarse.
-¿Cómo fue tu mañana? – le pregunto sirviéndole un vaso con agua de sandía, y se lo acerco.
-Gracias. Todo tranquilo, ya sabes de la habitación a la oficina, de la oficina al baño- dijo sin poder evitar el tono de reproche.
-Sé que estar encerrado es difícil – empezó el mayor sirviéndose ensalada- y eso te pone un poco gruñón.
-Yo no estoy gruñón- le dijo enterrando con fuerza de más el tenedor en una zanahoria.
-Si tú lo dices – contesto algo divertido, sintiendo la mirada asesina del menor.
Fluke sabía que no debía de mostrar su malestar, pero casi estaba en su límite. Había sido lo más dócil que había podido, y había causado la menor de las molestias posibles. Si Ohm quisiera volver a tocarlo como lo había hecho hace más de una semana, él se hubiera dejado, pero el mayor no había tratado nada desde aquella vez. No es que lo hubiera estado esperando, claro que no. 
Desde aquella noche, Ohm se había comportado como si nada hubiera pasado, y el hizo lo mismo. Aunque hubiera ansiado de nuevo esas enormes manos sobre su cuerpo, y esos labios devorando su boca, se había limitado en demostrar la misma calma que su captor.
-Es por eso, que mañana te llevare a dar un recorrido por el hotel.
Fluke dejo el tenedor con la mallugada zanahoria a medio camino, sin creer lo que acaba de escuchar.
-¿De verdad? – pregunto con una enorme sonrisa y ojos brillantes.
-Así es- afirmo mirándolo fijamente.
-Gracias- dijo tímidamente metiéndose la hortaliza naranja en su boca, sin poder creer su buena suerte. Era un paso adelante.
La comida siguió en un ambiente de silencio, acompañada de sonrisas entre los dos hombres, gratamente felices por obtener lo que querían. Uno consiguió una expresión de felicidad de parte de su Polcino, mientras el otro consiguió avanzar un poco en su escape de ese lugar.
Las tres mujeres desde la cocina observaban la escena, y suspiraron con romanticismo al unísono. Al parecer, estos se empezaban a entender mejor, se miraron cómplices.
-Gracias por la comida – dijo el mayor al terminar.
Martjha le sonrió desde lejos y se alejó haciendo una reverencia.
Esta le mantenía informado de todos los movimientos del menor, él no podía estar pegado a las cámaras todo el tiempo, así que Martjha era su espía. Le decía todo lo que hacia el castaño, absolutamente todo.  El pequeño se dedicaba más que nada a estudiar el español, eso le había causado ternura y orgullo, y además no había tratado se escapar como la última vez con la visita de Ann. Era cierto que muchas veces se le había visto con la mirada perdida, pero eso era normal por la situación, ya se haría a la idea.
Fluke tenía una naturaleza curiosa, eso ya lo sabía, así que no le sorprendió cuando su nana Martjha le había comentado sobre las preguntas que les había hecho el pequeño. Preguntas más que normales. ¿Dónde estaban?, ¿Por qué un hotel en ese lugar?, ¿Por qué lo tenían en ese lugar?.
-Me tengo que ir Polcino- le informo el mayor, levantándose de la silla.
-Que tengas buena tarde Ohm – le respondió el menor con una pequeña sonrisa.
Y como siempre se quedó solo a tomar el postre.
-Joven Natouch – dijo una melodiosa voz tras de el- esta vez tenemos jamoncillos de postre.
-Gracias Martjha- dijo sonriendo a la mujer mayor.
Terminando el delicioso dulce que le habían dicho que estaba hecho a base de leche y azúcar, se dirigió a la habitación. Tomo uno de los libros que ahora estaban en un su nuevo librero.
Se concentró en la lectura hasta que el sol se dejó de reflejar en la terraza. Había salido un par de veces a esta, para no sentirse tan encerrado, pero siempre el frio lo había regresado a la habitación.
Agradecía la calefacción del lugar, si no fuera por eso, él ya había muerto de hipotermia.  Mañana era tiempo de cambiar el comedor por la sala y la sala por comedor, eso lo calmo haciéndolo sonreír.
La decoración nunca le había interesado, pero estando encerrado, había tenido que encontrar formas de mantenerse ocupado. Así que la recamara, oficina y de más habían sido modificados por el menor. No sabía cuánto más soportaría, pero mañana podría avanzar un poco más.
