¡Proyecto de Amor!

18. Llanto

Hydra cerró las cortinas y se acomodó al borde de una camilla.

—Nos vamos a caer, idiota. —murmuró Tony en voz baja, acurrucándose entre los brazos del soldado—. Aunque, eres bastante cómodo.

«Lindo» pensó Hydra con una sonrisa, envolviendo con sus extremidades al genio y al pequeño bebé que dormía plácidamente en medio de los dos.

La escena era tan surrealista.

Seguía sin asimilar por completo que ahora tenía una relación formal con la persona que menos había esperado, pero que curiosamente en la actualidad se había convertido en una figura muy importante en su vida. Tony Stark, su pareja y el progenitor de su primer hijo.

—¿En qué tanto piensas? —preguntó la persona que estaba en su mente, levantando el rostro para mirarlo con curiosidad.

Hydra se acercó, juntando sus rostros para besarlo de manera lenta y profunda.

—Estaba meditando sobre lo valiosa que es tu existencia. —susurró con una sonrisa coqueta—. Eres maravilloso, SIM.

El mencionado enrojeció de pies a cabeza, parpadeando ante la confesión de palabras sin aviso alguno y sintiendo una aceleración cardíaca.

—Deja de jugar conmigo. —dijo Tony mirando a otro lado—. ¿Te divierte ponerme nervioso, cierto?

—Es de mis pasatiempos favoritos. —admitió, cogiendo la barbilla del contrario para moverla hacia su dirección—. Parece que tu corazón se va a salir, Tony. ¿Tanto te gustó, eh?

—Presumido.

Una risa ronca se escuchó por la habitación y Hydra se acomodó con más cercanía hacia el genio. La sensación de tenerlo al lado suyo era tan placentera y tranquilizante que sabía que era momentáneo permanecer de esa forma.

No podían quedarse por mucho tiempo en el hospital.

—No me gusta ese cambio de expresión. —notó Tony alzando una ceja—. ¿Qué sucede?

—Los he atacado y dado bajas en su equipo. —suspiró Hydra recordando la batalla de la tarde—. Pero, los héroes se van a recuperar con rapidez como lo hacen siempre. Es solo el comienzo del verdadero conflicto entre los villanos y esos bastardos.

—Lo sé. —respondió Tony poniéndose más serio—. Thor Odinson solo fue un detonante para el enfrentamiento que ambos bandos quisieron por muchos años.

—Desde hace tiempo que quise pelear con ellos. —dijo Hydra pasando una mano por el rostro—. Sin embargo, siento que me voy a volver loco de la preocupación cuando estoy lejos de ustedes.

—Yo también me quería unir. —confesó Tony mirando inconscientemente a su bebé—. No eres el único que ansia destruir a los héroes, pero nuestro hijo es más importante que mis deseos.

Hydra observó la mirada decidida del genio y asintió. Amaba aquellas expresiones de SIM sin lugar a dudas.

—Necesitamos un lugar seguro. —decidió Steve con una idea en mente—. Así podrías ir a patear algunos traseros heroicos y yo cuidaría al niño en tu ausencia. ¿No debe ser tan difícil atender a una pequeña masita que solo duerme y come?

Anthony se rio ante tono despreocupado de voz del soldado.

—¿Quieres ir a la base principal de la Organización Hydra, cierto? —preguntó astuto—. ¿Crees que estaremos lo suficiente protegidos en ese lugar?

—La seguridad es impenetrable. —aseguró el soldado con firmeza—. No es como la Torre Stark, pero tiene un poder militar muy eficaz.

Un pequeño silencio se formó en la habitación.

—Será difícil de llegar. —dijo Tony después de unos minutos.

La sonrisa emocionada del soldado fue muy notoria. Llevar a Tony Stark consigo a los cimientos de su Organización era como dar un anuncio al mundo entero que SIM era completamente suyo.

Le pertenecía y jamás lo soltaría.


[...]

En el momento que volvieron sus compañeros, Thor Odinson sabía que les debía una muy buena explicación. Sin embargo, jamás se había esperado una reacción tan explosiva de parte de sus colegas.

—¡¿Qué rayos creías que hacías?!

—Te volviste loco, Thor.

—Fuimos ridiculizados por tus acciones tan primitivas y deseos carnales. —explicó una mujer con el rostro furioso—. ¿Los héroes peleando porque uno de ellos se entrometió con una pareja de villanos? Entre más lo pienso, suena más estúpido.

El Dios se sintió confundido y aunque, todavía se sentía débil por la perdida de sus poderes asgardianos, se levantó con rapidez.

—¿Qué es lo están diciendo, hermanos? —preguntó sin entender.

—Hemos desatado una batalla por una razón tan tonta. —se lamento un hombre de bata blanca—. Aún cuando por mucho tiempo estuvimos conteniendo lo inevitable para atacar en un momento idóneo... ¿Era necesario fijarte en SIM, compañero?

Odinson se rió pensando que era una broma lo que escuchaba. ¿Qué estaban diciendo sus colegas? ¿Acaso, los villanos les habían dado esa información? Era inaudito.

—No estoy ni estuve interesado en Tony Stark. —explicó el héroe—. No sé de dónde habrán sacado esa información y-...

—Hydra lo ha dicho.

Thor trago sus palabras y se sintió nervioso por un instante. Ahora que solamente era un simple mortal, no podía actuar con imprudencia. Peor aún cuando el Capitán Hydra estaba detrás de su cabeza.

«Escuchó una sola palabra de ti y no serás el único en morir, sé de la humana a quién amas» fue la advertencia del supersoldado.

—¿Si no es cierto? ¿Entonces, qué sucedió? —cuestionó una mujer de acento marcado—. ¿Por qué Hydra te odia tanto como si te hubieras metido en su relación?

El héroe negó la cabeza con tristeza y no dijo alguna palabra.

—¿Por qué ibas a visitar a SIM si tus intenciones no eran las que dice el soldado? No te podemos entender, sino nos dices la verdad.

«Mierda» fue lo único que pensó Thor. ¿Qué podía decir? No tenía la fuerza suficiente para no tomar en cuenta las amenazas de Hydra.

—Dios mío, Thor. —suspiró la líder con decepción—. Tu silencio ha dicho lo necesario. Estarás fuera del enfrentamiento con los villanos, no queremos provocarlos más.

—Es mejor de esa manera, suficientes problemas nos ha traído el indomable y calenturiento Dios del Trueno. —bufó otro.

El mencionado agachó la cabeza con impotencia.