Se levantó para darse un baño, sabía que Ohm siempre llegaba a dormir con él, no importaba que tan tarde terminara sus responsabilidades, y quería estar limpio para él. Se enjabono con parsimonia, imaginando que la espuma eran las manos de Ohm. Algo extraño le estaba pasando.
Tomo un conjunto deportivo del guardarropa y se dirigió a la suave cama. Se arropo y se dejó llevar por los brazos de Morfeo.
++++++++++++++++++++++++++
Earth se levantó de la cama. Suspiro pesadamente, y se dirigió al baño. Le quedaban dos días libres, y no había conseguido nada. Sabía que Prem había interrogado a su padre, pero él no le había dicho nada, en las mañanas lo ignoraba y ya no lo veía es resto del día.
Se vistió con resignación al saber que tendría que tratar con su madre en el desayuno. No soportaba la ceguera e ingenuidad de su progenitora.
-Buenos días Earth – saludo la bella mujer sentada en el enorme y elegante comedor.
-Buenos días madre – le respondió el rubio dirigiéndose a esa fría mujer.
-¿Cómo dormiste? – pregunto.
-Bien madre, gracias por preguntar. - respondió su hijo.
El desayuno transcurrió en silencio, ya que realmente no tenían nada de qué hablar.
-Earth – entro diciendo Prem en el comedor.
-Querido ¿Qué manera de saludar es esa? -  lo regaño la señora Natouch.
-Lo siento madre – dijo el recién llegado haciendo una reverencia.
-Siéntate a desayunar – ordeno su madre.
Este obedeció y los tres tomaron el desayuno.
-He terminado- anuncio la mujer levantándose- disfruten- les dijo saliendo del lugar, con pasos seguros.
Los hermanos se miraron y salieron del comedor. Fueron a la misma recamara donde había iniciado todo.
-¿Qué has descubierto?- pregunto el rubio lleno de ansiedad.
-Se dónde está nuestro hermano- respondió el mayor.
-¿De verdad? – grito el menor sin poder evitarlo.
-Shhhh- le insto el mayor- no grites Earth.
-Lo siento- se disculpó.
El mayor suspiro.
-Fluke está en México.- informo Prem aun sin poder creerlo.
-¿México?, ¿Pero, como? – pregunto sorprendido Earth.
-Nuestro padre- empezó el mayor- trato de traicionar a Ohm Thitiwat.
-Ohm Thitiwat, ¿El dueño de los hoteles Thitiwat? – frunció el ceño el rubio- ¿Eso que tiene que ver con Fluke?
-El magnate Thitiwat pidió a nuestro hermano para dar su perdón a nuestro padre.
-¿Qué?, Fluke no es un artículo intercambiable por el perdón- exclamo muy sorprendido y mas asustado que antes- pero, ¿Qué tiene qué ver Fluke con eso?.
-No lo sé- contesto angustiado.
-Nuestro hermano nunca se ha involucrado en los negocios de la familia, no entiendo por qué Fluke está en México a petición de Thitiwat. Algo no me cuadra. – dijo sentándose.
-Esto es demasiado extraño, y no me gusta nada Earth.
-¿Crees que ese hombre este en negocios sucios? – pregunto sintiendo como su corazón empezaba a latir más rápido.
-Hasta donde se sus negocios no esconden nada turbio- empezó Prem- pero no lo puedo asegurar.
-Al menos ya sabemos dónde está y con quien – se trató de consolar el menor.
-No sirve de mucho, es un avance, pero no creo que lo tengamos fácil.
-¿Por qué lo dices?
-Lo que digo, es qué, si nuestro padre tiene poder, Thitiwat lo tiene mil veces más. No será fácil dar con nuestro hermano, en primera se lo llevaron a la fuerza, y en segunda no se ha comunicado en todo este tiempo.
-¿No creerás que esta…. ¿– se callo ya que no podía ni pronunciarlo.
-Nuestro padre es desalmado, pero no entregaría a su hijo para que lo asesinen. – razono Prem.
-Yo ya no sé qué pensar – dijo con pesar.
-No te culpo por tener esa imagen de nuestro padre – dijo apesadumbrado- pero no creo que nuestro padre sea tan insensible.
-Entrego a nuestro hermano menor a un hombre del cual no sabemos nada, y nos ha negado información sobre Fluke. Si no es nada malo, ¿entonces por qué ocultárnoslo?, y ¿Por qué no hemos recibido ninguna llamada de él o algun un mensaje?
-Lo vamos a encontrar y lo traeremos de vuelta – dijo con seguridad el hermano mayor.
-Hablare al hospital y extenderé mi permiso – se levantó el rubio con decisión.
-Yo iré a la empresa e investigare que negocios tenemos con Thitiwat.
+++++++++++++++++++++++++
Despertó más temprano de lo usual, los nervios de por fin salir de ese lugar lo habían hecho despertarse muchas veces durante la noche. Ohm había llegado alrededor de media noche, había tomado una ducha rápida, y se había metido en la cama junto al pequeño, y como siempre lo había atraído hacia el con sus brazos, y lo había pegado a su pecho. Fluke se hizo el dormido y se dejó hacer, y Ohm como siempre, sabia que no estaba dormido, como le quería hacer creer, pero no dijo nada.
El menor se levantó de la cama, para darse un baño. No sabía a qué hora lo sacaría de ahí Ohm, pero no podía estar más quieto en la cama, los nervios lo mataban. ¿Qué conjunto deportivo se pondría hoy?, o mejor usaba la ropa con la que llego, la verdad se veía bastante ñoño con la enorme ropa de Ohm.
Se metió en el baño con el cambio de ropa en brazos, no sin antes mirar de nuevo el enorme cuerpo que estaba en la cama.
Rápidamente se había acostumbrado a que Ohm durmiera con él en la misma cama, y que lo abrazara, eso era extraño, ya que era celoso de su espacio personal, y ni con Earth se había acostumbrado a compartir cama, siempre lo echaba fuera. A lo mejor porque ahí no tenía a nadie, y a pesar de que Ohm lo tenía encerrado, era con el que más se sentía a gusto, que ironía, se dijo poniéndose shampoo en el cabello.
Tampoco entendía como no le había dado vergüenza al día siguiente de que Ohm lo tocara de esa manera, cuando lo miro, no ponerse como tomate. Él era muy tímido en ese aspecto, y más que no había pasado de castos besos con sus pretendientes. Después de lo que paso, ya no estaba tan seguro de ser tímido.
Se enjuago el cabello y el cuerpo, y cerro el agua. Tomo la toalla y se secó con ímpetu. Se vistió y salió hacia la recamara. El hombre que antes estaba dormido, ya no estaba en la cama. Se acercó al peinador y se empezó a cepillar el cabello. Desde que había llegado ahí no se había molestado en hacerse un peinado, pero hoy estaba de ánimos, saldría de esas cuatro paredes. Se hizo varias trenzas pegado a su cráneo, no encontró ninguna liga por su puesto, así que tomando las orillas de estas se dirigió a la cocina, donde sabía que ya estaban las tres mujeres.
-Buenos días – las saludo en su español fluido, entrando en el lugar.
-Buenos días joven Fluke- respondieron al unísono.
-Necesito unas ligas – les informo abriendo el refrigerador buscando las bolsas que contenían las verduras. – A aquí – dijo agachado tomando lo que buscaba.
-Alguien amaneció feliz- comento Itzel notando esa inusual sonrisa en el menor.
-Ya notaste que me peine – dijo sonriente el pequeño cerrando la puerta del frigorífico.
-Se ve muy bien- le dijo embelesada Iris.
-Gracias Iris – contesto Fluke algo sonrojado por la mirada que recibía de las chicas, y empezó a amarrarse el cabello.
-Iris, Martjha e Itzel, buenos días – interrumpió una varonil voz.
-Buenos días señor – saludo la mujer mayor.
-Buenas días su Majestad- dijeron al unísono las menores.
El menor levanto una ceja.
-¿Majestad? – pregunto al recién llegado.
Las tres mujeres miraron a Fluke con los ojos bien abiertos mientras Ohm solo apretó los labios molesto. Pero nadie se atrevió a decir nada.
-Tienes algún tipo de fetiche raro del que no sepa? – miro curioso al mayor.
-¿Perdón? – cuestiono sin entender muy bien a que se refería el pequeño.
-Ya sabes, una fijación por algo- se encogió de hombros tomando una manzana.
Unas risitas se escucharon detrás del menor, alguien si había entendido su pregunta. Fluke sonrió internamente, no era la primera vez que escuchaba que le llamaran así, no sabía el motivo, a lo mejor tenía un título nobiliario o algo así.
-No, no tengo ningún fetiche extraño – contesto algo molesto sabiendo que se reían de él. Si esto llegaba a oídos de sus hermanos, se burlarían de el por siglos, pensó fastidiado el más grande.
-Es bueno saberlo- le sonrió inocentemente el menor, sin engañar a nadie.

SOLO MÍO (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora